El pasado 14 de marzo, tras varios días de incertidumbre, el Gobierno decretó el estado de alarma en todo el país. Una decisión que entrañaba la limitación de movimientos de los ciudadanos y entre otros aspectos, el cierre a nivel nacional de todos los centros de día, espacios en los que conviven o acuden diariamente personas mayores, el colectivo con más riesgo de contagio por COVID-19. Además, la misma medida gubernamental implicaba la limitación de los programas de Ayuda a Domicilio coordinados por los ayuntamientos.

El propósito de estas medidas y la limitación de la asistencia domiciliaria en toda España es poner a salvo y proteger de la infección a la población más vulnerable, e intentar  frenar la pandemia y reducir el riesgo de contagio entre el personal sociosanitario. Sin embargo, la decisión de clausura total de estos espacios o servicios también implica que decenas de personas que comían cada día en los centros de día, quedaran confinadas en casa sin acceso a una alimentación adecuada.

Por esta razón, Clece, filial de ACS, y el Ayuntamiento de Palencia se han coordinado para que ninguna persona de la ciudad, mayor o dependiente, se quede sin la atención alimentaria diaria. Dos días a la semana, concretamente martes y jueves, dos empleados de Clece hacen una ruta para dejar ‘tuppers’ con dos platos de cadena fría y postre, en la casa de aquellas personas especialmente vulnerables que lo han solicitado al consistorio palentino.

Un empleado de Clece haciendo el reparto en Palencia @Clece

Alfredo Mozo, gerente de servicios sociales de Clece en Castilla y León, explica a OKDIARIO que esta iniciativa nace con las primeras medidas rígidas estipuladas por el estado de alarma “Cuando  que cerraron los centros de día y se limitaron muchos servicios, advertimos  que algunas que las personas que iban cada día a los centros o estaban atendidos en casa por nuestros profesionales, iban a quedarse sin comer, bien por no poder salir a la compra, bien por no saber cocinar, como ocurre en muchos de los casos”.

Y no sólo eso, además, según apunta Mozo, muchos de ellos corrían el riesgo de alimentarse de manera inadecuada o incompleta. “En el centro de día los menús están diseñados por nuestros nutricionistas para garantizar dietas equilibradas, por ello, pensamos que era importante llevar esos menús a domicilio. No sólo nos aseguramos de que reciban la comida en casa, sino que, además, sabemos que es la pautada”.

En un principio, cuando se activó toda la logística entre Clece y la concejalía de Bienestar Social de Palencia, se atendía a unas 80 personas, ahora, tras correrse la voz de este servicio, la comida se entrega a unas 200 personas, lo que supone un servicio de 1.200 menús semanales.

En este sentido, comenta Mozo, “está siendo un reto logístico, de producción y de coordinación con el Ayuntamiento pero todos estamos muy contentos de haber doblado el número en apenas unos días.  Los nuevos solicitantes del servicio de comida a domicilio son personas que solían salir a comer un menú en restaurante y que, con el estado de alarma, se quedaban sin lugar al que acudir, o personas temerosas de salir a la calle por sufrir alguna discapacidad o por miedo al contagio. Este servicio les proporciona una dieta equilibrada y elimina el riesgo de salir a la calle a comprar”.

Destaca, además, cómo está funcionando el boca a boca para difundir este servicio “ muchos nuevos usuarios nos cuentan que se han enterado de la existencia del servicio por comentarios de conocidos, por las redes sociales o simplemente al ver cómo llegaban los menús a las casas de sus vecinos. La difusión nos ha permitido atender, rápidamente, a personas que podían tener problemas con la alimentación”.

Son tiempos complicados, de eso no cabe duda, pero nadie debe quedar fuera de la maravillosa red de asistencia que se está tejiendo en todo el país gracias a la colaboración de todos.