La española María de la Orden es una de las prescriptoras de moda que más nos gustan porque tiene un estilo muy personal. Preppy, sofisticada, elegante, colorista… María, que vive en París, nos inspira yendo a un picnic en el campo, a una comida con amigas o incluso a una boda. Y a veces nos inspira tanto con sus looks, que nos imaginamos los estilismos que lleva yendo de invitada.
Hemos seleccionado algunos de sus últimos looks para darte ideas. Si seguimos sus pasos, podemos ser una de las invitadas más COOL.
Este look sí que es un estilismo de invitada. Lo ha llevado a una ceremonia en Oaxaca, México, hace unas semanas. Pero es muy favorecedor, lleva uno de esos colores que dicen trae mala suerte -¡mentira!- y lleva una diadema, algo que muchas olvidan a la hora de llevar a una boda y que favorece y da un toque original. El truco de María: accesorios y colores potentes.
Para una boda de noche, nos inspira mucho este look de María en Venecia. El vestido es de Dior y los zapatos, en color plata, son de Roger Viviere. Los tejidos satinados y metalizados son perfectos para las bodas de noche, y este look que ella lleva a una cena, es ideal para una boda de tarde en la gran ciudad.
Para una boda de tarde en las Baleares, como un lugar como Menorca o Ibiza, nos encaja un diseño como este. Con personalidad, con volumen, estampado… Los vestidos especiales siempre encajan en eventos de este tipo y María lo sabe. Es de Gucci.
Para una boda de día, nos gusta este estilismo que María de la Orden luce por las calles de París. El vestido es de su firma, de María de la Orden, y los zapatos son de Roger Vivier. Nos gustan los tonos pastel, así que este look para una boda diurna nos parece perfecto.
María de la Orden posa junto a Gabriela Palatchi en Menorca, en la preboda de Blanca Miró, su socia. El look es de preboda pero a pesar de ser blanco, lo podría lucir perfectamente al día siguiente. Nos encanta el estampado, el escote… Y cómo lo lleva, con un tocado de Pardo Hats. El diseño es de Johanna Ortiz y nos hemos enamorado de él. Eso sí, para una boda, mejor sin gafas de sol.
