No hay nada como una buena dosis de cafeína por las mañanas, sobre todo si conoces todos los beneficios del café. Y si además se disfruta en un espacio que es puro arte, mejor que mejor. Porque nos encantan las cafeterías y nos pierde París, hemos viajado hasta la ‘Ciudad del Amor’ para descubrir un café parisino minimalista lleno de buen gusto y artesanía.
La diseñadora germano-danesa Gesa Hansen ha diseñado este café parisino lleno de gusto y artesanía en donde la máxima es ‘menos es más’. Y no es para otros, es su nuevo proyecto personal.
Porque el Café Compagnon es el nuevo café y restaurante parisino del restaurador Charles Compagnon y la diseñadora de interiores Gesa Hansen. Un escondite alegre en el Distrito 2 que pretende ser un lugar versátil para disfrutar de un desayuno por la mañana o de una divertida cena con amigos por la noche.
Un lugar de familia
El matrimonio se embarcó en este proyecto mirando hacia el pasado. Porque fue un libro de bocetos realizado por el abuelo de Charles Compagnon, el escultor Carlos Ferreira della Torre, el germen de inspiración para el proyecto de este nuevo café parisino.
Fueron los dibujos del escultor quienes inspiraron el logotipo, presente en una de las paredes atravesando el espejo, mientras que el trabajo de la escultora contemporánea Bianca Lee Vasquez y la ceramista Sophia de Moser Leitao adornan el interior.
Con la madera como protagonista, con muebles de madera tallada expresivamente y pisos de concreto pulido, a los que sumar una paleta de tonos mediterráneos, Hansen salpicó el espacio con mármol en tonos burdeos y muebles de tela en una oda al viñedo recién adquirido por ella y Compagnon.
Nuevo estilo bistró
Sofisticado, con una paleta de colores muy mediterránea, este rincón de París ofrece una coqueta selección de vinos de su propio viñedo, conocidos como Charmetemps. Son, sin duda, lo más destacado del menú de bebidas del nuevo Café Compagnon y complementan perfectamente su cocina francesa de ‘nuevo estilo bistró’.
Entre sus menús destacan el filete de solomillo normando madurado durante 60 días y marinado en champiñones ostra con panisse frito. O un lomo de cerdo de granja con puré de uva, vadouvan (un derivado francés de una especia masala) y champiñones porcini.
Tampoco podía faltar en su carta una coqueta tabla de quesos. Franceses, por supuesto. Y una tarta de chocolate hecha al 65% de chocolate negro venezolano con el que poner el punto final a este nuevo café parisino lleno de arte y madera.