El personal del Centro Alzheimer Fundación Reina Sofía, residencia pública dependiente de la Comunidad de Madrid gestionada por Clece desde hace más de una década, está trabajando con tesón, profesionalidad, humanidad y dedicación para dar la mejor atención y el mejor cuidado a sus residentes, un total de 156 plazas. Una actitud y una profesionalidad pulcras que merecen, sin duda, un reconocimiento ya que, desgraciadamente, están desarrollando sus labores en un entorno hostil dominado por una crisis sanitaria sin precedentes en nuestro país y en el mundo que están padeciendo, muchos de ellos, en primera persona.

En este momento, el Centro Alzheimer Fundación Reina Sofía vive una situación crítica por el elevado número de residentes y personal sanitario y asistencial afectados por coronavirus. Concretamente, hay un total de 51 residentes potencialmente sospechosos de estar afectados y 57 trabajadores de baja.

A pesar de ello, a pesar de las complicaciones de esta ausencia de personal extrema, el centro está cumpliendo estrictamente con todos los turnos diarios a través de personal sustituto procedente de los centros de día del Ayuntamiento de Madrid. Además, con el fin de reforzar el servicio, se han incorporado un médico de mañana y uno de tarde.  También ha contado el Centro Alzheimer Fundación Reina Sofía con la intervención de la Unidad Militar de Emergencia (UME) que ha llevado a cabo desinfección de la residencia tanto exterior como interior.

Desde el centro, gestionado por un personal profesional y comprometido, advierten, además, que en varias ocasiones han reclamado a las diversas autoridades –Comunidad de Madrid, Ministerio de Sanidad, CIRA y diferentes consejerías, entre otras–una serie de medidas urgentes como, por ejemplo, la consideración de la residencia como «Centro Médico Hospital» con designación de un director/a médico/a al frente, la asistencia médica y sanitaria con refuerzo de personal sanitario de plantilla con médicos/as y enfermeros, la posibilidad de realizar pruebas rápidas de coronavirus para discriminar casos positivos, así como la derivación de enfermos al hospital de referencia, el suministro de medios de protección o una UVI móvil medicalizada.

Todo esto hace que el escenario actual sea muy complicado, pero no ha provocado que disminuya la plena dedicación a cuidar de los residentes y empleados. Todo el personal ha seguido –y sigue– de manera escrupulosa todos y cada uno de los procedimientos marcados por parte de la Comunidad de Madrid para el servicio de residencias.

Desde el centro señalan, además, que durante días se ha estado pidiendo la urgente colaboración de la Autoridad Competente para que envíe el apoyo necesario de personal médico y sanitario para poder atender cumplida y dignamente a todos los residentes. También, desde que comenzó la crisis del COVID-19, desde la residencia han estado en comunicación permanente y directa con la Dirección General de Atención al Mayor y de la Dependencia, con la Consejería de Políticas Sociales, Familia, Igualdad y Natalidad y con Salud Pública de Comunidad de Madrid.