El auténtico romance entre Picasso y Chanel en el Thyssen
Posiblemente, pocas veces la moda y el arte hayan mantenido un idilio tan perfecto. Porque fusionar la obra de Picasso con la alta costura de una maison como Chanel, es una combinación infalible. Un mix que podemos encontrar ya en el museo Thyssen Bornemisza. Una exposición que supone un auténtico e imperdible romance que es algo que viene de lejos ya que Pablo Picasso y Gabrielle -Coco- Chanel colaboraron profesionalmente y llegaron a mantener una larga y duradera amistad. Por ello, el Thyssen propone una muestra que explora la relación de estos dos grandes genios creadores del siglo XX, volviendo a reunir arte y moda en un nuevo proyecto expositivo. La muestra se organiza en cuatro grandes secciones que se suceden en orden cronológico y abarcan, aproximadamente, de 1910 a 1930. Una muestra que despierta los sentidos de los amantes del arte en sí mismo. Un deleite necesario que estará disponible en el museo madrileño hasta bien entrado enero. Un idilio artístico sin desperdicio alguno que conjuga a la perfección la moda y la pintura cubista de Picasso…
«Más allá de un tiempo o un lugar, Picasso y Chanel compartieron la misma visión estética y conceptual»
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La relación de Coco Chanel con el pintor malagueño la acabaría introduciendo en el selecto círculo del pintor. A partir de entonces, Chanel frecuentará al matrimonio Picasso, coincidiendo con la activa participación del artista en los ballets rusos.
La creadora llegó a estar muy relacionada con el mundo artístico e intelectual del París de la época, hasta el punto de llegar a afirmar: “son los artistas los que me han enseñado el rigor.”
En la muestra se vincula el estilo de las exclusivas piezas de Chanel con el cubismo. La influencia de este movimiento en las creaciones del mito de la moda es palpable desde sus primeros e innovadores diseños: el lenguaje formal geometrizado, la reducción cromática o la poética cubista del collage se traducen en trajes de líneas rectas y angulosas, en su predilección por los colores blanco, negro y beige, y en la utilización de tejidos humildes y con texturas austeras…
«Más allá de un tiempo o un lugar, Picasso y Chanel compartieron la misma visión estética y conceptual», explica Paula Luengo, comisaria de la exposición.
