El día que Verónica Echegui se llevó su primer Goya y acaparó todas las miradas con un vestido de Dior
Verónica Echegui es uno de los sobresalientes nombres que nos ha regalado el cine español y su manera de interpretar atraía el calor de los focos. El talento de la actriz traspasó fronteras y no sólo nos regaló grandes personajes como el de Yo soy la Juani o Katmandú, sino que Hollywood también la recibió con los brazos abiertos para ser la cara de títulos como The Cold Light of Day, donde compartió escena con Bruce Willis. Sobre la alfombra roja también brillaba y su personalidad alzaba la esencia de la moda y llevaba la elegancia a otro nivel. Aunque los focos se hayan apagado para la actriz, su presencia en el cine patrio es inmortal.
La actuación era lo suyo y la pasión que sentía por interpretar era algo de otro mundo. Eso le llevó a obtener varias nominaciones, además de galardones de gran prestigio como un Goya por su interpretación en el título Tótem Loba y dos premios Gaudí, uno por Katmandú y otro por La ofrenda. En el año 2022 se alzó con el galardón de cine más prestigioso de España, pero antes nos dio una lección de estilo sobre la alfombra roja. Un look que gritaba alta costura a los cuatro vientos.
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Nominada al premio Goya a mejor corto documental por Tótem Loba, en 2022, obra en la que ejerció de directora, la actriz deslumbró previamente en la alfombra roja con un vestido blanco de inspiración griega que pertenecía a la colección Crucero 2022 de Dior. En un mar de lentejuelas, escotes imposibles y convencionalismos alfombreros, ella apostó por lo conceptual. Por lo silencioso. Un diseño sin mangas, fluido, sostenido por un cinturón dorado y con capucha elegante, sutil, como un gesto de misterio y fortaleza al mismo tiempo. Un look que crea una declaración estética y que abrió caminos para que sus otras compañeras de profesión se arriesgaran más a la hora de mostrar la moda sobre la alfombra roja más importante de España.
Querramos o no, fue una de las actrices que comenzó a romper los moldes de la formalidad estilística de los Goya y lo hizo con actitud. Un estilismo que nos llevaba a lo inesperado, lo arriesgado y lo libre. Aquel diseño se convirtió en un símbolo de lo que Verónica Echegui supo ser: rebelde sin alardes, elegante sin ostentación.
Hoy, en pleno 2025, ese look regresa sobre las páginas de la moda. Si trasladamos ese estilismo al presente, en concreto esa sutil capucha que era una mezcla que cabalgaba entre una diosa griega y las reminiscencias de los 2000 de Kylie Minogue, vemos un claro mensaje de fuerza. En un año en el que muchas actrices apostaron por brillos, cortes clásicos o guiños a los grandes diseñadores, ella eligió la pureza, lo fluido, lo sutil. Dior fue su templo aquella noche. La moda cobró voz propia y se fusionó con su característica personalidad, además de su innegable talento. En una de las citas más importantes de su vida, ella misma nos demostró quién era Verónica Echegui.