Michael Jordan logra vender su mansión tras 12 años y a mitad de precio: 13 millones de euros
A veces se tarda mucho y otras poco, pero si hablamos de la venta de una mansión podemos llegar a pensar que puede salir del mercado de una forma rápida y generar una venta bastante pronta. Muchas veces la alta personalización puede crear dudas a los futuros compradores y eso es lo que ha pasado con la construcción que ocupa estas líneas. Hablamos de la mansión del exjugador de los Chicago Bulls, Michael Jordan, la cual se ha vendido después de estar 12 años en el mercado.
Ubicada en Highland Park, a las afueras de Chicago, esta propiedad se adquirió hace casi tres décadas, y el deportista la convirtió en la residencia familiar mientras jugaba en el equipo de baloncesto que representa a la ciudad. Cuando Jordan la adquirió no dejaba de ser un amplio espacio que, con los años, fue cobrando personalidad, puesto que fue añadiendo pequeños detalles. Finalmente, el resultado adquirió tanta fuerza que ha sido complicado venderla, ya que salió al mercado en 2012.
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Construida en 1995, con un gran terreno que alcanza las tres hectáreas y rodeada de amplias zonas verdes, esta mansión tiene más de 5.000 metros cuadrados, nueve dormitorios y nada más y nada menos que 19 cuartos de baño. El estilo que vemos en su interior es claramente contemporáneo y, a través de grandes cristaleras, Michael Jordan quiso crear un espacio con una gran cantidad de luz y lo más diáfano posible. En 2006 fue cuando comenzó a remodelar la casa y adaptarla a sus gustos, creando habitaciones diseñadas específicamente para él.
Lo primero que encontramos es una verja, que es la que da la bienvenida a los visitantes con un gran número ’23’, el cual tiene un motivo bastante personal. La decisión de Jordan de elegir este número se basó en su profundo vínculo con su hermano y en su deseo de seguir sus pasos. En una entrevista, Jordan reveló que consideraba al número 23 como la mitad de 45, lo que simbólicamente representaba su aspiración de ser al menos «la mitad de bueno» que su hermano Larry.
La sala de estar es una de las estancias más amplias, puesto que está dominada por tres grandes sofás, todos mirando a una gran pantalla de televisión y se inunda por la luz natural que atraviesa los ventanales. La combinación de materiales es bastante curiosa, porque une la piedra del suelo con las maderas vistas que ornamentan el techo, además de varias alfombras de tamaño XXL que cubren la mayoría del espacio.
Otra de las partes importantes es la cocina, la cual tiene un punto actual, pero se ve que todavía respira las tendencias en decoración de los 2000. Con el suelo en piedra y ornamentos de madera en las paredes, destaca un entorno en colores claros que está presidido por una isla en plata y beige, dando luminosidad al espacio.
Los dormitorios van en la misma línea de decoración y podemos ver cómo los tonos claros conquistan las paredes y se acompañan de grandes camas, estilo king size, y obras de arte que coronan el espacio aportando un toque más personal y de color.
Al margen de estos lugares neutros que hemos podido ver, lo que no puede faltar en cualquiera de las mansiones de Michael Jordan es una cancha de baloncesto. El exprofesional la hizo construir con un diseño personal, que cuenta con un techo de madera a dos aguas, que aporta un toque cálido. Como detalle, en el medio de la cancha está el logo de Jordan, el cual podemos ver plasmado en su colección de zapatillas con la casa Nike y pudimos ver su origen en la película Air. Un logo que le ha dado muchas alegrías, puesto que hoy en día Jordan sigue recibiendo año tras año un porcentaje de las ventas.
La habitación que más destaca es un salón con aire muy masculino que mandó crear de cero, que se envuelve en maderas de tono oscuro, a juego con las tapicerías en cuero de los sofás y otros varios detalles. Una gran escalinata de mármol da entrada a esta sala cuya protagonista es una imponente televisión de plasma, sofás para alojar a varios amigos, además de dos mesas de póker.
Es una casa con una fuerte personalidad y sus espacios respiran la esencia de Michael Jordan, pero, después de doce años, el deportista ha conseguido venderla por casi 13 millones de euros.
