Marcio Kogan es sinónimo de diseño imponente. Está considerado uno de los mejores arquitectos del mundo y ha conseguido fundir sus dos pasiones, el cine y la arquitectura. Kogan, fundador de MK27 Studio, es un cineasta que aplicó su amor por la cinematografía a la arquitectura para dar vida a nuevas formas de sentir los espacios.
Kogan es considerado uno de los arquitectos contemporáneos más importantes de Brasil. Uno de sus últimos proyectos es un complejo residencial en Somosaguas, Madrid, de la mano de Caledonian, que se ha convertido además en el primer proyecto en la capital en obtener el certificado ‘verde’ más prestigioso del mundo. Precisamente, le pregunto por Caledonian y explica que los admira «profundamente por su compromiso con la calidad y sobre todo la valentía para llevar a cabo proyectos diferentes a los que existen en el mercado inmobiliario. Somosaguas es un buen ejemplo, impecablemente ejecutado y con un concepto muy diferente, que en consecuencia recibió varios premios. Y lo más importante, ¡a la gente le encanta vivir allí! He recibido muchas cartas de vecinos y siempre tengo miedo de que sean quejas, pero siempre son elogios. Esto es genial para un arquitecto».
En cuanto a la sostenibilidad, un tema que cada vez preocupa más, Kogan explica que siempre buscan ser más sostenibles. «Para nosotros, la sostenibilidad refleja una ampliación cultural, una mejora de los valores y una comprensión de nuestro impacto en los espacios: el medio ambiente en sí. La producción de energía limpia, como la fotovoltaica, o la geotermia es una herramienta clave para reducir las emisiones de carbono y colaborar con el objetivo de reducción del calentamiento global fijado en la COP 21 de París, en 2015. Los proyectos de Caledonian incorporan ambas estrategias, logrando grandes resultados en el uso de energía. El Edificio Javier Ferrero, por ejemplo, ahorra alrededor del 79% de su consumo energético».
Pregunta. Usted es uno de los arquitectos de obra civil más influyentes en la actualidad, ¿cómo se llega a conseguir algo así?
Respuesta. «Prácticamente a través de una vida entregada a la arquitectura, y una obra arquitectónica construida lenta y constantemente siempre con la ayuda de un excelente equipo. Rodearse de los mejores es un valor seguro».
P. ¿Cómo es su relación entre el cine y la arquitectura?
R. En la década de 1980 todavía tenía dudas sobre si sería arquitecto o cineasta. Viví mis primeros años como arquitecto y ya tenía una carrera muy exitosa con los cortometrajes. Cuando hice mi primer largometraje, ‘Fogo & Paixão’ (‘Fuego y pasión’) en 1988, que resultó ser un gran fracaso en todos los sentidos, decidí convertirme definitivamente en arquitecto. Pero esto me ayudó mucho en mi carrera como arquitecto trayendo muchas lecciones del cine, como el trabajo en equipo, cómo contar una historia a partir de un guión de película, las proporciones alargadas de un visor de cámara de pantalla ancha y cómo lidiar con la luz natural o artificial. Y después de mucho tiempo ‘mal’ con el cine, en 2012 decidimos montar una instalación con cine en la Bienal de Venecia representando a Brasil.
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P. ¿Qué es para usted la arquitectura?
R. Una forma de crear algo para tener un mundo mejor. Parece un poco obvio, pero en realidad mi vida es eso. Una vez hablé en una entrevista y dije que yo creaba para dar placer a los demás, es decir, era como una prostituta. Y en la portada de la revista se destacó: «¡Soy una puta!».
P. ¿Qué es lo primero que tiene en cuenta antes de ponerse a hacer un diseño?
R. Ese momento bien podría ser una escena cinematográfica: estoy dentro de una densa niebla y dentro de un personaje, empiezo a ver un largo muro de piedra, una aeronave plateada cruza el cielo nublado, una hermosa chica que pasa me pide un cigarrillo y yo le digo que no fumo. Ella comenta que una escalera podría verse bien en esa pared lisa. Un grupo de enanos que tocan Satie en sus acordeones suben por esa escalera. Rápidamente tengo que crear una losa al final para que no se caigan. Y poco a poco ese proyecto va tomando forma y la niebla se disipa casi por completo.
