Inspirado en una caverna, así es el nuevo espacio del Museo de Historia Natural de Nueva York
No existe mejor aprendizaje sobre la historia que visitar un museo en el que puedas descubrir la evolución, aumentar la cultura propia y educarse a uno mismo. Uno de los más reconocidos es el Museo de Historia Natural de la ciudad de Nueva York, uno de los más grandes y aclamados del mundo. El entorno de su construcción es un punto importante a tener en cuenta y, en mayor manera, procuran que se mimetice con la actualidad. La modernidad arquitectónica comienza a formas parte de estos y aclamados estudios arquitectónicos, están dejando su huella en museos de renombre. El último lo ha cumplido el neoyorquino Studio Gang, creando la última adición del Museo Americano de Historia Natural, el Gilder Center para la Ciencia, la Educación y la Innovación.
El Centro Gilder cubre más de 70.000 metros cuadrados y crea 33 conexiones entre diez edificios del museo que vinculan todo el campus. Una vez abierto, el Museo se desplegará hacia el exterior con una nueva entrada en su lado oeste en Columbus Avenue y la calle 79.
El Centro Gilder de Studio Gang encarna la misión de ciencia y educación del Museo de Historia Natural. Presenta exposiciones innovadoras, instalaciones de investigación de clase mundial y aulas innovadoras. También, su diseño incorpora espacios para colecciones de investigación, exposiciones y aprendizaje, todos situados muy cerca. Esto refuerza el papel central de las colecciones de historia natural en el descubrimiento científico. Así, los visitantes del museo disfrutarán de exposiciones y programas atractivos que los conectan con la evidencia y procesos de la ciencia.
Los arquitectos desarrollaron esta forma escultórica a través de una fachada ondulada realizada en granito rosa de Milford. Con sus aberturas cubiertas de vidrio a prueba de aves y superficies revestidas con paneles de piedra en diagonal, la fachada del museo evoca capas geológicas. Asimismo, armoniza con la superficie texturizada de la mampostería que colinda en la calle 77.
La entrada del Gilder Center es un gran atrio de cinco pisos, iluminado con luz natural a través de grandes tragaluces. Además, sobre la textura, el color y las formas fluidas de este están inspirados en los cañones del suroeste de los EE. UU. y en las formas que el agua caliente se graba sobre los bloques de hielo. Con estas formas y texturas orgánicas, el espacio inspira a los visitantes a la exploración.
La imponente estructura se construyó utilizando una técnica conocida bajo el nombre ‘concreto proyectado’, inventada por el naturalista del Museo, Carl Akeley. Los puentes y aberturas se coordinan de tal forma que, conectan a los visitantes física y visualmente sobre los múltiples niveles que albergan nuevas galerías, espacios educativos e instalaciones de colecciones. Esto crea líneas de visión acogedoras que fomentan el movimiento en todo el edificio. Además, la verticalidad del atrio Griffin proporciona luz natural y circulación de aire al interior del edificio, lo que lo convierte en un modelo clave de sostenibilidad.
El Centro Gilder es un testimonio del compromiso del Museo con la ciencia y la educación que, bajo un impresionante diseño, evoca emoción y descubrimiento, al tiempo que brinda una experiencia más profunda que conecta a los visitantes con la evidencia y los procesos de la ciencia a través de exposiciones y atractivos programas. Asimismo, establece caminos continuos a través del campus de cuatro cuadras del Museo, conectando edificios que se construyeron durante casi 150 años. Esto implementa la experiencia de los visitantes y les brinda un espacio moderno para la investigación y la educación.