Coordinación y creación de sinergias son dos conceptos que resultan imprescindibles cuando hablamos del buen funcionamiento de cualquier actividad, pero mucho más si nos referimos al cuidado de las personas mayores en situación de dependencia que requieren de ayuda diaria en sus hogares. Y es que tanto el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) como el de Teleasistencia (TAD) se han convertido desde hace años en grandes ejes de nuestra sociedad.
Si no existieran, sin duda, muchas personas dependientes tendrían problemas para llevar a cabo algunas actividades cotidianas como la limpieza del hogar u otras tareas domésticas y personales que ya no pueden desempeñar por el peso de la edad o por dificultades de movilidad, entre otras problemáticas; ni tampoco tendrían la capacidad de avisar a nadie ante una caída en casa o ante una emergencia de otra naturaleza.
La teleasistencia y la ayuda a domicilio, dos servicios fundamentales
De hecho, estos servicios se han convertido en pilares fundamentales de muchos hogares. Según datos del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), alrededor de medio millón de personas en España reciben la prestación del Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD); mientras que unas 900.000 tienen servicio de Teleasistencia.
Ambos, además, no son excluyentes entre si, sino que pueden ser complementarios. Por tanto, su correcta coordinación es clave para dar un buen servicio a las personas que lo necesitan. A veces las empresas licitadoras que ofrecen estas prestaciones son diferentes, lo que provoca, en determinadas circunstancias, duplicidades innecesarias.
Juncal Melgosa, coordinadora del Servicio de Teleasistencia de Clece en Valladolid, explica que esta situación hace que sean gestionados con «herramientas y equipos diferentes». «Una realidad que, en ocasiones, genera falta de comunicación inmediata o fluida, duplica costes y recursos siendo menos eficientes y provoca trastornos innecesarios a los usuarios porque le obliga a hacer una doble comunicación para notificar, por ejemplo, una ausencia prolongada de su domicilio», añade.
Un sistema de gestión integral para las personas
Siendo consciente de esta situación, Clece, empresa de referencia en la gestión indirecta de prestaciones dirigidas al cuidado de personas mayores y dependientes, ha desarrollado un sistema de atención domiciliaria integral, centrado en la persona, que coordina perfectamente ambos servicios.
“Gracias a ello, podemos solucionar carencias entre ambos y conseguimos una mayor coordinación e intercambio de información, lo que mejora de forma notable la eficacia y la eficiencia. De esta manera, ante cualquier incidencia en el SAD se informa de manera automática al servicio de TAD, y viceversa”, explica Melgosa. “El operador de teleasistencia puede acceder a los informes sociales actualizados de los servicios de ayuda a domicilio y su planificación”, añade.
Los beneficios de esta interoperabilidad son múltiples, entre ellos –y el más importante–, destaca la posibilidad de poder ofrecer una atención integral, centrada en la persona. “En Clece sabemos de primera mano que la manera más beneficiosa de realizar esta integración es a través de la misma empresa y nosotros ya somos capaces de hacerlo”, concluye la coordinadora del servicio de Teleasistencia de Clece en Valladolid.
En este momento, Clece presta la gestión coordinada de los servicios de SAD y TAD en la citada ciudad castellanoleonesa, Melilla y Zamora, a través de la Diputación. De este modo, y gracias a su amplia experiencia en la atención de personas con dependencia, la empresa ya ha logrado demostrar que, a través de este sistema, se incrementa la eficacia en la prestación ofrecida a los usuarios.