Bárbara de Rueda nos recibe en su ático madrileño donde vive, con su gato y su perro, rodeada de medio centenar de obras de arte contemporáneo. Comenzó a comprar arte hace casi medio siglo junto a su marido, Alberto Corral, un ingeniero que por afición se convirtió en pionero en España del coleccionismo de escultura contemporánea, y hasta hoy.
«Compro siempre obras de arte por placer, nunca por inversión; porque vivir con arte me hace feliz, y me siento bien rodeada de cuadros, de fotos, de esculturas y hasta de vídeos», nos explica Bárbara de Rueda en una emotiva entrevista concedida a COOLthelifestyle, sentada junto a una obra visual de Daniel Canogar, una de sus más recientes adquisiciones.
No presume de nada, ni siquiera de su Barceló de los años 80 como ‘joya de la corona’ de su colección privada de arte contemporáneo, una de la más interesantes de España por su diversidad y actualidad. La colección ACB: Alberto Corral Bárbara.
Dos ausencias
Dos grandes ausencias marcan su vida actualmente, la de Alberto, su marido, y la de su hijo Salvador, fallecido en un accidente en Telluride hace 2 años. «Mi vida es un poquito dura», confiesa con cierto desgarro emocional disfrazado con una elegante sonrisa. «Cuando mi marido Alberto se fue (falleció en el año 2008), yo seguí intentando que nuestra colección siguiera viva», comenta sin disimular su nostalgia. Y así es.
Dice sin pudor que «el arte le reconforta muchísimo» y le ayuda a paliar el dolor. Por ello, ésta enamorada de la belleza artística en todas sus disciplinas, que ha hecho del coleccionismo un modo de vida en sí mismo, comienza el año 2022 organizando varias exposiciones públicas de su colección a modo de homenajes, para conmemorar la memoria de sus seres más queridos. «Este año tengo tres -nos cuenta satisfecha, y bromea- estoy de bombardeo». «El arte me ayuda a vivir», reconoce con honestidad.
Lo relata con gran ilusión y entusiasmo, porque si algo le agrada a estas alturas de su vida, es poder compartir sus tesoros. «De hecho, en breve tiene previsto ceder durante 10 años parte de su colección, que consta de alrededor de 200 piezas, la Colección ACB, a un colegio portugués, para así educar la mirada artística de los mas jóvenes». Un camino que Bárbara considera que es indispensable recorrer a lo largo de la vida: «Instruir y crecer rodeados de arte y cultura».