Claves para preparar la tabla de quesos perfecta
Nunca falla en el buen anfitrión una tabla de quesos suizos. Ya sea en el desayuno, a la hora del aperitivo, como parte de una comida principal o en un buffet de postres, una tabla con tan sabrosas y reconocidas especialidades siempre será bien recibida. Ahora, ¿cómo presentarlo de forma idónea?
Tan solo tienes que tener en cuenta algunos prácticos y sencillos consejos con los que el éxito de tu tabla de quesos estará garantizado. Quesos de Suiza nos regala siete.
- Selecciona las variedades
En Suiza existen más de 750 tipos de queso. Para hacer una selección exitosa en una tabla bien surtida no puede faltar una variada mezcla que alterne quesos duros, como Emmentaler y Le Gruyère; semiduros, como Tête de Moine y Appenzeller, y blandos.
Todos ellos tienen características únicas, que permiten que percibas cada uno de sus matices en el paladar al intercambiarlos.
2. Determina la cantidad de queso
La cantidad de queso necesaria varía según la ocasión y la situación. Para un aperitivo antes de una comida, 60 gramos de queso por persona son suficientes. Para una comida principal, deben ser unos 250 gramos y, para un postre, unos 80 gramos, señalan desde Quesos de Suiza.
3. Dónde servirlos
No solo importa el contenido, sino también el continente. Por ello, una tabla de madera maciza, una pizarra, un plato de cerámica o de vidrio también son adecuados para servir los quesos suizos.
4. Cómo cortar el queso y con qué tamaño
Trata de cortar y colocar las porciones de queso de manera uniforme. Así es como el plato adoptará un aspecto de armonía. Ahora, no todos los quesos suizos se cortan igual. Un Tête de Moine se raspará con la girolle para extraer la flor del queso; mientras que un Gruyère o Appenzeller podrán presentarse en fetas, dados, tiras o triángulos.
Para un aperitivo, se sirven porciones del tamaño de un bocado. En un buffet de desayuno o como parte de una comida principal, también se pueden cortar y colocar trozos más grandes.
5. Decoración y guarniciones.
Además de pan, imprescindible como parte de la experiencia, te recomendamos añadir embutido, ingredientes crujientes y untables a tu tabla de quesos.
La fruta, los frutos secos y los vegetales cortados de forma fina armonizan con estas especialidades suizas y completan el surtido, que puedes decorar con hierbas, flores o flor de sal y que aportan un cierto toque de color. La miel, la mostaza, las mermeladas y los chutneys también maridan perfectamente.
6. La importancia de la temperatura
Para poder disfrutar de un queso suizo con todas sus características organolépticas, conviene que esté a temperatura ambiente, entre 18º y 23ºC, por lo que aconsejamos sacarlo de la nevera una o dos horas antes de su consumo, a excepción del Tête de Moine, que debe consumirse recién sacado del frigorífico.
Si están envueltos con papel o plástico, recomendamos retirar el envoltorio para que el queso pueda respirar.
7. Pequeños detalles que hacen la diferencia
Deja aproximadamente 1 centímetro de espacio en el borde del plato para que puedas sostenerlo bien sin tocar el queso. Además, si es posible, deja un pequeño espacio entre las diferentes variedades.
Y ten en cuenta que los trozos de queso blando deben colocarse de modo que siempre haya un trozo de corteza en la parte inferior para que las porciones no se peguen al plato. Bon appétit!