María Muñoz de Fernando, la ilustradora de las marcas de lujo: «En mis ilustraciones la moda cobra vida»
Hay personas vitamina, que brillan con luz propia y cuyo color hace resplandecer toda una habitación. Hay personas que vienen al mundo para marcar un antes y un después, que arreglan con una sonrisa y resuelven con el corazón. Hay personas que pintan su alma en cada rasgo y faceta, que vuelcan su espíritu en todo lo que hacen para demostrarnos al resto que sí, que todo llega, que se puede y que sí a todo. Hay personas como María Muñoz de Fernando que nos marcan y que convierten el mundo en un lugar más especial y colorido. Y no sólo con sus pinceles. María es mucho más que una artista, es luz y pasión, y nosotros tuvimos el placer de conocerla y absorber su personalidad.
Todo comenzaría con apenas 8 años, sentada en un pupitre al final de clase, con un puñado de colores y un papel en blanco. Y despegaría unos años después con su primera colaboración con Louis Vuitton. ¿Y entre medias? Una historia de superación y pasión, de seguir tu sueño y convertirlo en realidad… Más bien en un trazo fluido y delicado, en dar vida a las prendas con tal sólo pinceles y un papel en blanco, en una obra de arte y un compromiso con lo extraordinario. Hoy te presentamos a María Muñoz de Fernando, la artista que resucita la moda a través de la pintura. No te pierdas la entrevista completa y sigue leyendo.
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María Muñoz de Fernando
A pesar de lo que podríamos llegar a intuir, María Muñoz de Fernando, (Ávila, 1996) nunca estudiaría nada relacionado con el arte, pero siempre supo que acabaría viviendo por y para él. Ya desde los 8 años apuntaba maneras, sentada en un pupitre al final de clase rodeada por trocitos de papel en blanco y rotuladores de múltiples colores. «En el colegio los profesores me regañaban por estar pintando en clase, lo más gracioso de todo es que sacaba buenas notas», nos cuenta María.
Sin embargo, la vida, o más bien las normas sociales, tendrían preparada para ella un camino un poco diferente… «Mis padres querían que hiciese una carrera de verdad. Vengo de una familia que o son empresarios o son farmacéuticos y no pensaban que fuese a poder vivir del arte», narra María con sonrisa orgullosa.
Cuando tenía alrededor de 14 años, a María se le presentó la oportunidad visitar San Martins en verano, la Escuela de Artes de Londres. «Eso fue un boom, una explosión de creatividad y de conocer a gente muy creativa».
María siempre ha sido autodidacta, su aprendizaje se basaba en el trazo y visión de otros artistas para finalmente dar con su estilo. «Todo lo que hacía Jordi Labanda yo lo copiaba, para ir aprendiendo, también Hayden Williams, ilustrador de moda. No aprendía de ninguna manera más que lo que he ido haciendo yo sobre la marcha, aprendiendo de los artistas que más me gustan».
Poco a poco su estilo fue tomando forma, hasta que en 2016 empezó a establecerse. «Algo supercaracterístico de mi estilo es la raya alargada que hago en el rostro de las modelos. Me objetivo es dar vida a las prendas, que tengan una personalidad. Para mí la cara no tiene que ser protagonista, porque donde me centro es en la moda».
María se graduaría años después en Relaciones Internacionales en ICADE. «La carrera para mí fueron años durillos. No se me daba bien, ¡suspendía tres veces el mismo examen! Fui un poco rebelde y hoy lo agradezco. Sí que es verdad que la carrera me dio una visión a la hora de emprender, de relacionarme un poco más a nivel empresarial, que a lo mejor si hubiese hecho Bellas Artes, pues no hubiera tenido y habría sido diferente», explica María.
¿Por qué rebelde? «En la universidad me pasaba todas las clases dibujando, y cada año iba a más. Al principio me escondía, luego iba disimulando y en 5º de carrera sacaba todos los rotuladores encima de la mesa», nos cuenta riendo.
Como podemos ver, para María pintar iba mucho más allá que un simple hobby. «He pintado toda la vida, antes en el colegio, en la universidad, y a día de hoy en reuniones. Siempre estoy pintando, te escucho y estoy concentrada, pero necesito pintar».
Lo bonito del arte es que cada uno pueda expresarse como es
Nuestra protagonista terminaría la carrera con su sueño intacto: entrar en el mundo de la moda y de las ilustraciones, ¿el problema? No conocía a nadie, no tenía contactos ni un mínimo acercamiento al mundo de la moda.
