Nelsy Chelala va camino de cumplir 81 años y cada mañana acude a su tienda de alta peletería en la madrileña calle Velázquez con el mismo entusiasmo que si fuera su primer día.Lleva más de medio siglo trabajando sin tregua: desde que tenía 27 años hasta hoy. Diseñar, comprar y vender pieles alrededor del mundo ha sido su vida. Repasamos con ella su intensa carrera en esta entrevista en COOL.
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Sus abrigos de piel son toda una institución. Nelsy Chelala ha sido y sigue siendo la referencia en España en el diseño y tinte de pieles. De la alta peletería especialmente. Y es defensora a ultranza de la moda en piel natural y de su industria que ‘genera muchos empleos’.
Las personalidades más relevantes de la sociedad española -y muchas extranjeras- han lucido en alguna ocasión sus creaciones en piel: visón, zorro, astracán, lince o marta cibelina…
Su vida
Desde niña, Nelsy Chelala comienza ayudando a su madre en el negocio familiar en Canarias. Luego, tras concluir sus estudios, se casa con el ‘amor de su vida’ y forma su familia y a los 27 años abre su primera peletería en Las Palmas de Gran Canaria… «A los dos años tenía 5 peleterías abiertas con locales propios en todas las islas», recuerda echando la vista atrás.
«Empecé con esto porque vi que en Canarias, como era puerto franco entonces, había un hueco de mercado para la venta de pieles», explica remontándose al pasado.
«Luego me separé y me vine a Madrid, abrí en Serrano 33, y allí me establecí… Comencé en una etapa difícil en la capital». Pero lo consiguió, despegó y se situó donde siempre quiso estar, en la cúspide de la pirámide. Siempre eligió ir por el camino recto para poder llevar la cabeza bien alta.
«Yo quería situarme entre una clientela con nivel económico alto, y guardando la disciplina, se me abrieron las puertas».Es madrugadora -su madre la despertaba a diario muy pronto con valses de Strauss- y actualmente cada mañana sigue atendiendo a sus clientes personalmente, incluso los sábados. «Y algunas tardes», comenta con esa ironía tan suya. Ya no le apetece hacer mucha vida social, aunque tiene ‘buenísima’ salud, y como más disfruta ahora es en su casa escuchando música y pintando en sus ratos de ocio.
Las pieles
«Hoy en día este sector de la alta peletería ha cambiado mucho. Muchos clientes ya no quieren llevar piel de pelo largo y tengo que hacer muchos modelos en visón rasado, para que no se note qué piel es cuando lo llevan», explica esta gran peletera, -sentada tras la mesa de su despacho lleno de papeles, de recuerdos y de fotos de su gente, en la trastienda de la peletería madrileña-.
Más de 50 años en el mundo de la alta peletería, con algún descanso por el camino, es un caso poco habitual. Ha tocado todos los palos en el sector. Pero su temperamento y resiliencia le empujan a seguir pedaleando cada mañana. «Hoy en día el lujo está politizado y el bienestar social también por eso hay que diseñar para que el lujo no se aprecie», explica alto y claro durante la entrevista.
«Antes, hace años, todo el mundo quería lucir artículos de lujo, y se aspiraba siempre a tener más y a enseñarlo. Ahora, la sociedad ha cambiado mucho. Lo bonito de las pieles, el pelo, hay que ocultarlo hoy en día. A mí las crisis me han afectado como a todos los sectores. Y hoy, como hay temor social, lo bueno hay que convertirlo en mediano».
–¿Ese es el reto que tiene como diseñadora actualmente, Nelsy Chelala?
–Me parece que hoy es difícil diseñar porque tienes que disimular la piel. Hay que diseñar para ir menos, para que todo sea minimalista, que no parezca lujo… No debería de sentirse miedo por tener cosas bonitas y de lujo. Hay crisis, y el mundo no está para hacer alardes, ¡pero, de ahí a pasar miedo por lucir cosas buenas y bonitas…!
-¿Se siguen vendiendo abrigos de pieles en estos tiempos?
-Sí, pero a los que se llevan ahora hay que quitarles el pelo. Se rasan o se despinzan, y se curten para hacerlos reversibles, o se ponen por el lado del ante… ¡Vamos, unas martingalas! Todo el ingenio para que las señoras vayan muy discretas y que no se hiera la sensibilidad de nadie. ¿Por qué se va a destruir una industria con cientos de puestos de trabajo?
-¿La política ha creado un cambio en la moda?
-Sí, yo diría que sí , desde luego.
–¿Los diseños con pieles sintéticas, qué le parecen?
-Pues eso es caótico, porque contaminan el medioambiente. Pero es un espacio alternativo, sin duda, para quienes buscan otra oferta diferente a la de la piel natural.
–¿Cree que van a desaparecer las pieles naturales en el universo de la moda?
