La inclusión laboral de las personas que proceden de colectivos vulnerables es importante para la sociedad. El progreso de las personas a nivel individual contribuye al progreso colectivo, por eso debemos ser un equipo que reme en una misma dirección donde las guías sean el respeto y la solidaridad.
La igualdad de oportunidades para acceder a un empleo es muy importante para, entre otros aspectos, la autoafirmación de las personas. En este sentido, es imprescindible que los agentes sociales, tanto de carácter privado como público, que tienen la capacidad de ofrecer trabajo a personas en situación de desamparo lo hagan. Este es el caso de Clece, empresa de referencia en la gestión indirecta de prestaciones dirigidas al cuidado de personas mayores y dependientes, que en la actualidad da trabajo a casi 10.000 empleados procedentes de colectivos vulnerables como víctimas de violencia de género, personas con discapacidad o en riesgo de exclusión social.
Íñigo Camilleri, director de Selección, Desarrollo e Igualdad de esta empresa, explica que en este proceso de inclusión hay varias claves que juegan un papel fundamental: “En primer lugar, el proyecto comprometido, real y explícito que la dirección de la compañía tiene con las personas en escenarios de fragilidad. En segundo lugar, el equipo especializado en procesos de selección con el que contamos en Clece”.
Y, en tercer lugar, sin duda, como apunta Camilleri con énfasis: “Son muy importantes las organizaciones sociales con las que tenemos acuerdos que nos ofrecen candidatos cuando tenemos vacantes. Hacen de intermediarios, conocen muy bien a las personas con las que trabajan, lo cual nos facilita a nosotros el trabajo, y hacen una labor magnífica”.
Así es el proceso de selección
En este momento, Clece trabaja con más de 350 instituciones y entidades sociales en toda España que ayudan a los diferentes colectivos en riesgo de exclusión social a encontrar oportunidades laborales. Para ello, la empresa cuenta en cada una de las Direcciones Regionales con un equipo exclusivamente dedicado a su contratación. “Analizamos las características del puesto de trabajo y observamos si dichas características son compatibles con la contratación de un colectivo vulnerable. Se analiza, entre otros aspectos, que haya compatibilidad entre el empleo y la persona, así como la habilitación académica requerida para el puesto”, apunta Camilleri.
Más autoestima, más seguridad
Los beneficios de la inclusión laboral, detallan desde Clece, son múltiples. Se trata de una calle de doble dirección, ya que la contratación de este colectivo es bueno tanto para la empresa como para los empleados. En el caso de los segundos, desde el punto de vista psíquico, un trabajo suele ayudar al refuerzo de la autoestima y seguridad en uno mismo, además de proporcionarle autonomía económica y personal.
“Nosotros lo que pretendemos es facilitar a estas personas el acceso a un trabajo para que se sientan dentro de la sociedad porque, sin duda, entendemos que sin un empleo la independencia económica es imposible, y sostenida en el tiempo, además, puede conllevar consecuencias irreparables”, señala Camilleri.
El papel de la Unidad de Apoyo de Clece
“Cuando una persona procedente de algún colectivo vulnerable pasa el proceso de selección, que es igual para todo el mundo que va a entrar a trabajar con nosotros porque nos fijamos en sus competencias, seguimos acompañándola y apoyándola para que su incorporación sea plena a través de nuestra Unidad de Apoyo”, relata el directivo.
Esta Unidad de Apoyo está formada por un equipo multidisciplinar de profesionales que ayuda a cualquier persona procedente de estos colectivos en su proceso de adaptación. Psicólogos, terapeutas y trabajadores sociales son algunos de los perfiles que conforman la Unidad de Apoyo que Clece tiene en varias zonas de España.
“Su labor principal es acompañar a los empleados desde el primer día para facilitar su aterrizaje en la empresa, hacer un seguimiento muy cercano de su evolución y también escucharles, dándoles confianza para que puedan contarte una situación complicada y dejen el pudor de lado porque sólo así les podemos ayudar”, apunta Íñigo.
Cree Camilleri también, y así lo expresa a modo de conclusión, que en el escenario de la inclusión de personas procedentes de colectivos vulnerables hay aún muchas cosas por hacer, entre ellas, sensibilizar más a la sociedad y trabajar la empatía: “A menudo con estos colectivos tenemos algunos prejuicios, hay que darles oportunidades para que se incluyan en el mercado laboral. Hay infinidad de actividades esenciales que debemos cubrir y estas personas están muy capacitadas, lo han demostrado durante la pandemia cuando han puesto en valor oficios que a menudo nos resultan invisibles”.