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Cristiano Ronaldo se va del Al Nassr, pero afianza su imperio saudí con mansiones y negocios millonarios

(Foto: Cristiano Ronaldo)

Cristiano Ronaldo ha vuelto a encender las alarmas (y los titulares). Con una escueta pero significativa frase publicada en sus redes sociales, el astro portugués ha dado a entender que su paso por el club saudí Al Nassr podría haber llegado a su fin: «Este capítulo se ha terminado». Con 40 años cumplidos, era inevitable que muchos interpretaran ésto como el anuncio de una retirada. Pero Cristiano, siempre un paso por delante, ha despejado las dudas con otra declaración aún más potente: «¿La historia? Todavía se está escribiendo». Y parece que lo hace con tinta de oro. Porque mientras unos se preguntan cuál será su próximo destino deportivo (si es que aún queda alguno), el luso sigue consolidando algo mucho más ambicioso: un legado global que trasciende los terrenos de juego y se entrelaza con negocios millonarios, inversiones estratégicas y decisiones que lo acercan, cada vez más, a los círculos de poder de Oriente Medio.

Uno de los movimientos más llamativos en los últimos años, en su etapa con el Al Nassr, ha sido la adquisición de un terreno de 25 millones de euros en Jumeirah Bay Island, también conocida como la isla de los millonarios. Esta exclusiva localización en Dubái es el escondite favorito de millonarios y celebrities, donde la privacidad es religión y el lujo, norma. Con sólo 15 mansiones construidas (por ahora), la llegada de Ronaldo al selecto vecindario confirma una idea: el portugués no sólo invierte, elige ubicaciones con peso.

¿Es esta una pista de dónde podría establecerse el futbolista tras su retirada? O la venderá cuando se marche del equipo saudí. Tal vez. Pero lo cierto es que, con este movimiento, CR7 fortaleció su relación con los Emiratos Árabes.

Arabia Saudita, Mohamed Bin Salman y un plan mucho más amplio

No es casualidad que todas las piezas estén encajando en Oriente Medio. Ronaldo ha firmado uno de los contratos más lucrativos en la historia del deporte con Al Nassr, pero su implicación en la región va mucho más allá del fútbol. Desde el anuncio de la apertura de una clínica de Insparya (su exitosa empresa de injertos capilares) en Riad, hasta su alianza con SNK, la empresa de videojuegos ahora bajo control del Fondo de Inversión saudí, cada paso parece trazado para fortalecer su vinculación con los intereses del príncipe heredero Mohamed Bin Salman.

CR7 en FIFA 2023. (Foto: EA Sport)

Su participación en Fatal Fury: City of the Wolves, videojuego de artes marciales previsto para abril de 2025, representa un giro inédito en su carrera. De embajador del fútbol a guerrero digital, CR7 sigue reinventándose en escenarios insospechados. Pero si se mira con atención, este paso también responde a una lógica empresarial y estratégica: el gaming, como el fútbol, es una de las industrias clave en los planes de diversificación económica de Arabia Saudita.

Cristiano Ronaldo sigue haciendo girar el balón

Aunque no hay confirmación oficial de su retirada, todo indica que Cristiano Ronaldo ya ha entrado en una nueva dimensión. Una donde el balón sigue girando, pero ya no es el único protagonista. Está construyendo un legado multidimensional: deportista, empresario, influencer, inversor…

Proyecto residencial de Place Luxury Living en la isla de la Bahía de Jumeirah.

Su historia, como él mismo dice, «todavía se está escribiendo». Pero con cada inversión, cada aparición pública, cada alianza estratégica, se hace más evidente que lo que Cristiano está construyendo es algo más duradero que un gol: un imperio.