A la venta la casa de Lily Allen y David Harbour por 7 millones, una joya arquitectónica del s. XIX
David Harbour vuelve a estar en el centro de la conversación, aunque esta vez no por monstruos del Upside Down ni por su icónico personaje Hopper. El actor de Stranger Things atraviesa un momento personal intenso tras su mediático divorcio de la cantante Lily Allen y, como parte de esa inevitable división de bienes, una de sus posesiones más llamativas acaba de aterrizar en el mercado inmobiliario: su espectacular casa en Brooklyn, puesta a la venta por 6,9 millones de euros.
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A la venta la casa de Brooklyn de David Harbour
La propiedad, situada en el codiciado 381 de Union Street, en pleno corazón de Carroll Gardens, no es una casa cualquiera. Es una pieza arquitectónica de finales del siglo XIX que, después de su transformación, se convirtió en una especie de caja de sorpresas donde la tradición inglesa, la sensibilidad moderna de Brooklyn y la herencia italiana del barrio conviven en un equilibrio tan atrevido como armonioso. No es casualidad que esta vivienda se ganara una portada de Architectural Digest, exhibiendo una estética tan excéntrica como magnética.
Harbour y Allen adquirieron la casa en 2020 por 4 millones de euros, justo después de su boda en Las Vegas. De la renovación se encargaron el diseñador Billy Cotton y el arquitecto Ben Bischoff, quienes tomaron los antojos de la pareja y los convirtieron en escenarios dignos de película. Cinco dormitorios, cuatro cuartos de baño y cuatro niveles que narran una historia distinta en cada rincón.
La planta principal recibe a los visitantes con un salón revestido en un papel pintado Zuber que parece sacado de un cuento barroco. Una chimenea adornada con detalles verdes preside la estancia, escoltada por sofás de terciopelo que invitan a hundirse y dejar que el tiempo transcurra sin prisa. Desde allí se accede a una cocina luminosa y generosa, equipada con armarios de estilo inglés, azulejos Ann Sacks, electrodomésticos de Officine Gullo y una isla central que funciona como epicentro de desayunos, charlas y mañanas apacibles.
Una planta más arriba, la suite principal ocupa todo el nivel, como un refugio privado donde alfombras de Pierre Frey, una chimenea íntima y dos vestidores crean un verdadero santuario. Las habitaciones de invitados, un salón con tragaluz y un despacho independiente completan los pisos superiores. En la planta baja se encuentra otra suite para invitados y una sala de estar que da al jardín, donde una sauna y una piscina de agua fría prometen tardes de desconexión total.
El sótano, completamente reformado, añade un gimnasio, trasteros y una lavandería que hacen que esta casa sea, además de sorprendente, profundamente funcional.
Mientras la prensa rosa especula sobre los motivos del divorcio y las insinuaciones ocultas en el nuevo álbum de Lily Allen, la casa se ha convertido en protagonista inesperada. Su estética vibrante, arriesgada y casi teatral vuelve a encender el interés de sus fans.