Hay casas, y casas, y eso lo sabemos. Muchas de las propiedades que adquieren los personajes más reconocidos son muy grandes y ostentosas pero, no destila elegancia o distinción. En COOL nos gusta fijarnos especialmente en aquellas viviendas de celebridades que son especiales y, este es el caso, en la nueva adquisición de Adam Levine: una mansión centenaria de 22,7 millones de dólares (casi 20 millones de euros) que nos ha enamorado.
Una casa que data de 1923 y que firma un mito de la arquitectura norteamericana, el venerado arquitecto George Washington Smith. El cantante y actor Adam Levine junto a su esposa, la modelo de Victoria’s Secret, Behati Prinsloo decidieron hacerse con esta lujosa morada situada en un lugar que, por su clima y situación se está haciendo cada vez más popular: Montecito, en el condado californiano de Santa Bárbara.
Esta majestuosa mansión fue construida para el abogado John A. Jameson, uno de los fundadores de Montecito, donde se encuentra. Posteriormente pasó a varios propietarios no famosos y con el pasar de los años estuvo temporadas a la venta y otras alquilada. Su valor era algo mayor hace un tiempo, casi rozando los 30 millones.
Exteriores idílicos
En el exterior, sus terrenos de cuento de hadas invitan al descanso. Posee un putting green (mini campo de golf) una cancha de tenis de tamaño completo con un pabellón de observación y una piscina escondida discretamente lejos de la casa principal, ubicada detrás de setos y limoneros. También en el amplio jardín nos topamos con senderos serpenteantes a través de los árboles, un estanque/arroyo artificial, numerosos patios para el entretenimiento al aire libre y fuentes de piedra que gorgotean.
Interiores plagados de detalles
Al tratarse de una construcción histórica, los acabados, los materiales y detalles son únicos y dotados de buen gusto. En el interior de esta casa abunda la madera (en varias versiones como el roble), la piedra y el mármol más exclusivo. Una villa de ‘estilo Tudor’ que conquista en cada una de sus estancias.
Con vistas al mar desde su extraordinaria terraza privada, cuenta también con una sala de cine y una bodega. Comodidades por doquier para una residencia centenaria que ahora, tienen unos nuevos y reconocidos dueños.