Oihane Pardo, CEO de Amarenak, la firma vasca que conquistó a la Reina Sofía: «Lleva nuestro pañuelo»
Amarenak es una firma de ropa que busca preservar el patrimonio textil vasco. Al frente está Oihane Pardo, una joven guipuzcoana que tras saber que la chaqueta tradicional vasca que había heredado de su abuela (una chaqueta kaiku) estaba en peligro de extinción, decidió hacerse una nueva manteniendo la esencia de la original pero innovando con nuevos colores. Una prenda característica que ahora vemos por todo el mundo y a la que Oihane se siente muy unida. A la Reina Sofía no la hemos visto con una chaqueta kaiku (aún), pero sí con un pañuelo de Amarenak. Pardo nos ha contado la historia que se esconde detrás.
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Pregunta: Dejaste tu carrera como arquitecta en Shanghái para fundar tu marca de ropa… ¿Cómo comenzó todo?
Respuesta: En realidad no era mi idea dejar la arquitectura, fue un cúmulo de muchas casualidades. Por un lado, la crisis que me había hecho emigrar parecía remitir en España y tenía ganas de volver a casa. Por otro, hace años había heredado una chaqueta tradicional de mi abuela. Estando en Shanghái se me había empezado a quedar vieja y cuando quise comprar una nueva me di cuenta de que esta prenda estaba en peligro de extinción. Así que decidí hacerme una nueva, partiendo de la original, manteniendo su esencia, pero innovando la prenda con nuevos colores.
Un día recibí un email de una convocatoria en la que buscaban jóvenes emprendedores con ideas innovadoras y presenté la idea de modernizar esta chaqueta. Para mi sorpresa me seleccionaron y decidí hacer las maletas y volar a casa. Mi idea nunca fue montar mi propia firma, sino más bien aprender qué era eso de emprender, para poder fundar mi estudio de arquitectura o buscar trabajo en el sector.
Al llegar me llevé dos sorpresas: una, que mis cinco idiomas y mis años de experiencia y obra construida no valían nada en España; y dos, que aquella idea loca de modernizar esta chaqueta podía tener sentido.
P: He leído que pusiste en marcha un crowdfunding para conseguir financiación.
R: Así es, tras concluir el programa de emprendimiento y recibir el Premio a Mujer Emprendedora, ya tenía todo lo que necesitaba para empezar: un proveedor de paño de lana de calidad, una sastre de confianza, un patrón base que me gustaba… sólo necesitaba financiación. En ese momento, un amigo me habló de una convocatoria del departamento de Cultura de la Diputación de Gipúzcoa en la que apoyaban proyectos a través de matchfunding: la ciudadanía aportaba a los proyectos que les gustaban y la Diputación doblaba las aportaciones. En aquella primera campaña, conseguí financiar la primera producción de chaquetas kaiku modernizadas, confeccionadas en talleres de cercanía, con paño de 100% lana merino, hilado y tejido en la última empresa que queda ya en España.
En esta campaña también conseguí mis primeros clientes, seguidores y sobre todo, comprobé que la marca tenía un público. ¡En pocos minutos vendí varias chaquetas y superé todas las expectativas! Este fue el momento en el que decidí dejar la arquitectura y centrarme al 100% en Amarenak.
P: ¿Qué significado tiene para ti el abrigo kaiku?
R: La primera vez que vi este abrigo kaiku me encantó. Me pareció muy elegante, versátil y atemporal, a la vez que una prenda única y diferente. Me gustó más aún cuando mi madre me contó que era la chaqueta que vestían los marineros y pescadores vascos y que había sido todo un icono, como hoy en día es la txapela (boina). Fue por ello que me lo regaló.
Cuando viví en diferentes países y vestía mi chaqueta kaiku, era una forma de estar conectada con casa, con la familia, pero también una prenda de vestir especial que hablaba de mi origen, de quién era yo, del mar y de mis valores. Cada vez es más difícil encontrar en la moda cosas originales y que nos sorprendan, y para mí la chaqueta kaiku tiene eso. Ahondar en las prendas tradicionales y en el patrimonio textil vasco, me permite crear diseños y prendas innovadoras, muy diferentes a todo lo que hay en el mercado, exclusivas y con personalidad.
P: Tengo entendido que querías recuperar la tradición textil vasca cuando dejaste tu etapa en Shanghái para volver a tu San Sebastián natal.
R: No exactamente. Es verdad que desde que llegué a Shanghái, hubo una frase que me acompaño: Sé el cambio que quieres ver en el mundo, de Ghandi. Mi intención era aportar mi granito al mundo con mi creatividad, y pensaba que podría hacerlo como arquitecta.
En China fui consciente de lo importante que es y el impacto que tiene preservar la cultura (o no hacerlo) para una sociedad. Vistiendo mi kaiku me di cuenta de la capacidad que tiene la moda para expresar ideas, conectar personas y transmitir historias.
Cuando la idea de la marca empezó a coger forma, fue cuando vi que todo encajaba.
P: ¿Buscas en cada colección homenajear a algo de la vida vasca? (Por ejemplo, Elkano, homenaje al marinero de Guetaria).
R: Nunca lo había pensado así, pero es una bonita forma de describirlo. Lo que intento es dar a conocer historias curiosas o épicas de nuestra cultura e historia. Cuando empecé a trabajar con el kaiku, me llamaba la atención los mensajes ocultos que tenía la prenda: las coderas en forma de corazón, las trabillas para la txapela… y buscando respuestas descubrí que el patrimonio textil vasco y español es tan rico como desconocido. Por eso creo que la moda es un buen medio para darlo a conocer, por un lado aporta ideas novedosas y por otro, saca esas prendas de los museos y archivos y les devuelve su función original: ser vestidas. Recuperan la vida, el movimiento y vuelven a hacernos sentir guapas, especiales y a contar historias ocultas.
