“Iba caminando hacia el INEM cuando vio el autobús de nuestras rutas del empleo aparcado. La mujer se acercó, nos preguntó qué hacíamos y nos contó que buscaba trabajo. Tras una entrevista espontánea, se fue con un contrato laboral a casa. Esto fue una realidad que pasó hace unos días en Barcelona, no es ningún anuncio”, explica Héctor Alemany, gerente de Clece en esta provincia y uno de los coordinadores de esta iniciativa en la región.
Y es que esta ruta de Clece en Barcelona, al igual que otras que ha desarrollado desde 2022 en varios municipios de Granada, Jaén, Cádiz, Málaga, Galicia, Madrid y Valladolid, ha gozado de una gran acogida. Lo novedoso es que a través de esta oficina de selección itinerante integrada en un autobús, se acercan las oportunidades laborales a la España rural y no al revés. De este modo, la compañía ofrece empleo a personas que no siempre pueden buscar trabajo digitalmente, con el fin de aplicar a una vacante disponible, bien por desconocimiento o por falta de medios tecnológicos, o por ambas razones.
“El compromiso social está en el ADN de Clece, por eso, acercar el empleo a todo el mundo y darles la oportunidad de acceder al mercado laboral es una prioridad para nosotros. Hay personas que quieren trabajar y que tienen muchas ganas de tener independencia económica, pero lo cierto es que muchas veces no saben bien cómo aplicar a una oferta”, detalla Alemany.
En Barcelona, los técnicos de Selección de Clece a bordo de este autobús han entrevistado durante cinco días –del 8 al 12 de mayo– a más de 800 personas para cubrir alrededor de 500 puestos de trabajo. Los candidatos, la mayoría inscritos de forma previa a través de las organizaciones sociales o administraciones locales con las que colabora esta compañía, han sido entrevistados con el fin de cubrir diferentes plazas en servicios de limpieza, jardinería, vigilancia de seguridad o forestales, entre otros.
Una de las personas que encontró trabajo en esta ruta es Carmen Fuentes. “Me inscribí en una de estas entrevistas gracias a la chica de la Asociación Cruz Roja a la que voy, ella fue quien me dijo que iba a mandar mi currículum. Cuando me llamaron para ir a la entrevista, la verdad, no tenía demasiadas expectativas; lo que jamás esperé es que saldría de ese autobús con un contrato firmado. Es un contrato de limpiadora en el centro médico de un pequeño pueblo cerca de Martorell”, explica.
Fuentes, que cumplirá en pocos meses 38 años, confiesa estar “muy contenta” porque ha conseguido trabajo y eso le da “una alegría tremenda”. “Para personas como yo, en riesgo de exclusión, sin estudios y sin coche para ir a trabajar, no es sencillo encontrar oportunidades laborales. No sólo porque no puedo moverme tan fácilmente, sino porque tampoco tengo portátil, ni dinero para comprarme uno, que me permita inscribirme en portales de empleo”, añade.
Por su parte, Alemany describe ‘Barcelona Emplea’ como “un éxito”. “Una de las cosas más gratificantes de esta iniciativa es la sonrisa de la gente. Personas que vienen sin esperar nada y se van con un trabajo. Y es que todos merecemos una oportunidad, que nos ayuden y que nos escuchen. Por tanto, creo que estas oficinas itinerantes tienen mucho valor”, asegura.
Y es que, tal y como explica el gerente barcelonés de Clece, hay colectivos que “lo tienen mucho más complicado”. Por eso, esta compañía da prioridad a la hora de ofrecer empleo a colectivos en riesgo de exclusión social, como personas con discapacidad o mujeres que han sufrido violencia de género, entre otros. “Las rutas del empleo son una forma de acercarnos a ellas, de conocerlas y que nos conozcan, todo de una forma espontánea y poco encorsetada. Queremos dar una oportunidad a estas personas procedentes de contextos vulnerables porque normalmente les es más complicado acceder al mercado laboral. Que vengan a nuestras entrevistas y salgan con trabajo y con una sonrisa es muy gratificante”, subraya Alemany.