Nuestra despedida al sastre más icónico de Nápoles
Ya se sabe que los italianos saben vestir. Sí, los ingleses tienen buenos sastres y la elegancia la trasladan a cada prenda que lucen, pero Italia es el país de la moda por antonomasia. Y aunque todo se quede en Milán, y muchos señalen que como en el norte del paese no se viste en ningún sitio, hay grandes nombres por toda la geografía… Incluido en el sur, incluido Nápoles. La muerte del sastre más icónico de esta ciudad al sur de Roma ha sido una excusa para conocer esta marca en profundidad. Hoy conocemos la historia de Cesare Attolini.
La tienda de Cesare Attolini nació en Nápoles, en los años 30, pero su padre Vincenzo Attolioni fue quien la puso en pie. En cuanto al tailoring, es el sastre más conocido. ¿Por qué? Por sus americanas de líneas estilizadas, por sus hombros suaves… Por su elegancia, quizás, más sosegada que en el norte. También en el sur el estilo de vida es diferente, ¿no? Desde que nació en la década de los años 30, quienes conocen la marca afirman que reescribió las reglas de la sastrería. Deconstruyeron las chaquetas de una manera tan ligera -sin forros, ni hombreras-, que casi podría ser una camisa. Lo que decíamos, que en el sur la temperatura es diferente y su estilo de vida, también. Por esa razón, esta chaqueta no solo se convierte en una prenda elegante más liviana, también es ideal para viajar: puedes plegarla las veces que quieras en la maleta.
La familia Attolini se ha esforzado durante todos estos años para no perder la artesanía marca de casa, aunque eso sí, apostando también por la innovación. Porque es importante no dejar a un lado el pasado, pero también entender que el futuro también es importante. Por eso la marca es un sinónimo de sastrería elegante y atemporal, por eso es una firma conocida en toda el mundo. Bueno, es que ya la has visto. Firma las americanas de Jep Gambardella en La Grande Bellezza. Y en la película House of Gucci.
Los hijos de Cesare Attolini así han hablado estos días de su padre: «Nuestro padre era un hombre genuino. El hombre y el sastre eran una sola persona. Modesta, a pesar de su visión moderna sobre la sastrería. Extrovertido, de sonrisa sincera, con valores sólidos: honestidad intelectual, ética en el trabajo honesto, anteponía la excelencia por encima de todo. Su elegancia se palpaba en en su comportamiento con los demás. Su actitud era la misma con los clientes más ricos y prestigiosos que con los aprendices». Su familia defiende que era un maestro de la sastrería.
Massiliamo y Giuseppe, con sus palabras, no solo han enaltecido la figura de su padre… También los valores de esta sastrería familiar, que continúan ellos y que es icónica en Nápoles, y conocida en todo el mundo. Y que se puede convertir en una de nuestras marcas favoritas. Porque estamos de acuerdo con los hijos de Cesare Attolini: la elegancia, como el cariño, se demuestra con gestos.