Hay pocas cosas tan frustrantes como dedicar tiempo al maquillaje, ver que el corrector queda perfecto al aplicarlo y descubrir unas horas después que se ha cuarteado o ha desaparecido por completo. ¿Por qué pasa esto y, lo más importante, cómo evitarlo? La clave no está sólo en el producto, sino en la técnica, la preparación de la piel y los aliados que utilices antes y después. Aquí tienes una guía para conseguir que tu corrector de ojeras aguante impecable desde el primer café hasta el último cóctel.
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Cómo conseguir que tu corrector de ojeras no se cuartee ni desaparezca
Puede sonar básico, pero una ojera deshidratada es una ojera problemática. La piel del contorno de ojos es cinco veces más fina que la del resto del rostro, y si no está correctamente hidratada, cualquier producto, por muy bueno que sea, tenderá a quedarse en los pliegues o desaparecer.
Truco de experto: guarda tu contorno de ojos en la nevera y aplícalo con ligeros toques, sin arrastrar. Esto ayuda a descongestionar la zona y favorece que el producto se absorba mejor. Si tienes bolsas, busca contornos con cafeína; si lo tuyo son las líneas finas, mejor uno con ácido hialurónico.

Menos es más: aplica sólo lo necesario
Uno de los errores más comunes es usar demasiado corrector pensando que más cantidad cubre más. Falso. Cuanto más producto pongas, más posibilidades hay de que se acumule en los pliegues y se cuartee.
La técnica que sí funciona: aplica una pequeña cantidad en el lagrimal y otra bajo la esquina externa del ojo, luego difumina con una brocha pequeña o con el dedo anular a toquecitos. El calor de la piel ayuda a fundir el producto de forma natural.

Elige bien el corrector: no todo vale para todos
No todos los correctores son iguales. Los más cubrientes pueden secar si no están bien formulados, y los más ligeros no siempre disimulan lo suficiente. Lo ideal es optar por una fórmula cremosa, con buena elasticidad y de larga duración, y adaptada a tu tipo de piel.
Ingredientes que sí debes buscar: ácido hialurónico, niacinamida o vitamina E. Huyen de los que contienen demasiado perfume o alcohol, ya que tienden a resecar.

Sí al ‘primer’ (pero sólo el adecuado)
Si tienes líneas de expresión marcadas o una ojera especialmente complicada, un buen primer para el contorno puede hacer maravillas. Alisa la superficie, evita que el producto se mueva y mejora la fijación. Pero cuidado: debe ser específico para ojos y tener textura ligera, casi tipo sérum. Si usas un primer facial muy siliconado, es fácil que acabe siendo contraproducente.

Sella, pero con mesura
El eterno debate: ¿sellar o no sellar el corrector? La respuesta es sí, pero en su justa medida. Un velo finísimo de polvo traslúcido aplicado con una brocha muy suave o una esponjita húmeda ayuda a que el producto no se mueva ni se acumule en los pliegues.
Un truco de maquillador: después de aplicar el polvo, espera unos segundos y luego presiona ligeramente con una esponja limpia. Este gesto borra el exceso y asegura un acabado más pulido y natural.

Revisa durante el día, pero con cabeza
Si llevas muchas horas fuera de casa, es normal que quieras retocar. Pero en lugar de añadir más corrector sobre lo ya cuarteado, lo mejor es usar un spray fijador hidratante para reactivar el maquillaje y dar un aspecto más fresco. Después, puedes retocar con una mínima cantidad de corrector en el dedo y presionar suavemente.
Bonus track: el truco viral que sí funciona
Un truco que ha arrasado en redes sociales (y que incluso algunos maquilladores ya han validado) es mezclar una gota de contorno de ojos con el corrector antes de aplicarlo. Esto suaviza la fórmula y permite que se adapte mejor a la piel. ¿Resultado? Menos cuarteo, más naturalidad.

Correctores infalibles: los ‘best sellers’ que no se cuartean
Si estás buscando un corrector que aguante el ritmo de tu día sin marcar líneas ni desaparecer misteriosamente, apunta estos nombres. Todos tienen algo en común: fórmulas inteligentes, texturas flexibles y críticas excelentes por su acabado natural y duradero.
- Kosas Revealer Concealer: el favorito de muchas editoras de belleza por una razón: hidrata, ilumina y corrige sin esfuerzo.
- Nars Radiant Creamy Concealer: un clásico absoluto. Su textura cremosa y modulable lo convierte en un básico profesional.
- Tarte Shape Tape Ultra Creamy: la versión hidratante del corrector más viral del mundo. Mantiene su alta cobertura, pero con una textura más jugosa y fácil de difuminar.

- Dior Backstage Flash Perfector Concealer: con un aplicador tipo pincel, este corrector de acabado profesional se funde con la piel como si fuera una segunda capa.
- Lancôme Teint Idole Ultra Wear All Over Concealer: ligero pero eficaz. Su cobertura media-alta y su textura flexible hacen que se adapte perfectamente a la zona del contorno, sin resecar ni migrar.
- Armani Luminous Silk Concealer: lujoso por dentro y por fuera. Inspirado en la icónica base del mismo nombre, este corrector ofrece una luminosidad natural, textura sedosa y un acabado impecable.