Alejo Sauras: «‘Los Serrano’ fue una escuela de interpretación y de vida»
El universo artístico es muy amplio y, aunque la creatividad sea la protagonista de todo, no es para todos, necesitas tener un talento especial. Desde los pintores, pasando por quienes escriben inspiradoras líneas que se entremezclan con notas musicales, hasta aquellos que tienen que interpretar una historia poniéndose en la piel de otros, abriendo su interior para deleitarnos con un momento de luz que nos saca de nuestros esquemas diarios. Hoy hablamos con uno de los actores que ha reinado en la pantalla y a quien su desparpajo le ha llevado a tener una carrera prolífica. Hablamos con Alejo Sauras.
Para todo aquel que sea millenial, el nombre les sonará, ya que su cara ha formado parte de nuestra infancia y nos ha regalado momentos inigualables. A los personajes nos gusta conocerles a fondo, y la primera pregunta que le hacemos es ¿quién es Alejo Sauras? «Definirse a sí mismo es algo que es muy complicado. Soy una persona normal que se dedica a la interpretación». Lo que sí que podemos definir de él es que es una persona llana, amable, sonriente y que tiene los pies en el suelo.
Su comienzo en el mundo de la interpretación fue algo natural. Él estaba haciendo unas oposiciones de técnico de aeronaves para Iberia, pero su pasión era el teatro y tuvo sus intentos de introducirse dentro de este complicado mundo. Hizo actuaciones pequeñas en alguna serie de televisión e incluso algún casting que otro, y hasta que las oposiciones se terminaran de resolver, decidió hacer algo que definiría su futuro y fue apuntarse a una escuela de interpretación, formándose para el futuro que le esperaba que, a día de hoy, podemos decir que brilla por sí solo. «Poco a poco se fue metiendo en las venas y cuando quise darme cuenta, ya era algo que formaba parte de mí y no estaba dispuesto a renunciar a ello, así que decidí que este iba a ser mi camino».
La primera vez que pudimos ver su rostro y reconocerle en la pequeña pantalla fue con la serie El Comisario. «Ahí hacía un personaje que me sorprendió mucho, porque era un skin. Yo no llevaba la cabeza rapada y lo que contaban en el capítulo es que los nazis mayores reculaban a gente joven para entrar en las bandas. La verdad que fue bastante salvaje». Su vida cambió cuando iba paseando por la Plaza Mayor de Madrid, puesto que después de varias pruebas fallidas para Al Salir de Clase, una serie que marcó los 90, su representante le llamó para decirle que le querían. «Hice las pruebas para un personaje totalmente distinto y no me querían, pero cuando el director de la serie me vio actuar en otro proyecto, me dijo que me quería. Ha sido la única vez que me han dado un personaje sin hacer una prueba».
Aquí es donde nos surge la gran duda y donde vemos el talento real de la actuación de Alejo Sauras. De ser un skin a interpretar a un personaje homosexual, cuando por la época no había ese tipo de caracteres en la serie. Nos cuenta que no fue tan diferente la diferencia entre ambos personajes, porque ambos estaban atormentados. Mientras hablamos con él, nos resulta bastante increíble, porque tienes que adoptar una actitud completamente opuesta a la tuya y adoptar un punto violento que sea realista. «Tuve la suerte de que el personaje de Al Salir de Clase estaba muy bien creado por el guionista y le pude dar esa intensidad y ese color, para mostrar que, al fin y al cabo, detrás de esa frustración por su sexualidad, había una persona amable y cariñosa».
El balear de nacimiento, pero madrileño (de Aluche) de adopción, estaba en un momento de auge y su cara fue una de las protagonistas de las revistas del momento. Un actor se desarrolla por cada proyecto y aprende cosas nuevas que realmente no las haces mientras estudias, siendo eso lo que te hace evolucionar como intérprete. En el caso de Alejo Sauras, no sólo le ha ayudado el tener una personalidad cercana y afable, sino que mientras le hacemos esta entrevista, vemos que su mente siempre ha estado abierta y receptiva a los cambios, con un ingrediente que siempre es clave en cualquier profesión: la pasión. Como bien nos cuenta, «a caminar se aprende caminando».
Después de todo esto llegan Los Serrano, uno de los grandes éxitos que nos ha regalado el serial español y donde Sauras interpretaba al personaje de Raúl. Sí, todos lo recordamos y sabemos que era un personaje secundario que era hijo de Fiti (interpretado por Antonio Molero) o el mejor amigo de Marcos (interpretado por Fran Perea). «Fue una maravilla como escuela de interpretación y de vida. Cuando empiezas un personaje secundario, hay unas características del mismo a las que te tienes que agarrar». Es verdad que siempre se presta más atención al protagonista, pero para hacer eso necesitas tener grandes tablas, porque tienes que llenar al personaje. «Mi personaje era secundario y tuve suerte de poder desarrollarlo con tiempo y darle forma a través de pequeñas pinceladas». Su personaje era secundario, pero hay algo claro, y creo que todos los millenials podemos coincidir, en que el actor se convirtió en protagonista de las historias, siendo esto porque muchas escenas no funcionaban sin ese Raúl con personalidad propia que logró crear Sauras.
Nos adentramos un poco en su vida personal y hablamos sobre su reciente estancia en Málaga, en los Atardeceres Larios, celebrados en Los Baños del Carmen, donde compartió experiencia con compañeros de profesión como Miguel Ángel Muñoz, Cayetana Guillén-Cuervo, Kira Miró o María Esteve. Nada es una coincidencia y el actor nos confiesa que, «cuando ya tuve la edad de beber, Larios era lo único que consumía y lo mezclaba con Coca-Cola». Es más, cuando me tomo una copa, aunque no bebo mucho, siempre lo hago con Larios». Él tiene una relación especial con la ciudad puesto que lleva asistiendo a su festival de cine desde su primera edición.
El escenario es su sitio y da igual el formato, pero él sabe escoger bien con una actitud camaleónica que le permite hacer comedias, dramas o tragedias. Existe un Alejo más allá de Raúl o de Al Salir de Clase y muchos tienen esa imagen impregnada en su memoria, pero en 2009 hizo Mentiras y Gordas con Yon González y Mario Casas, o en la película de Pedro Almodóvar, Los Abrazos Rotos, en la que compartía pantalla con Penélope Cruz, Lluís Homar o Blanca Portillo. Pero el personaje que más le cambió fue el de Edipo, una obra de teatro, una adaptación del clásico de Sófocles en el que Sauras daba vida al trágico rey griego, obra que estrenó en el Festival de Mérida y que posteriormente pasaría por teatros del resto de España como el Teatro Español de Madrid. «Fue un personaje muy complicado y tuve que poner mucha carne en el asador como quien dice».
Al terminar la entrevista nos quedamos con un sentimiento mezclado, porque hemos conocido a una cara que ha marcado décadas de nuestra vida, pero descubrimos que hay algo más detrás… Que no es sólo Raúl, que también es Edipo, Santi o José en El Comisario. Una cara polifacética que abre su interior y acoge la esencia de personajes con las tormentas que le rodean. Así es la pura esencia de la actuación y, en este caso, se llama Alejo Sauras.