-En absoluto, la piel es algo que ya viene desde la prehistoria. Lo que sí creo es que los animales deben estar bien cuidados, pero no debe destruirse una industria con tantos puestos de trabajo y tantos artesanos. Hay que cuidar que no haya maltrato al animal, eso sí.
-¿Y los animalistas, qué le parece cuando van contra las pieles?
-Tienen razón, porque todo el mundo que protesta tiene su razón. Sin embargo, hay gente que protesta por protestar. Cuando los animalistas trabajen y generen trabajo, pues hablamos. A mí me han hecho boicots en mi peletería… El bienestar animal está bien; y el bienestar humano, ¿qué?.
-La gran industria de la moda también ha reculado y no luce apenas piel natural en sus desfiles.
-Es que las grandes firmas también se han visto amenazadas y nadie se la juega. Nadie quiere que le rompan su imagen en un desfile, evidentemente.
-¿Y usted ha sentido miedo?
-No, yo solo he tenido miedo cuando perdí a mi hijo. Y estoy deseando estar con él. Soy creyente y deseo ir a ese mundo superior…
–Más de medio siglo al pie del cañón.
-Trabajo para no pensar. El trabajo es una distracción porque a mí, aun trabajando, me da tiempo a hacer casi de todo. Aunque, me gustaría estar viajando más. Por las tardes, disfruto mucho yendo a visitar museos.
-¿Y su retirada o jubilación está próxima?
-Pues cuando me duela algo, lo dejo. Cuando sienta algún dolor, corto y cierro.
-Y sigue teniendo a las mismas clientas de siempre, clientas que son ya amigas.
-Es estupendo. Tengo ya a sus nietas también. Son fieles desde Las Palmas y desde mis comienzos en Madrid. Y son amigas, buenas amigas, sí.
-¿Abrigando a la ‘alta sociedad’ desde hace cinco décadas?
– Mi producto es para la ‘alta sociedad’, sí; que es lo que yo elegí y es un círculo social en el que me aceptaron muy bien y con mucho cariño en mis principios. Hoy en día ya no hago apenas vida social porque creo que cada edad tiene su cuadrícula. Pero he vivido mucho y he tenido grandes momentos a lo largo de mi vida. Buenos y malos.
-¿Repasamos la selecta lista…?
-Una de las pocas virtudes que tengo es que jamás he desvelado el nombre de mis clientes. Desde el primer momento mantuve siempre el secreto y la discreción de quiénes son mis clientes, tanto señoras como señores. Desde presidentes de gobierno hasta empresarios y empresarias de todo el mundo, sí. Lo que menos he tenido han sido grandes artistas, la verdad.
-Usted ha sido siempre una gran trabajadora, todas sus colecciones salen de su cabeza. ¿No se le agotan nunca las ideas?
-Prácticamente, sí, sale todo de mi cabeza. Es que unas colecciones te llevan a otras. Yo he trabajado mucho los tientes, desde hace diez años, ahora que se llevan tanto las pieles de colores, y eso era de alto riesgo cuando empecé. He sobrevivido a todo, la verdad. Ahora yo no preparo grandes colecciones.
Genio y figura. Nelsy Chelala es dulce de carácter como buena canaria. Y generosa donde las haya. Orgullosa de su recorrido. De su matrimonio. Y de sus hijos. «Me siento heroica de todos los esfuerzos que he hecho en mi vida, la verdad». Su ilusión ahora es regresar a la ciudad de su infancia, en algún momento, confiesa con el corazón triste.
La colección actual
Nelsy Chelala nos cuenta, recorriendo los rincones de su atelier en Madrid, mientras nos va enseñando sus diseños, la intrahistoria del negocio de las pieles. «Se compran en un mercado internacional, las pieles en bruto, a través de brokers o como yo que iba siempre personalmente, y desde ahí, se mandan a curtir a distintos países según la especialidad de cada piel». Y después, -continúa- «los artesanos las trabajan con suma delicadeza. Yo preparo los diseños de todos mis productos en los mismos talleres y peleteros que trabajan para mí con esmero desde hace muchos años».
-¿Qué tipo de prenda se vende más en estos tiempos?
–Lo que más se está vendiendo son las martas cibelinas, las pieles más caras del mercado, que por cierto son las que usaban los zares, porque son suaves, sedosas y no pesan.
-¿Cansada?
-Estoy intacta. He adaptado mis costumbres a mi cuadrícula. Cada día es un día más y un día menos… ¡Pero agradezco a Dios valerme por mí misma! Me queda un hijo maravilloso, un nieto y mis sobrinos que me quieren mucho y son una joya.
De sus magníficos, vanguardistas y glamurosos abrigos de pieles todos sabemos; de sus verdaderos sufrimientos y penas sólo sabe ella. Aunque su mirada, y el nudo en la garganta, nos dan algunas pistas.
