El lugar donde estaba construida era precioso. El tamaño, correcto. No le faltaba nada. Salvo las vistas. ‘Casa mirador’, como se denominó a esta vivienda en Ecuador ha pasado por las manos de Rama Estudio y la remodelación que le han hecho no nos ha podido gustar más. Si hace unos días te hablábamos de una casa con forma de tetris al borde de un acantilado, ahora te hablamos de una vivienda al borde de una colina y a la que le han añadido una caja de vidrio para mejorar las vistas.
Esta pequeña casa de campo era el lugar al que se escapaba una familia ecuatoriana para salir del bullicio de la ciudad. Desconectar del mundanal ruido y conectar con la naturaleza. Sin embargo, con la llegada de la pandemia empezaron a pasar más tiempo en este ‘refugio’, y fue cuando se percataron de que necesitaban más espacio. Hasta entonces, la casa sólo constaba de un dormitorio principal, un baño y un espacio de usos múltiples donde dormían las dos hijas de la familia.
Tras pasar por las manos de Rama Estudio, el estudio de arquitectura añadió una caja de vidrio a la vivienda que le dotó de unas espectaculares vistas y del espacio deseado. Se dotó a la vivienda de una sala de estar y dos cómodas habitaciones separadas para las niñas. Y en la zona nueva, se pudo acondicionar una cocina, un comedor y una sala de estar.
Sin embargo, uno de los grandes problemas a los que se enfrentaron en la construcción más allá de la dificultad en sí de añadir una ‘caja de vidrio’, era la condición que impuso la familia: el trabajo debía completarse, a más tardar, en tres meses. Así se hizo. Desde el estudio de arquitectura idearon colocar una estructura de vidrio que sobresalía en parte de la pendiente y estaba sostenida por una estructura metálica. El techo quedó cubierto de vegetación.