Dejando la vergüenza y el miedo al rechazo a sus espaldas, María viajó a Milán, a la Semana de la Moda, con la misión de pintar en la calle y ofrecer sus ilustraciones a todo aquel que acudiese a los desfiles. «También me intentaba colar en desfiles que evidentemente no me dejaban entrar porque no estaba invitada. También probaba en eventos, por ejemplo, en presentaciones de colecciones.
Entré en Chanel y me echaron, y así en muchas otras, hasta que de repente, me dejaron entrar en una tienda, en pleno barrio de Salamanca de Milán, donde está todo el lujo. Me dejaron pasar y resulta que toda la tienda era de zapatos… ¡Un drama! Mi fuerte es la ropa, pero le eché ganas y me lancé a ilustrarlos como mejor sabía. Al director creativo de la marca le encantó lo que hacía y me invitó al desfile de Laura Biagiotti, que fue mi primer desfile como invitada».
María, insaciable y motivada como nunca, continúo su búsqueda para darse a conocer e intentaría entrar en Hermès. «Empecé a pintar los pañuelos y a la directora de la tienda le encantó. Y en vez de echarme me enseñó la colección. En ese momento me di cuenta de que a mí lo que me gustaba era el sector del lujo, pero por la moda, por la alta costura».
Tiempo más tarde le llegaría su primer cliente de verdad, Louis Vuitton, y otros eventos, la boda de Marta Pombo y los Premios Grammy Latinos, los cuales le dieron, bien merecido, el apoyo que necesitaba para despegar de verdad y tener la visibilidad que tanto ansiaba.
«Para mí, el lujo es disfrutar de mi tiempo, el estar en la naturaleza, el crear, el pintar, el compartir…»
El boom fue automático: bodas, eventos, marcas, colaboraciones… Sin embargo, María siempre ha tenido muy clara su forma de trabajar. «Mi manera de trabajar es la exclusividad. Prefiero tener pocos clientes y cuidarlos mucho, y sobre todo disfrutar de mi trabajo y de mi pasión. No hacer mega producciones sin alma y sin sentido. Mi arte soy yo en esencia y necesito estar personalmente para ofrecer esa experiencia».
La artista lleva a cabo entre 10 y 20 bodas al año de las 500 que recibe. «Para 2024 yo creo que he tenido como 500 solicitudes, para 2025 a lo mejor voy por 200 y gente que me está pidiendo 2026. Por eso para mí es tan importante cuidarlo. Los novios al final están haciendo un regalo que es exclusivo y quieren sorprender a los invitados. Si yo estoy en todas esas bodas no hay sorpresa. Para mí es fundamental conectar con los novios y que valoren mi trabajo. En resumen, buscar todos los factores para que sea algo exclusivo, personal y que conecte con los novios».
Le preguntamos a María cuál de todas ha sido la colaboración que más ilusión le ha hecho, que más le haya sorprendido, emocionado… «Para mí es muy complicado elegir una colaboración en concreto porque lo vivo todo intensamente, me entrego al 100%. Podría decirte que por ejemplo invitar a Ágatha Ruiz de la Prada a que se siente a ilustrar conmigo fue increíble o por ejemplo en los Premios Grammy Latinos conocer a Pedro Capó. Era su cumpleaños y llevaba de gira un montón de tiempo y lo que más echaba de menos era a sus hijos, entonces pinté un abanico en el que aparecía él y aparecían sus hijos… Y no podía de la emoción, se puso a llorar, acabamos celebrando el cumpleaños con él tomando unos vinos… También sentir el cariño de Carlos Baute y de su mujer».
«A mí lo que me regala mi trabajo y mi pasión es poder emocionar a las personas»
¿Y en cuanto al futuro? «Yo lo que sé es que disfruto. Quiero crear arte. Me gustaría hacer las mismas ilustraciones que hago pero en cuadros, diseñar una colección cápsula con algún diseñador, llevar a cabo talleres, diseñar vajillas con mis ilustraciones, exponer a lo grande…».
En esta especial entrevista, María termina deleitándonos con un consejo que se nos quedará grabado a fuego en la mente y en el corazón: «Para mí lo más importante y lo que me ha llevado hasta aquí, es el estar bien conmigo misma. Yo necesitaba estar bien para emprender, necesitaba ganar seguridad en mí misma, aprender a gestionar el estrés, mi inseguridad y mi miedo a que la gente me dijera que no. Aprender a hablar bien, a comunicarme, perder la timidez…». Y no podemos decir que no lo haya conseguido.
Si en algún momento os cruzáis con María, saludadla de mi parte: la chica de la falda de alcachofa.