Muchas personas mayores, aunque en algunas ocasiones cuentan con las visitas de sus familiares, ven reducido su círculo social y esto hace que padezcan sentimientos de soledad no deseada en algún momento de sus vidas.
Y es que, en España alrededor de 5 millones de personas viven solas, poco más de 2 millones de estos hogares son unipersonales y además, están habitados por personas mayores, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que de manera progresiva sufren la pérdida de amigos y familiares con los que poder charlar o hacer actividades de ocio. A ello, debemos sumarle que el paso de los años provoca, en muchos casos, una menor capacidad física para entrar y salir de casa, socializar, ir a la compra, etc., lo cual también contribuye a que se produzca ese aislamiento social.
Es por ello que el trabajo de las auxiliares del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) gestionado por Clece, que acuden cada día a los hogares de las personas mayores y/o dependientes que necesitan asistencia, se haya vuelto tan importante para paliar esta situación.
Estas profesionales se convierten en auténticos ángeles de la guarda porque, no solo les ayudan con las labores domésticas, sino también les proporcionan compañía.
Clece, que actualmente gestiona este servicio en varios municipios de España y atiende alrededor de 140.000 usuarios, consciente de esta problemática ha impulsado diversos planes que buscan promover las relaciones sociales de los afectados a través de la conexión con su entorno, a la vez que fomentan su autonomía personal y su salud.
Los usuarios a los que van dirigidos estos planes, además de la asistencia habitual que les brindan las auxiliares cada día, también tienen a su disposición un servicio de acompañamiento. A través de este, las empleadas del SAD acompañan a los mayores cuando, por ejemplo, quieren salir a realizar algún recado o simplemente dar un paseo por el parque.
Además, en algunos de los municipios en los que presta este servicio, Clece ha incorporado la figura del gestor de trámites, dirigido a aquellas personas que no cuentan con una red social o familiar, para ayudarles con algunos trámites, como ir al banco o diligencias con la Administración.
Otra de las iniciativas que Clece ha puesto en marcha para aliviar las situaciones de soledad no deseada es la organización de actividades socioculturales, en las que reúnen a los usuarios del SAD que son de la misma zona, promoviendo asimismo el envejecimiento activo y saludable. Se realizan, por ejemplo, encuentros intergeneracionales, visitas a museos, talleres de arte, actividades deportivas, tertulias, etc.
La metodología que usan en Clece, además, es el modelo de Atención Integral Centrada en la Persona (AICP), lo que implica una atención individualizada, con un trato humano, digno y con respeto, donde prima la capacidad de decisión y elección de las personas, así como los gustos y las aficiones de cada usuario.
Gracias a este modelo de atención personalizada, las auxiliares del SAD gestionado por Clece se han convertido en un pilar fundamental para identificar los casos de soledad no deseada y hacer todo lo posible por mejorar esta situación.