P: Hemos visto a la Reina Sofía luciendo un pañuelo de Amarenak, ¿qué historia hay detrás?
R: La Reina Sofia es la presidenta de honor del Banco de Alimentos y una muy buena amiga es la CEO de En Clave de Sol, la agencia de comunicación que ayuda también al Banco de Alimentos del País Vasco. Me contó que cabía la posibilidad de que la Reina les hiciera una visita y que les gustaría tener un detalle especial. Les donamos un pañuelo de seda de la colección ELKANO y fue un total acierto. Parece ser que le gustó mucho y se lo puso en dos ocasiones, en ambas combinado con mucho estilo.
Esta es una colección muy especial que hicimos en colaboración con la Fundación Elkano, para conmemorar el 500 aniversario de la primera vuelta al mundo. Como sucede con todas las prendas de Amarenak, esta también cuenta una historia. El estampado que desarrollamos con la diseñadora Lëlë Prints está formado por las flores de las especias que se recogieron en aquel viaje.
P: ¿Cómo es el proceso de creación en Amarenak?
R: No hay un proceso claro que repita siempre, lo que sí hay es una intención y una visión. Cuando encuentro alguna prenda, elemento o historia interesante a veces me surge esa visión al momento, otras veces, como con nuestra última colección BER-GARA, en la que hemos modernizado las prendas de trabajo que se hacían en este pueblo guipuzcoano, pasan años hasta que se me enciende la bombilla. Aunque la realidad es que el secreto de que surjan las ideas son muchas horas de trabajo, investigación y diseño.
La intención es crear prendas con cierta salida comercial, ponibles, con estilo, carácter y que sienten bien; y un precio que nuestras clientas puedan asumir, sin dejar de lado la calidad, la sostenibilidad y la producción local.
P: ¿Qué valor añadido aporta ser una marca española?
R: Creo que España tiene una tradición y una industria textil muy rica e importante, aunque venida a menos, muchas veces por nuestra propia responsabilidad, de no creérnoslo del todo, a diferencia de nuestros países vecinos, como Italia o Francia. Esto hace que, en mi opinión, la moda española sea honesta, humilde, justa y con una muy buena relación calidad-precio.
P: Hoy en día podemos ver el abrigo kaiku en España, pero también en países de Europa, Canadá o Japón, ¿qué sientes al ver que la tradición vasca se expande por todo el mundo?
R: La verdad que es una gran alegría. Solemos pedir a nuestros clientes y clientas que nos manden fotos cuando visten sus prendas, porque nos hace ilusión y porque queremos darles visibilidad. Para nosotras nuestros clientes son muy importantes, son como los mensajeros que van divulgando las historias que queremos contar y ver que la familia que somos crece cada año y llegar a nuevos lugares nos hace muy felices y nos ayuda a cumplir nuestro sueño.
P: ¿Es difícil abrirse un hueco en la moda sostenible?
R: Creo que es más difícil siendo una pequeña firma independiente, hay muchos tejidos sostenibles a los que no podemos optar por volumen o mercados, por ejemplo. Sin embargo, también tenemos otras ventajas frente a las grandes firmas. Conocemos personalmente a todos nuestros talleres y podemos controlar mucho mejor los procesos, gestionar los residuos, hacer cambios y mejoras de forma más ágil, ser transparentes, cuidar mejor los detalles y experimentar.
Con quienes no podemos competir son con las marcas no sostenibles. De todas formas, nosotras tenemos la suerte de que nuestros clientes por lo general están muy concienciadas y concienciados, y valoran muy positivamente el origen local de los tejidos y talleres, y la calidad de los tejidos orgánicos y naturales. Entienden que a la larga, la moda de calidad es más rentable y que la moda sostenible no sólo es buena para el planeta, sino para nuestra salud.
Además, en Guipúzcoa también somos afortunadas por tener instituciones visionarias que entendieron la importancia de apoyar a las marcas sostenibles, para tener un mejor futuro.
P: Hacéis colecciones limitadas y numeradas: no hay dos prendas iguales.
R: Desde el principio pensé que cada una de nuestras prendas era una pequeña obra de arte, y que a mí, como clienta, me gustaría saber cuántas prendas había como la mía y qué número tenía yo, casi piezas de coleccionista. Por eso desde el principio empezamos a incluir esa información en las etiquetas, así como el nombre de las personas que la habían cosido, el lugar de donde venía el tejido o cualquier otra información interesante de la historia de la prenda. Hacemos prendas muy especiales, y por eso no nos interesa hacer grandes producciones, tampoco nos parece sostenible. Intentamos producir las prendas que creemos que podemos vender, por eso no hacemos rebajas. Además, muchas de nuestras prendas están hechas en colaboración con artesanos o con tejidos antiguos que ya no se producen.
P: Amarenak significa de las madres, ¿es la firma un homenaje a la tuya?
R: Es un homenaje a mi madre y a mi abuela en particular, que vistieron antes que yo aquella chaqueta kaiku que inspiró la marca, pero también es un homenaje a todas las madres y antepasados que dejan un legado a sus hijos e hijas, para que estas puedan seguir manteniéndolo y mejorándolo. Es un homenaje a nuestros orígenes y a de dónde venimos. En la cultura vasca, como en otras culturas, el concepto madre tiene un sentido muy amplio, la madre tierra, la madre de todo. La madre es como una diosa de la creación.