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Kylie Jenner y su giro al lujo silencioso: de los excesos con Travis Scott a la sobriedad de Chalamet

(Foto: COOLthelifestyle)

Kylie Jenner lleva muchos años demostrándonos que es más que una empresaria del mundo de la belleza. Desde que era pequeña, la hemos visto crecer a lo largo de los capítulos del conocido reality de las Kardashian, observando cómo era su evolución y, de ser la pequeña del clan, se ha convertido en la que más importancia ha adquirido. Sus operaciones, además de su imperio billonario, han marcado su carrera, pero sobre estas líneas hablamos de su estilo y los cambios que ha sufrido, basándonos en sus relaciones más mediáticas. En concreto, su época de Travis Scott y en la actual con Timothée Chalamet. 

Kylie Jenner. (Foto: Getty)

¿Nunca te ha pasado que, dependiendo de la pareja que tengas, tu estilo cambia? Muchas veces puede sonar como algo loco, pero es verdad. La influencia de la persona con la que estamos es capaz de cambiar la manera de vestir, puesto que los gustos varían, la forma de vida y cómo preferimos que esa persona nos mire. Hasta cierto punto puede ser una evolución, pero hay que tener cuidado, puesto que los expertos señalan que, a veces, surgen alteraciones en la personalidad de cada uno.

El estilo de Kylie Jenner

La pequeña de las Kardashian y propietaria de una de las marcas de belleza más grandes del mundo, Kylie Cosmetics, ha cambiado varias veces de estilo, siempre potenciando las partes del cuerpo que destacan. Su armario ha pasado por muchas épocas, pero el lujo y lo exclusivo siempre han estado presentes. Desde los colores más estridentes hasta los estilismos monocromáticos, ha pasado del maximalismo al minimalismo, y viceversa, en varias ocasiones. Eso sí, siempre con las prendas ajustadas y realzando la figura. Eso sí, ha tenido dos épocas bastante marcadas: cuando estuvo con Travis Scott y la actualidad, con Timothée Chalamet. 

Kylie Jenner. (Foto: Getty)

La época de Travis Scott: lujo urbano

La etapa Travis Scott representó, para Kylie, una estética marcada por el maximalismo de una especie de hip-hop contemporáneo. Cada estilismo se veía representado por prendas oversize, conjuntos monocromáticos (generalmente en negro, nude o marrón), minivestidos ceñidos, piel, a veces látex y una marcada inclinación por firmas más alternativas como Balenciaga, Mugler o Rick Owens. 

Travis Scott y Kylie Jenner. (Foto: Getty)

En esta etapa, su imagen era la de una femme fatale urbana, creando una mezcla explosiva entre sensualidad futurista y el imaginario de la música trap. Las alfombras rojas de esta época también la mostraban en su faceta más curvilínea y glam, como si hubiera sido esculpida a medida. Kylie era más Kardashian que nunca: labios delineados, peinados pulidos y vestidos que gritaban a las cámaras para atraer los focos a su persona. Si Travis iba con gafas oscuras y bomber XL, Kylie lo complementaba con un vestido de corsé y botas hasta el muslo. La pareja era sinónimo de exceso estilizado, y su estética en común hablaba de una juventud millonaria, profesionales en la era digital y, sobre todo, ostentosa.

Travis Scott y Kylie Jenner. (Foto: Getty)

Kylie Jenner y Chalamet: el fin del exceso

La ruptura con el rapero no solo trajo el alejamiento de ambos, sino que el estilo de la empresaria también se vio roto. A medida que Kylie Jenner empezó a aparecer (muy discretamente) con Timothée Chalamet, los expertos comenzaron a notar algo más que un nuevo amor. La menos de las Kardashian volvía a cambiar de estilo e iba sorprendiendo con un giro paulatino de 180 grados en su forma de aplicar la moda.

Timothée Chalamet y Kylie Jenner (Foto: Getty)

Timothée, conocido por su manera de vestir fluida y sin miedo a romper las normas de género, no es precisamente el prototipo de galán de traje a lo Gatsby. Queramos o no, esto influye y el lenguaje visual que desprenden las prendas del actor, con ese toque intelectual y boho chic, crea un resultado visible sobre cualquiera.

Timothée Chalamet y Kylie Jenner (Foto: Getty)

La Kylie Jenner que conocíamos comenzaba a desaparecer entre estilismos depurados y elegantes que comenzaban a conocer el lujo silencioso. Empezamos a notar este cambio en los desfiles. Se la fotografiaba con tonos neutros (algo que sigue igual), pero con prendas cuyos cortes eran más sobrios y estaban hechas con tejidos nobles y siluetas más relajadas. El maquillaje también cambió y es que el exceso se quedó atrás, para seguir los pasos de Pamela Anderson y lucir un rostro más natural, con una piel más brillante. Dijo adiós a Balenciaga, para dar la bienvenida a The Row, Bottega Veneta y Schiaparelli. Su presencia en alfombras rojas se volvió más escasa, pero infinitamente más refinada. Incluso sus publicaciones en Instagram cambiaron de tono: menos selfies sugerentes, más fotografía editorial, luz natural, estética quiet luxury.

Kylie Jenner. (Foto: Getty)

Es innegable que las relaciones nos influyen, sobre todo cuando se trata de figuras públicas que gestionan su imagen con una precisión que se observa detrás del objetivo, con un resultado delante de las cámaras. Mientras cada pareja representa polos completamente opuestos, Kylie Jenner ha sido capaz de demostrar que su estilo puede navegar entre ambos.