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Estopa y su imperio inmobiliario: 4 exclusivas casas valoradas casi en 10 millones de euros

(Foto: GTRES/Adobe Stock)

El éxito musical de Estopa es incuestionable, pero hay una parte menos conocida de su historia que explica cómo David y José Muñoz levantaron su primer imperio económico, valorado en torno a 10 millones de euros, lejos de los focos y con los pies firmemente apoyados en el suelo. No empezó en escenarios gigantes ni en alfombras rojas, sino en una estrategia familiar basada en la prudencia, el trabajo constante y la inversión inmobiliaria como refugio seguro.

Nacidos en Cornellà de Llobregat, los hermanos Muñoz crecieron escuchando a Los Chichos, Sabina o Camarón mientras soñaban con escapar de la rutina. El golpe de suerte llegó con su primer disco y un tema que se convirtió en himno. Las cifras fueron clave: millones de discos vendidos en apenas dos años y una fama fulminante. Sin embargo, lejos de perder el norte, tomaron una decisión clave: poner el dinero en manos de su padre, Pablo Muñoz, el verdadero arquitecto de su patrimonio.

Con una mentalidad conservadora y un principio innegociable –pagar impuestos en España–, el patriarca canalizó los ingresos a través de varias sociedades familiares y, sobre todo, mediante la compra de inmuebles. Así nació el músculo inmobiliario de Estopa. Chalets, pisos y áticos repartidos entre Cataluña y Madrid fueron construyendo un patrimonio sólido, sin lujos excesivos ni extravagancias. Cada hermano optó por gestionar lo suyo, pero con una filosofía común: invertir cerca de casa y pensar a largo plazo.

(Foto: Estopa)

David, el mayor, apostó por zonas tranquilas de Esplugues y Sant Just Desvern, además de viviendas en la costa catalana y propiedades en Madrid. José siguió un camino paralelo, con inversiones gemelas en barrios similares y residencias pensadas tanto para vivir como para descansar en familia. No hay mansiones desorbitadas ni urbanizaciones inaccesibles: casas cómodas, bien situadas y funcionales. Un lujo discreto que encaja con su imagen pública.

El engranaje empresarial se completó con Mandinga, la sociedad que hoy centraliza su actividad artística y la gestión de su estudio de grabación en Sant Feliu de Llobregat. Tras el parón de la pandemia, la empresa volvió a despegar con fuerza, demostrando que, 25 años después, Estopa sigue siendo un negocio rentable. Aun así, el ladrillo continúa siendo la base más estable de su riqueza.

Durante la cuarentena, como a tantas familias, la distancia física separó a los hermanos, pero también evidenció la solidez de lo construido. Mientras seguían creando música desde casa, su imperio permanecía intacto. Ese es quizá el mayor logro de Estopa fuera del escenario: haber transformado un éxito fulgurante en seguridad y estabilidad, sin renunciar a sus orígenes ni a la vida de barrio.

Cada hermano posee su propio conjunto de inmuebles, repartidos entre varias zonas de Madrid y Cataluña. Según fuentes consultadas, podemos hacer una estimación del precio.

  • Chalet en Esplugues (zona de alto nivel): 2,5 millones.
  • Casa cerca del mar en Cubelles: 1,2 millones.
  • Piso en Madrid Río / Madrid (aunque se rumorea que ésta la vendieron): 1,5 millón.
  • Casa en Sant Just Desvern: 2 millón.
  • Casa de veraneo en Calafell: 2 millón.