Hace apenas una semana se ha conmemorado el Día Mundial del Trabajo Social, una jornada pensada para celebrar el compromiso y la contribución de los profesionales que ayudan a mejorar nuestra realidad social y a progresar de manera conjunta. En definitiva, a escuchar a los demás y a ayudar a aquellos que más lo necesitan.
Sobre esto, precisamente, versa el Proyecto Social de Clece, filial de servicios de ACS, una iniciativa impulsada en 2017 destinada a ayudar a las personas que más lo necesitan, sobre todo a aquellas procedentes de colectivos en riesgo de exclusión. Leticia Cantón, coordinadora en la zona de Andalucía Oriental de Clece, explica que este programa “impulsa la inserción laboral de colectivos desfavorecidos como personas en riesgo de exclusión social, mujeres que han sufrido violencia de género y personas con diversidad funcional”.
Devolver a la sociedad lo que nos brinda
Un ambicioso proyecto con el que Clece quiere devolver a la sociedad lo que ésta nos ha dado y tener un impacto positivo en ella a través de la dignificación de las personas por medio de un empleo. Un aspecto que, aunque para muchas personas es algo sencillo del día a día, es muy importante para sentirse dentro de la rueda social y tener fuerza e independencia para construir su propia vida.
Para llevar a cabo su labor, Cantón destaca la permanente colaboración de Clece con más de 300 asociaciones en toda España con el fin de ayudar y trabajar con ellas en la inclusión social y laboral de estos colectivos desfavorecidos. “Es fundamental para nosotros trabajar con estas organizaciones, solo de este modo podemos acceder a determinados perfiles y tenerlos en cuenta a la hora de cubrir ciertos puestos de trabajo. Además, gracias a ellas también somos capaces de dar visibilidad a personas que no siempre tienen una vida fácil”, comenta.
Y es que, no cabe duda, no hay nada más inclusivo para las personas que sentirse en igualdad de condiciones a la hora de acceder a un trabajo, ya que permite un progreso conjunto donde toda la sociedad gana, desde el punto de vista de la inclusión, la diversidad y la justicia social. En este momento, explican desde Clece, la compañía atiende a más de un millón de personas al día con diversas necesidades y para conseguir sus objetivos tienen “la implicación máxima de los empleados, aquí hay trabajando muy buenas personas que se vuelcan en ayudar a sus compañeros si estos los necesitan”.
A ello se refiere Silvia Ramón, trabajadora social y directora de CleceVitam Gerohotel, quien relata que “si con mi trabajo ayudo a una sola persona a tener esperanza no habré vivido en vano. Lo mejor de mi día a día es ofrecer y ser apoyo de quien más me necesita”.
Por su parte, María Pol y Eva Coco, trabajadora social y directora de CleceVitam El Parque y trabajadora social del centro, respectivamente, aseguran que “amamos lo que hacemos, es la única manera de hacer un trabajo genial. A nosotras nos encanta nuestro trabajo porque con él podemos ayudar y dar esperanza a las personas mayores, quienes más nos necesitan. Sin duda, lo más gratificante son las palabras de agradecimiento de nuestros residentes”.
Más allá del servicio
Cantón destaca que con su labor en Clece lo que hacen va más allá del servicio que pueden dar como empresa. “Damos una oportunidad laboral y hacemos campañas de sensibilización a través de todos los canales que podemos y tenemos acceso, y eso llena mucho como persona”.
Y es que, efectivamente, más allá de la labor empresarial y de servicio en sí misma, Clece también ha puesto en marcha Corazón y Manos. “Es una asociación con la que ayudamos a nuestros propios empleados, detectar compañeros que tienen problemas y poder ayudarles. Por ejemplo, hace muy poco a una compañera nuestra se le incendió su vivienda y se quedó sin nada. Así que le ayudamos a gestionar un alquiler, comprar ropa para los niños, etc.”.
Asegura también Cantón que “en Clece hay mucha solidaridad, se trabaja con ilusión porque, además, sabes que haces algo que contribuye a elevar la dignidad de las personas que tienen problemas que quizá tú no tengas, pero existen”.
Conocer y admirar
El Proyecto Social de Clece impulsa la empatía porque “conoces las historias de muchas personas, vivencias reales que te despiertan también mucha admiración por sus protagonistas. Además, el tener conocimiento de historias de superación te demuestra que hay cosas que se pueden hacer, aunque a veces pienses que son imposibles. Hay personas con diversidad funcional que creen que no van a tener un empleo nunca, pero cuando ven que otras personas como ellas comienzan a trabajar se dan cuenta de que todos podemos aportar, independientemente de los obstáculos personales”.
Por último, concluye Cantón a modo de resumen en una sola frase: “Ayudar a los nuestros, contarlo, ponerlo en valor es una parte preciosa de nuestra labor. Si puedo quedarme con algo de todo el Proyecto Social de Clece, te diría que es la mirada de alegría y emoción de las personas cuando las ayudas, cuando firman un contrato. Percibes que están felices y esperanzados de que se les abra una puerta que tantas veces han visto cerrada”.