El pasado 1 de octubre se celebró el Día Internacional de las Personas Mayores, una jornada constituida por las Naciones Unidas en 1990 para reivindicar los derechos de este colectivo, así como para poner en valor el papel tan importante que juega en la sociedad. Además, la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU reconocen que el desarrollo total de cualquier sociedad sólo se puede lograr si incluye a todas las edades. Sin embargo, y a pesar de la profunda huella que dejan los pasos dados a lo largo de su vida, se trata de un colectivo muy vulnerable por el que todos tenemos la obligación de velar.
Con motivo de esta jornada internacional, Clece, filial del Grupo ACS, ha organizado unas tertulias dirigidas por sus empleados en las que han participado un gran número de residentes de los centros residenciales, así como centros de día, que gestiona en toda España. La campaña, que se enmarca bajo el nombre de ‘DIGNEDAD’, una acción que cada año hace Clece para reivindicar unos cuidados dignos para ellos, ha lanzado esta pregunta a decenas de sus residentes: “Como persona de edad, ¿qué le pedirías a la sociedad?”.
De esta forma, Clece ha dado a conocer las principales preocupaciones de las personas mayores y el rol que quieren seguir teniendo en la sociedad, a pesar de que su actividad baja con el paso de los años. Algunos de los derechos más reivindicados por las personas mayores es su derecho a no ser maltratados ni de forma física, sexual o psicológica, ni tampoco administrativa o económicamente hablando.
Además, han expresado su deseo de seguir estando activos y que, tanto los entes privados como públicos, cuenten con ellos para participar de manera activa en la política, el ocio y la cultura. Para ello, para seguir un día a día lo más normal posible y poder participar en los tres aspectos anteriormente citados, piden también poseer derecho a la accesibilidad con mobiliario urbano adecuado, señales específicas en las calles o el transporte público de las grandes y pequeñas ciudades.
Otro de los aspectos que preocupan a los mayores, y así lo expusieron en sus reflexiones, es la sostenibilidad del sistema de pensiones de nuestro país. Un derecho conquistado y sufragado a través de las cotizaciones sociales, que contempla que reciban una pensión digna, tener cobertura sanitaria con la Seguridad Social, así como tener acceso a recursos asistenciales –gestionados a través de la Ley de Dependencia y que contempla aspectos como atención domiciliaria, atención socio-sanitaria o plazas en residencias, entre otros– sin eternas esperas o demoras.
Con respecto a la dignidad personal, han hecho hincapié en derechos básicos como el derecho a la intimidad, a no ser infantilizado y a ser tratado con afecto y respeto por todas las generaciones. Además, según las reflexiones que han vertido en estas charlas, no quieren ser invisibilizados, quieren dar su opinión y decidir sobre sus propias vidas y gestionar su propio patrimonio.
También hubo espacio en las tertulias de los residentes de los centros gestionados por Clece para los derechos que más les preocupan con respecto a su salud. Piden, y así lo han señalado, tener el derecho de conocer los diagnósticos médicos y poder decidir sobre ellos teniendo la información necesaria sobre el fin último de los tratamientos, así como los efectos secundarios que de ellos se puedan derivar.
Comentan, además, la importancia que tiene para ellos el derecho a ingresos hospitalarios dignos, bien atendidos, con una atención social para aquellos que no poseen una red social que les atienda y, de este modo, paliar la soledad en el momento de pasar por el hospital por alguna dolencia. Y no sólo eso, otra de las cosas que les preocupa, es tener el derecho a cuidados paliativos y procesos humanizadores al final de su vida.
Conectar generaciones y concienciar a la sociedad sobre la importancia de cuidar a nuestros mayores para que puedan disfrutar libremente de sus derechos es un síntoma de una sociedad madura y solidaria. Clece, a través de su campaña ‘DIGNEDAD’, empodera a los mayores y les permite levantar la voz para reivindicar sus derechos a unos cuidados dignos. ¡Escuchémosles!