La confianza es la base de cualquier relación, ya sea humana o laboral. La falta de confianza, además, es –sin duda– el principio del fin de cualquier proyecto –comercial o solidario– porque su ausencia socava toda actividad, a pesar de que el fin último de la misma sea la más comprometido con la sociedad, como podría ser el caso de las acciones sociales llevadas a cabo por el conocido como tercer sector.

La transparencia y la lealtad, así como una buena y detallada auditoria elaborada por expertos, son ingredientes fundamentales para generar la confianza de los usuarios que compran una marca o colaboran con una iniciativa solidaria como las impulsadas desde las ONG.

Sin embargo, de unos años a esta parte, debido a algunos escándalos que han salpicado a importantes organizaciones sin ánimo de lucro o la pérdida de valores de las mismas, la confianza de la sociedad en las ONG ha sufrido un importante desgaste que podría echar al traste iniciativas sociales que son ejes fundamentales para el progreso de la sociedad.

Y esto, desde luego, no es un aspecto despojado de importancia, ya que la falta de recursos y colaboración en las acciones sociales del tercer sector podrían dejar desamparados a colectivos vulnerables que necesitan de los demás para desarrollarse.

La garantía de una auditoria independiente

No obstante, a pesar de este descenso de la confianza, que no es más que una reacción causada por la decepción que algunas organizaciones han provocado, son muchos los que siguen remando para recuperar el reconocimiento que hasta hace no mucho se otorgaba a este tercer sector. Este es el caso, por ejemplo, de la Fundación Lealtad, puesta en marcha en 2001 y en cuyo patronato está Banco Santander, y que tiene la misión de fomentar la confianza en las entidades sin ánimo de lucro para incrementar las donaciones y colaboraciones.

Ana Benavides, directora general de este evaluador independiente de las ONG, explica que “otorgan el Sello ONG Acreditada a las entidades que voluntariamente se someten a nuestro análisis y cumplen los 9 Principios de Transparencia y Buenas Prácticas”. Con el fin de fomentar la confianza y, además, elevar la financiación y la colaboración desinteresada, desde la Fundación Lealtad ofrecen información objetiva, actualizada y comparable que ayuda al donante a seleccionar la ONG con la que colaborar. “Todos los informes están a disposición de quien los necesite en nuestra web, son públicos y gratuitos”, detalla Benavides.

Tras casi 20 años de vida, la Fundación Lealtad, que surgió por el interés de un grupo de personas procedentes del ámbito financiero, hoy en día pertenece a la red internacional ICFO que aglutina 20 países de Asia, América y Europa. Un hecho, señala Benavides, que permite “compartir conocimiento y estar al día de nuevos temas que se van incorporando al análisis”.

La metodología que impulsa la confianza

Desde la Fundación Lealtad, según explica su directora general, se lleva a cabo un proceso “exigente y voluntario”, por ello, destaca, “realizamos un importante trabajo previo a la solicitud de la acreditación, organizamos sesiones formativas cada mes en las que explicamos en detalle los Nueve Principios, cómo se aplican y cómo estos estándares ayudan a fortalecer las ONG”.

Tras este primer paso, detalla Benavides, las ONG completan un cuestionario una serie de documentos que analizan para realizar un diagnóstico gratuito que les permita establecer una hoja de ruta que mejore la confianza en su actividad. “El trámite en sí es sencillo -firmar un convenio, preparar la documentación y nosotros realizamos el análisis- pero es un proceso exigente y muy riguroso”, explican desde la Fundación Lealtad.

Una vez obtenido el Sello, las organizaciones lo renuevan cada dos años con un nuevo análisis igual de completo y exhaustivo que el primero.

¿Por qué la sociedad es tan exigente con las ONG?

Benavides cree, y así lo expresa en su intervención, que la transparencia de en el tercer sector es fundamental para elevar la confianza y que ésta impulse la colaboración y el compromiso de la sociedad. “Son fundamentales porque así lo reclama la sociedad”, concluye tajante Benavides.

La razón de esta exigencia, según comenta, es el hecho de que las ONG trabajan con “colectivos vulnerables que requieren especial atención, cumplen una función social y captan recursos que particulares y empresas donan para mejorar la calidad de vida de los más vulnerables y nuestro entorno”. Por ello, asevera, “la gestión de esos recursos debe ser eficiente, impecable e incuestionable”.

En la misma línea, Benavides explica que, efectivamente, “la confianza, en cualquier entidad, es muy difícil de ganar, pero también muy fácil de perder, por eso requiere un trabajo continuado y un compromiso a largo plazo”.

Donación responsable, donación informada

España, según el ‘Edelman Trust Barometer 2019’, es el país más desconfiado de Europa y el tercero a nivel internacional. Esta pérdida de confianza afecta a todas las instituciones analizadas, tanto los gobiernos, como los medios de comunicación, así como las ONG y las empresas han pedido ocho puntos de confianza. Concretamente, y según las cifras, ha caído desde el 61% hasta el 53%.

Con respecto a estos datos, Benavides confiesa que le preocupan porque el objetivo de la Fundación Lealtad “es precisamente fomentar la confianza en las ONG y las últimas estadísticas indican que el mayor freno para las donaciones es la falta de confianza”. Explica, además, que, en sus 18 años de actividad, no hemos dejado de comprobar cómo las ONG son capaces de hacer mucho con muy pocos recursos. Tienen una increíble fuerza para movilizar y sumar y para dar soluciones a problemas sociales complejos.

Queda acreditado, y así pasa también a nivel comercial cuando un usuario crea un vínculo especial con una marca u organización determinada, que los clientes o donantes, en este caso, son cada día más exigentes porque una persona informada y comprometida es un donante o voluntario feliz.

El papel fundamental de las entidades financieras

Los bancos y compañías del sector financiero, además, no deben perder de vista –y es un compromiso generalizado a nivel internacional– el papel clave que poseen en la inclusión y la educación financiera de la sociedad para que sean capaces, entre otros aspectos, de elegir con consciencia con qué organizaciones colaborar y, además, cómo poder hacerlo. En esta línea, Benavides cree que los bancos son prescriptores porque, por ejemplo, “si veo que mi banco facilita la colaboración con una ONG concreta desde su app o su web, doy por sentado que el banco ha comprobado que esa organización es transparente y eficiente”.

Por otro lado, además, las entidades financieras son una herramienta de gran utilidad a la hora de poner en contacto, a través de sus aplicaciones y métodos de pago, a los donantes con las ONG. “La innovación en medios de pago también debe estar al alcance de las ONG a través de donaciones móviles, contactless, etc”, explica.

Teniendo en cuenta el papel de los bancos en esta canalización de la solidaridad de una forma transparente, desde la Fundación Lealtad destacan que Banco Santander “entiende muy bien la utilidad del Sello ONG Acreditada” y lo utiliza de forma activa como criterio de valoración positiva en sus iniciativas. Este es el caso de ‘Euros de tu Nómina’, un plan a través del cual la cotizada ha aportado más de 3,3 millones de euros a 82 proyectos en sus 11 ediciones.

“Santander”, destaca Benavides, “fue una de las primeras entidades en apoyar a la Fundación Lealtad cuando se puso en marcha. Respaldó nuestra labor como evaluadores de ONG, y comprendió la necesidad de que hubiera un análisis independiente y público que ayudara a los donantes a conocer mejor las entidades ofreciendo información objetiva, actualizada y comparable”.

Y añade, además, que en 2010 dio un paso más allá al incorporarse a su patronato. “Hoy por hoy su aportación va mucho más allá de su contribución económica, es un aliado de la Fundación Lealtad”, asevera su directora.

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