Visitamos el histórico taller de encuadernación artesanal Calero, un tesoro entre páginas
En pleno corazón de Madrid, muy cerca de la Plaza de Colón, se encuentra un histórico taller de encuadernación que se remonta a 1907. Aquí el tiempo se detuvo hace mucho tiempo, y los sellos tipográficos, las prensas y los telares mantienen su encanto en la era digital. Con más de un siglo de vida, Encuadernación Calero sigue apostando por un arte que combina destreza, creatividad y pasión, convirtiendo los libros en auténticas obras de arte que trascienden su función más allá de ser portadores de palabras e historias. Charlamos con su actual propietaria, Beroiz Pérez de Rada quien, desde hace un año, decidió tomar el testigo del taller para mantener vivo el oficio de encuadernación artesanal y el legado Calero.
Poseer un libro encuadernado artesanalmente es una experiencia única. Cada detalle, desde el olor a cuero hasta la textura del papel, evoca una sensación de conexión con la historia y el arte. Es una invitación a sumergirse en el contenido del libro con todos los sentidos involucrados.
«Encuadernación Calero ha estado siempre en manos de la familia original, hasta el anterior dueño en 2015, que no pudo continuar con el mantenimiento del legado, y hace un año lo compré», nos explica Beroiz Pérez de Rada que procede del mundo del arte y de una familia amante de los libros.
«Tenemos máquinas que están en uso que son muy antiguas, totalmente mecánicas, que nunca sufrirán la obsolescencia programada»
«El olor a papel y piel me entusiasma y cuando supe que el legado de Calero podía desaparecer me embarqué de una forma total en el proyecto de mantener el oficio de la encuadernación artesanal con vida. Somos un equipo de cinco mujeres, lo que es muy curioso, ya que tradicionalmente este oficio es de hombres».
Pregunta: El taller ha sobrevivido a una guerra civil, a dos guerras mundiales, dos pandemias y a varias crisis económicas… ¿Y ahora, cómo está sobreviviendo a la era digital, donde el papel parece que está quedando en un segundo plano?
Respuesta: Tenemos clientes de hace 100 años. Los hijos de los primeros clientes e incluso nietos continúan con la bonita costumbre de tener sus bibliotecas con los libros encuadernados en piel u holandesa, con tejuelos de diferentes colores, dependiendo del tema del libro. También es verdad que los jóvenes no quieren tener libros en casa, por lo que esa franja de clientes la captamos con agendas o fundas para los cuadernos.
Nosotras no luchamos contra la digitalización, desarrollamos nuestro oficio aparte, somos artesanas, trabajamos la piel, el oro, las telas, el papel, cartón, intentamos maximizar nuestro tiempo aunque los procesos de la encuadernación artesanal son lentos y laboriosos. Tenemos máquinas que están en uso que son muy antiguas, totalmente mecánicas, que nunca sufrirán la obsolescencia programada, una llave inglesa, apretar un par de tuercas, afilar la cuchilla y a seguir usándolas otros 100 años.
P: Empleáis técnicas y métodos de antaño tanto para las nuevas encuadernaciones como en la restauración. ¿Cuáles son esas técnicas?
R: Cuando llega un libro al taller, estudiamos con el cliente el proceso. Puede ser desde hacer una encuadernación nueva o restaurar la que hay. Tenemos en el equipo tres restauradoras de documento gráfico y también restauramos planos, grabados o fotografías.
El proceso de encuadernación completo tiene muchos pasos, desde el deshacer las costuras o comenzar con el plegado de hojas en blanco, rehacer la costura, cortar los cartones para las tapas, sacar cajo, volver, chiflar la piel, meter en tapas, encolar… Usamos terminología un poco especial como plegar, ingenio, rejón, fuelle, risclar, cajo, escartivana, barbas, cofia, charnela, bradel… hay todo un lenguaje específico par cada proceso y para cada utensilio o herramienta.
«Cada día nos es más difícil encontrar personas que sepan cómo funcionan nuestras máquinas o que nos ofrezcan pieles de calidad o sepan el arte de la guarnicionería«
P: Lo artesanal ahora está mucho más valorado que hace años y está muy ligado al sector del lujo. ¿El mundo de la encuadernación también?
R: En estos tiempos entiendo que es un lujo el encuadernar los libros, es algo prescindible, pero no podemos olvidar que también es necesario conservar el Patrimonio Bibliográfico Documental, y el Patrimonio Intangible de los Oficios. Es muy interesante el estudio de la cantidad de oficios que están desapareciendo, por lo que la concienciación y esfuerzo son necesarios.
La encuadernación del libro se inventó para conservar y proteger los documentos, es un arte que no se debe de olvidar como tantos otros oficios. Cada día nos es más difícil encontrar personas que sepan cómo funcionan nuestras máquinas o que nos ofrezcan pieles de calidad o sepan el arte de la guarnicionería, por ejemplo, que a veces los necesitamos.
El precio de una encuadernación artesanal, puede parecer elevado, pero la materia prima cada día es más cara y más escasa. Empleamos materiales de primera calidad y son procesos largos y minuciosos.
P: También realizáis pintura de papel… ¿cómo es el proceso de creación?
R: Organizamos talleres para que nuestros alumnos aprendan algunas técnicas como el pintado de papel, que luego se puede utilizar para las encuadernaciones. Solemos crear grupos de máximo 8 personas y enseñamos a pintar al engrudo. Hay muchas mas técnicas y colaboramos con los artistas que se dedican a pintar o marmolizar papeles, que luego se usan para las guardas o para las cubiertas de los libros.
P: ¿Cuál es el perfil de las personas que se inscriben a sus cursos?
R: Suelen ser personas inquietas, curiosas que les gusta las manualidades y que sobre todo aman los libros.
P: ¿Y el cliente de encuadernación Calero?
R: El cliente es muy variado, a parte de los enamorados de los libros, vienen hijas que quieren restaurar el recetario de su abuela, o incluso algún padre que encuaderna los deberes de sus hijos. Un cliente, por ejemplo, nos encargó encuadernar todas las publicaciones del día en el que nació su hijo. Tenemos un perfil muy variado de clientes. Y confiemos en que siga creciendo.
«Trabajamos con libros que están llenos de historia y con mucho valor, no siempre económico»
P: ¿Hay algún trabajo en en concreto que os haga especial emoción?
R: Muchos trabajos, pero quizá lo que más ilusión nos hace es cuando llega alguien con un encargo especial como un álbum de fotos para un abuelo, con el recorrido de su vida o un cuento que alguien ha escrito con mucho amor para algún ser querido. Trabajamos con libros que están llenos de historia y con mucho valor, no siempre económico.
También hemos restaurado documentos de un valor incalculable u objetos muy curiosos, privilegios en pergamino, libros primeras ediciones, cantorales… Te puedo contar la anécdota de un novio que nos encargó su libro de firmas y a la hora de decirnos los nombres de los testigos para escribirlos con caligrafía inglesa, se le olvidó incluir a su suegra. Se dio cuenta la misma mañana de la boda. Imagínate, de camino a la iglesia pasó por la encuadernación para ver si podíamos solucionarlo. Y claro, nos volcamos en ayudarle.
P: ¿Qué encargos suelen recibir más a menudo?
R: Lo más normal son libros para bibliotecas particulares, de coleccionistas de algún tema en particular. Por ejemplo tenemos un coleccionistas de James Joyce que tiene cientos de Ulises. Colaboramos con instituciones culturales y bibliotecas de organismos públicos. Aplicamos a concursos públicos e intentamos que se nos conozca en los más diferentes ambientes.