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P. ¿Vive en una casa diseñada por usted?
R. Vivo en un edificio de ladrillos de 12 pisos en un barrio súper denso de São Paulo donde puedo comer una hamburguesa con bacon y un batido de chocolate a las 3 am o ir más tarde a una farmacia para comprar un antiácido por el bacon de la hamburguesa, todos estos sitios a pocos metros de distancia. Este edificio fue mi primer proyecto a principios de los 80. Me gustaría vivir en el estudio de fotografía Studio SC, en São Paulo.
P. ¿Qué cree que hay que cambiar en la arquitectura, en los edificios que se diseñan en la actualidad en las ciudades?
R. En este momento São Paulo está experimentando una gran transformación con un gran boom en la construcción civil, y este avance incontrolado en la ciudad me molesta profundamente. El restaurante en el que solíamos almorzar aquí cerca de Studio MK27 fue destruido para convertirse en un edificio enorme. Lo mismo pasó con la panadería, un café, la floristería, es decir, la destrucción de la parte afectiva de mi barrio. Todo está desapareciendo.
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P. ¿Cómo se pasa de salir en revistas de diseño a construir edificios en la periferia?
R. Me encanta eso. ¡El diseño tiene que ser democrático siempre! Da igual si es un edifico público ultramoderno o pisos en la periferia de la ciudad, todo tiene que tener un diseño y una personalidad propia.
P. ¿Intenta poner una chispa brasileña a todos sus diseños?
R. Por supuesto. El modernismo en Brasil, que tuvo lugar desde la década de 1940 hasta la inauguración de la ciudad de Brasilia en 1960, fue extremadamente poderoso y quizás el movimiento más importante en la historia de la arquitectura. Soy, o somos, hijos de lo que pasó por aquel entonces, con mucho orgullo.
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P. Usted es de Sao Paulo, dicen que es una ciudad que se ama o se odia…
R. Sí, São Paulo tiene 22 millones de habitantes en su área metropolitana que generan energía para la vida que se encuentra en pocos lugares del mundo. Feo, violento, neurótico, contaminado, sucio, con miles de defectos, pero me encanta. Estos contrastes lo hacen único y seductor para quienes no les gustan los lugares bucólicos y tranquilos. Una verdadera ciudad. Y como canta Caetano Veloso en ‘Sampa’ un himno a São Paulo:
«Y quien venda otro feliz sueño de ciudad
Aprende rápidamente a llamarte realidad.
Porque eres de adentro hacia afuera, de adentro hacia afuera, de adentro hacia afuera«
P. Usted se identifica con Vinicius de Moraes, quien se pasó la vida cantando a la belleza, ¿a quién canta Marcio Kogan?
R. En Brasil, en los años 50, se produjo una magia imposible de entender, donde se produjo la mejor arquitectura y la mejor música, bajo la batuta de decenas de personas que nacieron en las arenas de la playa de Ipanema, en Río de Janeiro. Vinicius era un apasionado de la belleza de las mujeres y yo sumé eso a la arquitectura.
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P. ¿Qué es aquello que aún no ha diseñado y tiene la espinita clavada?
R. No deseo nada especial. Me gusta dibujar cualquier cosa siempre que sea perfecta, impecable.
P. Lo que usted toca se convierte en oro…
R. Nos gusta hacer proyectos increíbles, pero quienes realmente terminan influyendo son los clientes, que ayudan a que un producto se convierta en oro de una manera muy importante. Siempre pienso que es más mérito de ellos que nuestro.
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P. ¿Cómo hace para cambiar el ‘chip’ y pasar de diseñar un refugio en las Islas Fari a unos pisos en la ciudad? ¿Imagino que la inspiración en las Maldivas es mucho más placentera?
R. Me gusta diseñar cualquier cosa siempre que cuente como un sólido soporte para el cliente. A menudo digo que prefiero diseñar una cuna para alguien que me gusta que un edificio en Park Avenue en Nueva York. El amor por las personas está por encima de todo. Parece extraño este tipo de afirmaciones en este extraño mundo en el que vivimos, ¡pero es absolutamente cierto!
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