San Valentín es una fecha marcada para quienes creen el amor, y los que más saben de esto son aquellos que se han mantenido juntos durante décadas hasta el final. Tener a alguien a tu lado es muy importante en algunas etapas de la vida, y los mayores son los que más consejos pueden darnos al respecto.

Es el caso de Felisa y Guillermo (en la foto de arriba), de la residencia Nuestra Señora de la Magdalena, en Villaornate (León), gestionada por Clece. Ambos se conocen desde pequeños ya que son del mismo pueblo, Valderas, y empezaron a salir hace ya 62 años. Se casaron un lunes de 1958, era Cuaresma, por eso decidieron ese día.

Tienen una hija y un nieto de los que están muy orgullosos. Han trabajado mucho y por eso no han conocido tanto mundo como les hubiera gustado, pero ambos destacan que han sido muy felices juntos.

Llevan tres años en la residencia, siguen estando muy unidos y no saben estar el uno sin el otro. Para esta longeva pareja, el secreto del amor es «no reñir» y respetarse mutuamente.

Vicenta Peña y Jerónimo Andrés también llevan toda una vida juntos y actualmente se encuentran en la residencia El Parque, en Soria. Ambos son de Tardajos de Duero, él tiene 93 años  y ella 89, y se conocen del pueblo de toda la vida, donde compaginaban juegos y diversión infantil.

Vicenta Peña y Jerónimo Andrés.

Comenzaron su relación cuando él tenía 19 años y ella 16. Su noviazgo duró una década puesto que las urgencias económicas mandaban y no había dinero para casarse. Los dos provenían de familias humildes dedicadas al campo y necesitaban aportar trabajo a la familia.

Se casaron un 28 de diciembre de 1953 en Soria capital  y, como anécdota, cuentan que también el día de la boda tuvieron que atender al ganado ya que ese trabajo no entiende de domingos ni festivos. Al poco tiempo nació su primera y única hija, Lourdes, con la que mantienen excelente relación.

Han estado siempre juntos, tanto personal como laboralmente, compartiendo éxitos y fracasos y formando un tándem perfecto. Actualmente existe una compenetración perfecta entre los dos, originada por la vida misma, ya que Jerónimo tiene bastantes dificultades físicas y Vicenta cognitivas. Entre los dos se ayudan con mucho amor y fuerza de voluntad.

Josefa Romero y Antonio Luque se conocieron en el centro residencial de mayores Nuestra Señora de los Dolores en Villanueva del Trabuco en  Málaga.

Josefa Romero y Antonio Luque.

Antonio tiene 73 años, es soltero, sin hijos y natural de una pedanía de Antequera. A los tres años sufrió meningitis que le causó discapacidad auditiva. Hace 10 años sufrió un ictus, quedándole una hemiplejia en el lado izquierdo, lo cual limitó mucho su movilidad. Con el tiempo, rehabilitación, y su constancia consiguió caminar con andador. En la actualidad necesita silla de ruedas para desplazarse.

Josefa tiene 70 años, viuda, con dos hijos y una nieta. Es natural de Málaga, y allí transcurrió toda su vida hasta el momento que llego a la residencia. Dedicó toda su vida a cuidar a sus hijos y su marido, nunca trabajó fuera del hogar. Vive en la residencia desde 2012.

El 26 de enero de 2016, día que Antonio ingresó en el centro, fue un flechazo. Poco a poco fueron conociéndose, compartiendo momentos,  sonrisas, y entablando una relación de amor y cariño.

Transcurridos unos meses y con el apoyo de sus familias decidieron formalizar su relación. Cada mañana es muy bonito ver a Josefa empujar la silla de Antonio para bajar hasta el comedor y tomar el desayuno. Y cómo él, a pesar de sus limitaciones para la comunicación es capaz de expresarle su amor.

Eugenio y María

El 31 de diciembre, Eugenio dedicó a su enamorada María una poesía en la que habla de un clavel. Entonces eran dos jóvenes enamorados y no estaban casados. Eugenio, recién llegado de París, se presentó  con una sobrina en casa de Consuelo, la hermana de María, con la intención de que la dejaran salir y así poder verla. Ante la presencia de su sobrina los padres de María cedieron a la petición y esa misma noche, en lo que entonces se llamaba la Plaza del Caudillo, Eugenio le regaló el famoso clavel.

Eugenio y María se conocieron en el trabajo. Él siempre le pedía que cantara porque ella lo hacía muy bien. Él vivió 7 años en París y María, paciente esperó su vuelta para casarse. La boda se celebró el  11 de diciembre de 1976 y, desde entonces, han estado unidos, como dice María: “Con sus más y sus menos, como todas las parejas”. Eugenio padece la enfermedad del alzheimer desde hace 5 años y María siempre ha estado pendiente de sus necesidades.

Francisco Gallego y Pascuala Sahuquillo.

Por último, Francisco Gallego y Pascuala Sahuquillo. Él nació el 8 de septiembre de 1927 en Alcaraz, y ella el 19 de mayo de 1933 en Albacete capital. Francisco ingresó en la Residencia Núñez de Balboa, gestionada por Clece, en abril de 2011 y Pascuala Sahuquillo en abril de 2013.

Pascuala sólo lo conocía de vista y de verlo por los pasillos o en el comedor, pero nunca habían entablado una conversación. Se conocieron por una amiga en común. Estando las dos amigas un día conversando en el pasillo de su habitación, se acercó Francisco y decidió invitarlas a tomar un café. A raíz de ese día, Pascuala y Francisco, fueron hablando y conociéndose más hasta que un día se dieron la mano y empezaron a ser pareja.  Estuvieron 1 año y medio, hasta que decidieron vivir juntos. Ya llevan 3 años y aseguran que estarán juntos mientras vivan.