Cultura

El hotel más antiguo del mundo tiene más de 1.300 años y está en Japón

Foto: Nishiyama Onsen Keiunkan

El concepto de hotel, tal cual lo conocemos, data de hace 2.000 años. En la antigüedad, el servicio de alojamiento se consideraba una obligación social, es decir, se acogía en el hogar a todos aquellos viajeros que estaban de paso y no tenían dónde poder alojarse. Es más, durante la época del Imperio Romano, las posadas solo estaban destinadas a alojar a los altos funcionarios, y si eran lo suficientemente grandes, podían alojar a los viajeros de paso, pero era algo extraño. En otros lugares como Japón no se habituaba mucho esta práctica y lo clásico era abrir las puertas al que necesitara alojamiento y cederle una hospitalidad que representara la cultura. Esa instrucción comenzó a cambiar cuando el concepto hotelero se instauró en el país y el primer hotel de la nación surgió en el año 705 d.C., con el objetivo de poder alojar a todos los transeúntes que estuvieran de paso. Aquí nació una nueva cultura, la del negocio y la de monetizar. Así se creó Nishiyama Onsen Keiunkan, el primer hotel nacido en la nación nipona, y el hotel más antiguo del mundo.

Foto: Hotel Nishiyama Onsen Keiunkan

Según expertos empresariales de la Universidad de Kioto, la dedicación a la sostenibilidad de los negocios, el respeto a la tradición y la preocupación por transmitir el legado recibido de los antepasados a generaciones futuras, ayudan a entender el fenómeno de los sishine o ‘establecimientos tradicionales de Japón’.

Foto: Nishiyama Onsen Keiunkan
Foto: Nishiyama Onsen Keiunkan

Cuando este establecimiento (el hotel más antiguo del mundo) abrió sus puertas en la confluencia de los ríos Haya y Yu, en la región de Yamanashi, Japón vivía en una transición del periodo Asuka al periodo Nara, con el crecimiento del budismo en el archipiélago. Mientras tanto, en Europa la Península Ibérica caía bajo el dominio árabe y las flotas vikingas ocupaban las regiones costeras del viejo continente, por lo que los nipones ya iban avanzados con este concepto.

Foto: Nishiyama Onsen Keiunkan
Foto: Nishiyama Onsen Keiunkan

Fundado hace 1.318 años, es el hotel más antiguo del mundo, ya que la misma familia lo ha mantenido durante 52 generaciones, e incluso se les ha reconocido por el Guinness Book of World Records. Su esencia se ampara en la estética japonesa, es una oda a la tradición del país. Fundado por Fujiwara Mahito, hijo de un ayudante del 38º emperador de Japón, el Emperador Tenji diseñó el espacio con la primera intención de que funcionara como refugio. Además, fue diseñado solo unos años antes de que se acuñaran las primeras monedas de Japón y la forma de pago eran artículos de trueque como arroz o puntas de flecha.

Foto: Nishiyama Onsen Keiunkan
Foto: Nishiyama Onsen Keiunkan

Ubicado en las estribaciones de las montañas de Kioto, el hotel fue diseñado hacia el final del periodo Asuka, es decir, el periodo de historia de Japón que recorre entre los años 552 al 710. En el estilo de la arquitectura plasmada se ve una superposición junto al periodo Heian, que va del 794 al 1185. El diseño fue testigo de algunos de los cambios más significativos con la introducción del budismo, como el culto a los kami, la idea de santuarios permanentes en los que los jardines se encuentran vestidos por esculturas como odas al luchador de sumo Hitachiyama Taniemon y el monumento Matsuo Basho, poeta japonés del siglo XVII.

Foto: Nishiyama Onsen Keiunkan
Foto: Nishiyama Onsen Keiunkan

Con el auge de los huéspedes temporales en el espacio, crearon un sistema de aguas que procedía directamente de las cataratas cercanas, las cuales se hicieron muy populares, ya que descubrieron que contaban con propiedades curativas y se hicieron famosas en todo Japón. Dichos manantiales son ricos en minerales volcánicos, sodio, azufre, cloruros y nitrato de calcio, codiciados por sus propiedades curativas y los visitantes de hoy en día tienen el gran privilegio de poder bañarse en las mismas aguas que lo hicieron las familias reales, los shoguns y los samuráis, cada viajero es honrado con más de 1300 años de opulenta historia japonesa.

Foto: Nishiyama Onsen Keiunkan
Foto: Nishiyama Onsen Keiunkan

La historia ‘real’ también forma parte de sus paredes, ya que las historias que contienen estas son de lo más intrigantes. El fundador de la última dinastía Shogun, la dinastía Tokugawa, que gobernó Japón entre el 1600 y el 1868 d.C, Tokugawa Leyasu, visitó este icónico hotel en varias ocasiones en su reinado. Takeda Shingen, uno de sus enemigos más formidables y uno de los shogunes más renombrados de Japón, también escogió el lugar como estadía temporal. Según las especulaciones históricas, las múltiples estadías de Tokugawa en el hotel fueron para reunirse con un espía que se había colocado dentro del ejército de Takeda, su gran enemigo, que podría haber llevado a la desaparición de la unificación de la nación nipona.

Foto: Nishiyama Onsen Keiunkan
Foto: Nishiyama Onsen Keiunkan

Con los años, el hotel pasó de generación en generación y se fue actualizando con las innovaciones tecnológicas que requerían en ese tiempo, pero nunca perdiendo su esencia única.

Foto: Nishiyama Onsen Keiunkan
Foto: Nishiyama Onsen Keiunkan

Hoy en día, el lugar, es significativamente más grande, por lo que ha aumentado la atracción del público desde su gran reforma en el año 1997, con el objetivo de conservar la fuerza de la estructura y garantizar, sobre todo, la correcta afluencia de las aguas termales, siempre conservando la esencia arquitectónica milenaria. No hay que olvidar que son muchos los curiosos que quieren dormir en el hotel más antiguo del mundo.

Foto: Nishiyama Onsen Keiunkan
Foto: Nishiyama Onsen Keiunkan

Se han conservado elementos clásicos como los asientos bajos y los elementos de carpintería tradicional, también los diseños realizados por el fundador. Además conservaron la esencia de la arquitectura del lugar, denominada en su cultura como washitsu, que incluye el suelo de tatami tradicional, puertas correderas con entramado de madera, llamado shōji y un tokonoma, que es un pequeño espacio elevado sobre el washitsu, que incluye obras históricas realizadas a mano, como alcoba para artículos decorativos. A su vez, se incorporan muebles mínimos, como mesas bajas, tradicionalmente conocidas como kotatsu, para mayor comodidad.

Foto: Nishiyama Onsen Keiunkan
Foto: Nishiyama Onsen Keiunkan

Este lugar es una oda magnífica al diseño y el lifestyle japonés, demostrando una grandeza y elegancia, mientras preserva la cultura y los valores intelectuales como la generosidad y la humildad, por encima de todo. Una obra de arte en perfecta conservación.