Han pasado 35 años desde que el artista César Manrique construyó en Lanzarote la casa-museo de la que queremos hablarte. Te adelantamos que en ella vivió los cuatro últimos años de su vida pero son muchos los que la querrían para sí hoy en día. De hecho, podemos considerarla una de las joyas de la arquitectura de nuestro tiempo.
La Fundación César Manrique es una institución cultural privada de la isla de Lanzarote (Canarias) que tiene como objetivo la conservación y difusión de la obra del artista canario, fundador de la misma, teniendo como principales áreas de acción la protección del medio natural, la promoción de las artes plásticas y la reflexión cultural. Desde la Fundación explican que «a comienzos de 1986, Manrique inició las obras de construcción de su nueva casa reutilizando y adaptando una vivienda de labranza, en ruinas, ubicada en una finca agrícola que había adquirido en los años setenta. Abordó el lenguaje de la arquitectura tradicional reconsiderada desde una visión moderna en la que prima lo estético y el confort. Aquí vivió hasta 1992, el año de su muerte. En 2013 se abrió al público como casa-museo. Su recorrido permite al visitante contemplar las estancias de la residencia y el taller en los que el pintor trabajó y pasó los años finales de su vida».
Manrique fue un pintor, escultor y artista español que defendió a ultranza los valores medioambientales de Canarias. Buscó siempre la armonía entre el arte, la arquitectura y la naturaleza. Esta última era su escenario estrella. De ahí que obtuviera de hecho, entre otros, el Premio Mundial de Ecología y Turismo y el Premio Europa.
El carácter doméstico y funcional de que el artista se impregnó durante su estancia en Nueva York con clara influencia del estilo art-pop a finales de los años 60.
Ambientes serenos y acogedores y mucha vegetación son la clave del estilo actual del artista canario. Cuestiones que todos tratamos de emular en nuestros hogares actualmente.
La madera, el barro y la piedra son los materiales empleados por excelencia en el interior de la vivienda. Las líneas en general son rectas si bien quedan interrumpidas por cantidad de plantas verdes que infunden color al espacio.
Lo que Manrique buscó para esta vivienda en la que habitó, como te decíamos, los cuatro últimos años de su vida, fue fundamentalmente la comodidad. Y lo logró. De hecho, la practicidad es una de las cualidades de cada una de las estancias.
Llama la atención que la de Manrique es una casa modular y sin cubierta en el tejado. Algo muy común en áridos y tropicales paisajes que es cada vez más tendencia en ambientes urbanos. Así Manrique demostró ser un autético adelantado a su tiempo.
La casa-museo de Manrique está situada en medio de un extraordinario palmeral en el pintoresco pueblo de Haría, al norte de Lanzarote, donde aún se conserva la forma de vida tradicional de la isla. En Haría, el artista encontró la tranquilidad y el contacto con la naturaleza que tanto apreciaba. Todas y cada una de las imágenes que ves en este artículo son estancias de la casa de Manrique que nos sirven como fuente de inspiración.