Lo que ha cambiado en el discurso del Rey y muchos han pasado por alto
El día de Nochebuena cuenta con varios hitos que debemos tener a la vista, pero todos sabemos que el principal y más esperado es el discurso de S.M. el Rey Felipe VI. Mientras terminamos de preparar la cena y disfrutamos de la compañía de nuestros seres muy queridos, una de las tradiciones es sentarse a ver el mensaje del monarca que, además, este año, ha contado con varias diferencias. Alejándose de ese sillón y la imagen estática de fondo, ha dado una vuelta al concepto (no es la primera vez que lo hace), lo ha modernizado y nos ha enseñado un ápice de historia, a través del Salón de las Columnas del Palacio Real. Hay algo que ha destacado a la vista y ha sido la decoración.
Este escenario no ha sido escogido al azar, sino que cuenta con un significado especial. Fue aquí donde, el 12 de junio de 1985, se firmó el Acta de Adhesión de España a la Unión Europea, un acontecimiento del que se cumplen ahora 40 años y que refuerza el carácter institucional y comunitario del mensaje que nos ha transmitido el monarca. No es la primera vez que hace esto, es la tercera. En 2015 lo hizo desde el Salón del Trono y, más recientemente, en 2024, volvió al Salón de Columnas. Un espacio que se ha consolidado y se ha convertido en uno de sus favoritos.
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Además de dar un discurso con un fuerte mensaje, el fondo caracterizado de Navidad nos muestra, no sólo el buen gusto, sino las tendencias festivas en decoración de las que venimos hablando desde hace unas semanas. Aunque haya detalles como belenes ornamentados con guirnaldas verdes y las clásicas flores de Pascua vistiendo los lugares estratégicos del lugar, lo que destaca es el árbol de Navidad. Un detalle que no sólo es importante en el Palacio Real, sino también en Zarzuela.
Entre tapices, bustos, lámparas de oro y ornamentaciones que cuentan con siglos de historia, hemos visto un árbol de Navidad, decorado con esferas rojas y doradas. Estas se entremezclan con las ramas perfectamente dispuestas, además de luces cálidas que proyectaban destellos suaves sobre la madera y los mármoles. No era solo un accesorio, sino que era un símbolo de tradición, de elegancia atemporal y de la calidez que caracteriza la Navidad española.
En una entrevista previa, pudimos conversar con Rebeka Németh y Juliette Abello, cofundadoras de Nota Studio, que nos explicaron cómo los ricos decoran sus espacios y este es un ejemplo claro de sus palabras. Según ambas expertas: «Si predominan los tonos cálidos o metales dorados, podemos mantener esa línea también en los adornos». Esto es algo que coincide perfectamente, puesto que el oro combina con las lámparas, además de los tonos amarillos de la alfombra. Un punto que se diferencia del que pudimos ver en 2024, donde predominaba sólo el rojo y un toque de dorado, con un ambiente en el que la madera, también cobraba protagonismo.
Otro de los detalles que observamos es que la Sala de las Columnas no respira minimalismo, por lo que hay que crear un equilibrio para evitar que quede recargado. Ambas expertas recomiendan que «el maximalismo se debe combinar con el minimalismo, en el que se aprecian árboles con sólo luces y sin adornos». Aunque esto no sucede literalmente, vemos que el tamaño de las bolas no es excesivo, lo cual se hace más liviano a la vista, y su posición alineada propone un resultado armónico.
En definitiva, desde Nota Studio apuntaban que: «Lo importante es que la decoración de Navidad parezca una extensión natural de la casa, no algo impuesto». Lo que S.M. el Rey Felipe VI ha querido es un árbol de Navidad que respire ese aire festivo, pero sin exageraciones y sin protagonismo desmedido. En la sencillez, han encontrado la elegancia y el clasicismo que requiere una figura de estas características.