El lujo de Givenchy trasciende a la realidad en su último desfile
Las marcas de moda, más que nunca, se han propuesto mirar hacia dentro, poner el foco principal en todos y cada uno de nosotros. Tratar de sacar a florecer las emociones más profundas que anidan en nuestro interior para compartirlas a través del arte de la moda. La firma de lujo Givenchy ha presentado para la próxima temporada Otoño-Invierno 2021/22 una colección cuyo protagonista es ‘la realidad vivida‘; la situación personal que hemos experimentado.
“En muchos sentidos, esta colección trata sobre una tensión constante entre dos mundos. Se trata de encontrar un significado personal en circunstancias difíciles; se trata de sinceridad en lo que hacemos más que de estrategia. Queríamos aportar un sentido de realidad vivida junto con precisión, elegancia y extravagancia en la ropa y los looks» -explican desde el equipo de esta marca fundada en 1952 por el diseñador francés Hubert de Givenchy.
Los códigos de la moda dan mucho que hablar pero si hay algo que coincide siempre, siempre, siempre en todos ellos es que la moda no deja de verbalizarse como una forma de ser, sentir y conectar con el público. Además de con todos quienes forman parte de este mundo tan amplio que asombrosamente se mantiene cohesionado entre sí. Givenchy a través de su última colección se ha puesto en la piel del público llevando el concepto de la vestimenta hasta lo más profundo. Dejando a un lado la cara de la diversión y el juego para monumentalizar lo cotidiano y que esto así sea emocionante.
Lujo y austeridad
Una muestra que se presenta en la oscuridad para mostrar la fuerza de la imperfecta belleza de la humanidad. Monumental e íntima a la vez. Con el objetivo de que el público se sienta parte del equipo y de la idea, para trascender en tiempos difíciles y dar a conocer cómo la firma Givenchy se ha basado en la más pura realidad.
El debut de Meadow
La hija del actor Paul Walker debuta como modelo de pasarela por primera vez en un desfile tradicional de la mano de la maison. Givenchy escogió a la modelo para abrir su grandioso espectáculo de aire dramático. Pretendió canalizar el lenguaje estético de la generación Z y así emplear los código estéticos del streetwear. Que Givenchy siempre pisa fuerte es una evidencia, por eso en su estrategia ha incorporado una serie de elementos que hacen de esta colección todo un mensaje que lanzar al mundo. Sin dejarse atrás, por supuesto ese allure francés que tanto nos gusta y que caracteriza a la marca.
La colección
Con un negro intenso como protagonista durante toda la colección, formando parte tanto de las piezas presentadas como de los fondos y de la estética representada, los estilismos de Givenchy se presentan para la chica que arrasa en un contexto de RRSS. La creciente importancia que la pantalla está alcanzando hace que esta colección se centre en lograr estilismos de la mano de Williams de inspiración subcultural. Outfits, en su mayoría, que una chica de unos 20 años de edad desearía postear ante sus miles de seguidores. Con un claro toque de los años noventa y los dos mil. Algo que podemos ver en detalles como el falso cocodrilo empleado, o la abundancia del pelo y algún que otro corte oversize.