Balaclava: el accesorio que todo el mundo lleva (otro año más) pero… ¿sabes cuál es su origen?
Hace un año que la balaclava llegó a nuestro vestuario invernal como una de las prendas trendy de la temporada pasada. Una prenda cuya sencillez abraza todo lo que el street style demandaba y que, este año, vuelve como indudable protagonista de nuestros armarios. Sin embargo, pese a su reciente furor, se trata de una de las prendas más icónicas del invierno, con una historia mucho anterior a su llegada a los looks y tiendas prêt-à-porter. Descubrimos su historia y cómo darle un aire actualizado a esta prenda en tus looks.
- Este invierno vuelve la ‘balaclava’ como prenda estrella invernal
- El gorro de María Pombo en Disney: una balaclava de 100 € de marca danesa
Ponerse una balaclava es un gesto casi instintivo: acercas la prenda, te la deslizas por la cabeza y, al cubrirse el rostro y el cuello, llevas las manos a los laterales para ajustarla. En ese momento respiras hondo y notas cómo el tejido atrapa el calor, cómo te envuelve una sensación inmediata de abrigo y protección. Es un pequeño ritual que combina seguridad, confort y esa calidez agradable que te acompaña desde el primer contacto con la prenda.
Viendo la ergonomía de esta pieza, podemos entender que es normal poder explicar su reciente éxito. Se trata de una pieza que envuelve la cabeza y el cuello, ayudándonos a protegerlo de las bajas temperaturas. No tiene un patrón que dicte su diseño, sino que siguiendo estos parámetros podemos ver a la balaclava tomar infinidad de formas, incluso algunas de sus versiones adhieren bufanda para sumar un extra de protección y confort.
Tampoco tiene una norma escrita sobre el material que debe llevar: podemos encontrarla de cachemir, algodón, lana… Sólo responde a una norma: ser extremadamente confortable para quien la lleva. Con estos simples patrones, una prenda aparentemente tan normal ha arrasado entre todos los nombres que firman la moda internacional. Sin dejar a nadie indiferente: podemos encontrarla en tiendas que ocupan un rango impresionante, desde H&M o Zara hasta Prada y Moncler.
Un origen bélico
Hoy la balaclava la relacionamos con una sensación máxima de confort, por eso resulta todavía más sorprendente descubrir en la historia de esta prenda un origen bélico. Un escenario algo dispar a la sensación que nos provoca incluir esta prenda en nuestros estilismos.
Empezando por su propio nombre, esta prenda apela a la Batalla de Balaclava que enfrentó al ejército ruso contra las fuerzas aliadas del Reino Unido, Francia y el Imperio Otomano durante la guerra de Crimea el 25 de octubre de 1854. Esta batalla, además, formó parte del asedio a Sebastopol.
Pero mucho antes de ello, esta prenda tenía una connotación bastante negativa, ya que durante siglos, en la Edad Media, se asoció a la imagen del verdugo. ¿Ese hombre con una capucha negra encargado de hacer las ejecuciones en las plazas de los pueblos? El mismo. Una imagen que se repetiría con el tiempo para adquirir esta imagen de anonimato durante las manifestaciones de finales del siglo XX.
Si hacemos otro salto histórico para continuar en la Edad Media, podemos encontrar otros diseños históricos, como las cotas de malla de los soldados, que bien marcaron en cierta medida el diseño en el que se inspiró esta prenda. Y que afianzan más su origen bélico. Claro que con el tiempo, la única batalla que lidia esta prenda es contra el frío.
Especialmente tras popularizarse durante mitad del siglo XX como prenda perfecta para los après ski. Sería durante los 70 y su fama llegaría a las altas esferas gracias a figuras como Jackie Kennedy. Y de ahí, poco a poco, su imagen y fama fue evolucionando hasta llegar a ser un imprescindible del asfalto y llegar incluso a las grandes pasarelas.
Sería en 2018 y esta prenda llegaría a lo más alto de la exposición del mundo de la moda de la mano de firmas como Calvin Klein 205W39NYC y Gucci. Y posteriormente ha sido redefinida por marcas como Louis Vuitton, llevada también a las pasarelas Por aquel entonces, esta moda era defendida por portales de moda como Vogue como la tendencia ‘ugly’ que reviviría los 70. Casi una década después, volvemos a hablar de la balaclava como ese imprescindible del invierno que no puede faltar en ningún armario.
Cinco ideas para llevar la balaclava
Ya tenemos cierta idea sobre el origen de esta prenda, sólo necesitamos encontrar la forma de añadirla a nuestro estilismo. Por suerte, si algo tiene esta prenda es que podemos hablar de ella como una mezcla de versatilidad y adaptabilidad a cualquier personalidad y estilo.
-
Balaclava clásica
La balaclava clásica es perfecta para quienes no buscan arriesgar con esta prenda. Puedes elegir entre diferentes colores y tejidos para adaptar el resultado más a tu estilismo, consiguiendo ese punto calentito sin tomar grandes riesgos estéticos. El ejemplo lo tenemos en la sencillez de esta pieza de Mango. Precio: 15,99 €
-
Balaclava bandana de Massimo Dutti
La combinación perfecta entre gorro y bufanda. Esta opción de Massimo Dutti confeccionada con tejido 100% cashmere protege el cuello con lazada estilo fular multiposición. Precio: 99,95 €
-
Balaclava con nudo de Ganni
Más sencilla de poner y con el mismo resultado tenemos los diseños abiertos que incorporan un nudo delante para mejorar la sujeción. Precio: 145 €.
-
Con mezcla de mohair
El mohair es la fibra procedente del pelo de la cabra de Angora. Su textura es mucho más agradable que otros tejidos y, además, el efecto despeluchado hace que la balaclava tenga un toque más despreocupado y moderno. Precio: 39,99 €