Cuando el sol acaricia los viñedos al caer la tarde, cada copa adquiere un carácter especial. En este escenario veraniego, conversamos con Héctor Moro, director de marketing y alma del espíritu innovador de Bodegas Emilio Moro. Su voz, serena y evocadora, invita a saborear el vino con los sentidos abiertos, impregnado de historia, creatividad y una chispa de moda.
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‘Sin Límites’: una travesía del vino a la prenda
La bodega lanza Sin Límites, una colección cápsula creada en colaboración con FoogaPlan y el diseñador Pablo Erroz. Tal como explican, es una «colaboración… que une el mundo del vino y de la moda en una experiencia única». A partir de los tres godellos emblemáticos –Polvorete, El Zarzal y La Revelía– han diseñado dos camisetas y una sudadera, cada prenda personificando el alma de cada vino.
Polvorete, fresco y vibrante, se plasma en una camiseta blanca inspirada en la esencia retro del verano. El Zarzal, elegante y equilibrado, habita en una camiseta nostálgica con una ilustración de servilletero de bar y el mensaje: «Gracias por su visita«. La Revelía, por su parte, toma forma de sudadera teja, audaz y disruptiva, adornada con una botella convertida en florero, símbolo de sobremesas espontáneas.

Elegancia, autenticidad y sostenibilidad
Para Paloma Gutiérrez Urbón, directora de marca, la campaña es un manifiesto:
«Queremos que nuestros godellos no sólo se beban, sino que se vivan, que se elijan como se elige una prenda que habla de ti».
En un contexto donde el «lujo ya no se mide en ostentación, sino en autenticidad», la colaboración destila sostenibilidad y diseño emocional. Como señala el CEO de FoogaPlan, Manuel Marcos:
«En FoogaPlan siempre hemos apostado por un diseño funcional, honesto y duradero… nos permite hablar el mismo lenguaje desde dos mundos distintos».

Verano, sensaciones y maridajes sin prejuicios
Sobre cómo elegir un vino para los cálidos días estivales, Héctor Moro asegura que lo que buscamos es «frescura, ligereza y versatilidad», porque el objetivo es «acompañar, sin robar protagonismo al momento». Los blancos y rosados suelen acertar, pero tampoco faltan los tintos con «alma frutal, con una expresión amable y directa» que también encajan con la estación.
Cometer errores estivales, nos advierte, no es inusual:
«Pensar que en verano los tintos no tienen cabida… Blancos servidos tan fríos que apenas dicen nada». La clave, insiste, es servirlos en su punto justo, «sin fórmulas cerradas».
España ofrece variedades ideales: la Godello, fresca y expresiva, y la Riesling, elegante y aromática, aunque no son exclusivas.
Destaca también el interesante uso de hielo:
«Si a alguien le apetece ponerle hielo… no seremos nosotros quienes lo juzguemos… Entre una copa con hielo y una que se queda a medias porque se calentó… elegimos la primera».

Vinos del verano: secretos y descubrimientos
En El Bierzo, la familia ha apostado por tres godellos que definen su verano: Polvorete (2023), El Zarzal (2022) y La Revelía (2021). El primero es rebelde, fresco y divertido; el segundo, expresivo y equilibrado; el último, sofisticado y estructurado, con crianza en barrica.
Más allá de los blancos, asoma el tinto Bestizo, mencía del Bierzo, fresco y sugerente, ideal a unos 13 °C, según Héctor.
El descubrimiento personal del verano es el Etna Bianco dei Baroni, un blanco siciliano de carricante que cautiva por su mineralidad y tensión volcánica.
«Hemos creado vinos que emocionan… Nos sentimos orgullosos de cómo hemos sido capaces de innovar sin dejar de ser nosotros» añade Héctor sobre los proyectos en Bierzo y la nueva bodega que se levanta en Ribera del Duero.