La vida es una tómbola, tom-tom-tómbola es una de esas frases que se leen con ritmo, de una de esas estrellas que marcó toda una generación: Marisol. O como bien se llama, Pepa Flores. Parte de la banda sonora de la película Tómbola (1962), una de la gran lista de éxitos que cosechó el personaje, cuya vida ha estado marcada por los estragos de la fama infantil. La malagueña anunció recientemente la venta de la que fuese su casa durante las últimas décadas en su ciudad natal: en una de las mejores ubicaciones de la ciudad y por 1,5 millones de euros.
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Resulta paradójico que al buscar Pepa Flores en cualquier buscador, el resultado se vea eclipsado por el nombre de Marisol. No en vano se dice de ella que fue una niña sin identidad, sumida bajo el brillo de un personaje. Oculta tras la industria cinematográfica, Marisol fue el sueño televisivo de toda niña de finales del siglo XX. La vida de Pepa Flores fue todo un camino entre luces y sombras, la historia de una niña convertida en un juguete televisivo de la dictadura.
Ni fue la primera ni la única estrella de los huevos de oro que pasó por las manos del productor Manuel Goyanes, a quién llegó con apenas 10 años. Tras su cabello rubio – obligada a teñirse de ese color siendo sólo una niña – , sus vibrantes ojos y su talento para cantar y bailar frente a la pantalla, se oculta una historia de abusos, revueltas y una abrupta desaparición del ojo público.

Oculto tras grandes hitos del cine español como Un rayo de luz (1960), Ha llegado un ángel (1961), Marisol rumbo a Río (1963) o Cabriola (1965). De hecho, en esta última aprendió a maquillarse gracias a los consejos de Audrey Hepburn, por entonces casada con su director Mel Ferrer. Así lo contaba en 2008 en una entrevista para Vanity Fair.
Incapaz de dejar atrás a Marisol al apagar las cámaras, su rotunda salida del ojo público en los años 80 fue toda una sorpresa para los espectadores – más aún teniendo en cuenta escándalos ilusorios como su afiliación al partido comunista. El caso es que por fin pudo liberarse de Marisol para dar la bienvenida a Pepa Flores y, con ello, a una vida completamente alejada de las pantallas.

En los últimos 40 años sólo ha roto su pacto contra la exposición mediática en dos ocasiones. Pudimos verla en una ocasión concediendo unas palabras al periodista José Manuel Parada. «La decisión más acertada que he tomado en mi vida fue venirme para mi tierra para quedarme definitivamente en ella», afirmaba en aquella entrevista. Que sentenciaba con un «aquí vivo, aquí quisiera vivir y aquí quisiera morir como una malagueña más«. Y por último, hace un año, en el cumpleaños de su hija, la también actriz María Esteve.
Pero nos quedamos con esas últimas palabras que dijo en su última entrevista y que ha cumplido a la perfección, asentada sobre su espectacular piso de La Malagueta. Dos años después del fallecimiento de su pareja Massimo Stecchini, con quien llevaba 25 años, Pepa Flores ha decidido cerrar la etapa y dejar atrás el bullicio de Málaga. Y, con ello, despedirse de la que ha sido su hogar durante tantos años.

Una ubicación inigualable
El piso de Pepa Flores se encuentra ni más ni menos que frente al Muelle Uno, una zona comercial al aire libre situada en el puerto de Málaga. Y una de las más demandadas de la ciudad, dada su ubicación, sus vistas y la accesibilidad al centro histórico de la ciudad. Que cada año alberga una mayor y mejor oferta cultural, con lo que se ha posicionado como uno de los destinos estrella a nivel nacional.

Estas vistas no pasan desapercibidas precisamente desde el inmueble. Primero, porque su ubicación en el piso 16 ofrece una panorámica inigualable de la ciudad. Y, segundo, porque sus dos terrazas (orientadas al sureste y al oeste) y su disposición rodeada de ventanales introducen dentro de la vivienda el auténtico significado de Costa del Sol.
Los 150 metros cuadrados de los que dispone la superficie de la vivienda se encuentran repartidos en tres dormitorios, dos cuartos de baño (uno en suite), cocina y un salón comedor.
Y, aunque necesita cierta actualización, la vivienda encuentra precisamente la joya de la corona en el dormitorio. Tiene todo lo que requiere un buen descanso. Comenzando por las espectaculares vistas, la actriz unió dos dormitorios para ganar en amplitud y comodidad en este espacio. Además, tal y como informa el portal Idealista (donde el piso se encuentra actualmente anunciado), uno de los baños fue sustituido para dar paso a un vestidor.