Arte

Luis Agulló: «Dejé de diseñar para Ferrari y me puse a pintar»

En el corazón del Barrio de Salamanca, los pájaros de Luis Agulló han encontrado un lugar donde desplegar sus alas. Madrileño, ex diseñador de Ferrari y ahora artista con un lenguaje propio, Agulló ha hecho del corte en el lienzo su seña de identidad: un gesto mínimo capaz de abrir mundos de movimiento, calma y libertad. Su nueva exposición en Havet Gallery no sólo confirma su madurez artística, sino también su capacidad de emocionar con la sutileza de lo esencial.

Los ‘Pájaros’ de Luis Agulló en Havet Gallery

Luis Agulló habla con la calma de quien ha encontrado su lenguaje. Artista madrileño, de formación inesperada, no siempre estuvo rodeado de lienzos y papeles artesanales. Su carrera comenzó entre motores: «Yo he sido diseñador de coches. Trabajé en Italia, en Ferrari, durante un par de años. Y luego me di cuenta de que el arte siempre salía mucho más que el diseño. Al final dejé de trabajar como diseñador y me puse a pintar».

Luis Agulló. (Foto: Rocío Álvarez)

«Yo he sido diseñador de coches. Trabajé en Italia, en Ferrari, durante un par de años. Al final dejé de trabajar como diseñador y me puse a pintar»

Ese salto al vacío lo llevó primero a plasmar sobre el lienzo lo que conocía: automóviles de coleccionistas fascinados con la idea de que un exdiseñador de Ferrari inmortalizara sus joyas mecánicas. Pero pronto llegó la necesidad de explorar un camino más personal: «Lo que hice fue evolucionar un poco mi propia línea, buscarme un lenguaje propio y tratar de investigar. Empecé con arte conceptual, buscando la mínima expresión artística. Me interesaba la síntesis, porque a veces es más difícil reducir que llenar un lienzo de elementos».

Pájaros, de Luis Agulló. (Foto: Havet Gallery)

Ese proceso lo condujo a la técnica que hoy define su obra: intervenir el soporte. No se trata de añadir, sino de quitar. Un corte en el lienzo o en el papel es suficiente para crear volumen, movimiento, tridimensionalidad. «La obra no está pintada como tal, sino que tiene una intervención, un corte en el soporte, y ese corte es lo que forma la gráfica. El cuadro sale del propio cuadro. Es bonito porque siempre puede volver a él. No es un collage, no es un añadido: es una síntesis muy sencilla con la que creo todas las composiciones».

«El cuadro sale del propio cuadro. Es bonito porque siempre puede volver a él»

Pájaros, de Luis Agulló. (Foto: Havet Gallery)

Agulló reconoce que la tradición inevitablemente le coloca en diálogo con Lucio Fontana, maestro de los tajos en el lienzo: «No es que yo me haya inspirado como tal en él, pero sí que son artistas que tienes presentes porque te gusta verlos. El subconsciente trabaja muchas veces por ti».

El nacimiento de ‘Pájaros’

Su serie más reconocible, y la que protagoniza su exposición en Havet Gallery, surgió en un momento íntimo y colectivo: el confinamiento. «Vi una fotografía de pájaros y me entró la necesidad de pintarlos. Pero claro, como ya estaba trabajando con volúmenes, no quería pintarlos de manera tradicional. Tuve que desarrollar la técnica del corte para hacerlo coherente. Empecé sobre cartoncitos, de forma rudimentaria, y enseguida lo fui perfeccionando hasta que se convirtieron en estas obras».

Pájaros, de Luis Agulló. (Foto: Havet Gallery)

«Vi una fotografía de pájaros y me entró la necesidad de pintarlos. Tuve que desarrollar la técnica del corte para hacerlo coherente. Empecé sobre cartoncitos, de forma rudimentaria, y enseguida lo fui perfeccionando hasta que se convirtieron en estas obras»

Los pájaros de Agulló no son figurativos, sino evocaciones. Bandadas que se despliegan sobre lienzos blancos, formas suspendidas que invitan al espectador a respirar. «Lo que me interesa es que transmitan paz, que notes tranquilidad cuando los miras, esa sensación de libertad».

Pájaros, de Luis Agulló. (Foto: Havet Gallery)

«Lo que me interesa es que transmitan paz, que notes tranquilidad cuando los miras, esa sensación de libertad»

Entre las piezas expuestas, el artista elige una favorita, no por la forma, sino por el soporte. «A mí me resulta muy interesante porque está hecha sobre papel artesanal, completamente a mano. Yo tenía un problema con los formatos: me gusta trabajar en grande, de dos por dos metros, y no existen prensas de ese tamaño. Entonces descubrí cómo hacerlos: una pasta de lino que se extiende sobre rejillas, se evapora y se filtra hasta convertirse en un papel sólido».

Pájaros, de Luis Agulló. (Foto: Havet Gallery)

«Nunca sabes qué va a pasar con la pintura. Los papeles prensados son homogéneos; estos no. Cada día es una experiencia distinta».

El proceso es lento, casi ritual: veinte días de secado para obtener un material grueso y frágil a la vez, lleno de textura e imprevisibilidad. «Nunca sabes qué va a pasar con la pintura. Los papeles prensados son homogéneos; estos no. Cada día es una experiencia distinta. Te permite hacer formatos enormes en una sola pieza y al mismo tiempo te da efectos que no consigues con papeles normales».

Pájaros, de Luis Agulló. (Foto: Havet Gallery)

Havet Gallery: tradición y apuesta de futuro

Que Agulló exponga en Havet Gallery no es casualidad. Fundada hace medio siglo, la galería es uno de los referentes del arte español del siglo XX, con obras de Miró, Dalí, Picasso, Tàpies, Chillida o Jaume Plensa. Desde su nueva sede en la calle Velázquez, en pleno barrio de Salamanca, sigue siendo un puente entre coleccionistas y artistas consagrados, pero también, y aquí reside su audacia, entre generaciones.

«Es una galería con muchísimos años de historia que vende obra de Miró, de Millares, de la segunda vanguardia española… Y ahora apuestan por artistas jóvenes»

Pájaros, de Luis Agulló. (Foto: Havet Gallery)

«Es una galería con muchísimos años de historia que vende obra de Miró, de Millares, de la segunda vanguardia española… Y ahora apuestan por artistas jóvenes. Yo creo que es una de las pocas galerías de verdad que quedan en España, porque trabajan como galería y no como una tienda de decoración», subraya Agulló.

«Yo creo que es una de las pocas galerías de verdad que quedan en España, porque trabajan como galería y no como una tienda de decoración»

Para él, estar en su programación es un sueño cumplido: «No puedo estar más contento. Es un objetivo que siempre tuve, algo a lo que aspiraba, y ha llegado antes de lo que imaginaba».

Pájaros, de Luis Agulló. (Foto: Havet Gallery)

Lo que viene

Su colaboración con Havet Gallery apenas comienza. «Después de aquí vamos a evolucionar con la galería. Estaremos en Estampa este año, y luego iremos viendo poco a poco». La muestra en Madrid se podrá visitar hasta el 15 de noviembre, un mes y medio en el que los cortes de Agulló desplegarán su vuelo silencioso en el corazón del Barrio de Salamanca.

Lo que empezó entre motores de Ferrari ha encontrado su cauce en el papel artesanal, en la geometría mínima, en las bandadas que no necesitan pintura para existir. Luis Agulló corta el lienzo y deja que sea el vacío el que hable.