Arquitectura

Una casa escultórica con forma de concha en un bosque de Japón

Foto: Kotaro Ide

A unos 70 minutos en tren de Tokyo, la naturaleza alberga en un bosque de musgo una casa que se podría confundir con la escultura gigante de un museo. Esta peculiar estructura con forma de concha, está ubicada en el pueblo japonés de Karuizawa y construida para integrarse entre las vegetación y la arboleda. Su carácter artístico no nos ha dejado indiferentes, por ello, queremos hacerte un recorrido a través de los detalles más espectaculares de Shell House.

Foto: Kotaro Ide
Foto: Kotaro Ide

La autoría de esta obra maestra de la arquitectura y el diseño, se atribuye a Kotaro Ide, arquitecto para ARTechnic Architects,  y podríamos decir que su diseño se encuentra a medio camino entre lo futurista y lo clásico.

Foto: Kotaro Ide

Cada una de sus estancias permite al individuo disfrutar de la amplitud de sus espacios, ya que los muebles se encuentran empotrados para conseguir este efecto. Aunque si algo pretendía conseguir Ide desde el interior de la casa, es la capacidad del disfrute de naturaleza desde cualquier punto de su interior.

Foto: Kotaro Ide
Foto: Kotaro Ide

En cuanto a su decoración interior, Shell House (casa concha) incorpora elementos minimalistas, para que, en armonía con la madre tierra, y junto a su forma escultórica de caracola, permita al cliente disfrutar y crear un ecosistema y energía únicos.

Foto: Kotaro Ide
Foto: Kotaro Ide

Flotar en medio del bosque es posible, así lo han demostrado con esta casa que desde arriba tiene forma de ‘J’.

Foto: Kotaro Ide

Shell House es un refugio lleno de confort que pareciera flotar en medio del bosque. Sus formas redondeadas permiten que los árboles que la rodean poco a poco comiencen a acercarse al edificio, convirtiéndolo en parte del ecosistema.

Foto: Kotaro Ide

¿Deseas perderte en un contexto de ensueño? Shell House, en Japón, nos parece uno de los destinos mágicos en los que desaparecer y conectar con la naturaleza y el paisaje. Una casa con forma de concha sobre la que habitar y flotar durante algunos días de desconexión. Suena mágico, ¿no?

Foto: Kotaro Ide
Foto: Kotaro Ide