Cinco gestos que haces sin darte cuenta y que dañan el pelo, según los expertos: «El cabello mojado…»
Aunque no lo notes, algunos gestos cotidianos pueden pasar factura a tu cabello, debilitándolo, rompiéndolo o apagando su brillo. Desde el cepillado en seco hasta el uso excesivo de calor o productos inadecuados, pequeñas acciones diarias terminan afectando su salud. Conocerlos y corregirlos a tiempo es clave para mantener una melena fuerte, suave y luminosa, especialmente después de las fiestas, cuando el cabello necesita un cuidado extra.
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Dormir con el pelo mojado
Este es uno de los hábitos más comunes y perjudiciales. El cabello húmedo es más elástico y frágil, por lo que se rompe con facilidad al rozar con la almohada. Además, la humedad constante puede afectar al cuero cabelludo. Como señala la dermatóloga Ana Molina: «El cabello mojado es mucho más vulnerable; someterlo a fricción durante horas favorece la rotura y el encrespamiento». Secarlo suavemente antes de acostarse marca una gran diferencia.
Usar calor sin protector térmico
Muchas personas usan secadores y planchas a diario para controlar un cabello más rebelde. El problema no es el calor en sí, sino usarlo sin protección. El estilista profesional Carlos Fernández afirma: «El protector térmico no es un extra, es una necesidad si se usan herramientas de calor». Reducir la temperatura y espaciar su uso ayudará a devolverle al cabello su brillo natural.
Recoger el cabello demasiado tirante
Coletas altas, moños muy apretados o peinados tensos pueden resultar prácticos, pero dañan la raíz y debilitan el folículo. A largo plazo, este gesto puede provocar rotura e incluso caída del cabello. Según expertos en tricología, alternar peinados y optar por recogidos más sueltos reduce la tensión y permite que el cabello se recupere.
Tocar el cabello constantemente
Pasarse la mano por el pelo, jugar con las puntas o tocar el cuero cabelludo son gestos automáticos asociados al estrés o al aburrimiento. Sin embargo, favorecen la aparición de grasa y el encrespamiento. «Cuanto más se manipula el cabello, más rápido se ensucia«, explica la cosmetóloga Laura Pérez. Dejarlo tranquilo ayuda a que se vea más limpio y ordenado por más tiempo.
Descuidar la alimentación y la hidratación
Después de Navidad es habitual arrastrar una dieta desequilibrada y beber menos agua. El cabello refleja directamente estos hábitos. La nutricionista Marta Gómez recuerda que «un pelo sano empieza desde dentro; la falta de agua y nutrientes se nota rápidamente en su aspecto». Volver a una alimentación variada y una buena hidratación es esencial para recuperar su vitalidad.