La mentalidad verde lo ha impregnado todo. No hay ningún sector, ni público ni privado, que no se haya alineado con las directrices del Acuerdo de París, un pacto entre países dentro del marco de la Convención de la ONU sobre el Cambio Climático de 2015, con el fin de disminuir el calentamiento global.

La agenda verde, un elemento de competitividad

Es importante impulsar la financiación e inversión sostenible, es decir, elevar la capacidad de las organizaciones para captar recursos para sus actividades en base a unos criterios financieros, ambientales, sociales y de gobierno corporativo. Algo que, además, también están demandando los inversores y los clientes, ya que no sólo se busca el beneficio y la rentabilidad a la hora de elegir proyectos en los que invertir, sino también se busca que haya un impacto positivo en la sociedad.

Elevar las inversiones en proyectos sostenibles y eficientes

Banco Santander tiene iniciativas muy concretas para impulsar las inversiones verdes alrededor de las energías renovables. De hecho, la entidad lleva dos décadas financiando plantas fotovoltaicas en España y hoy, además, es líder a nivel internacional en la inversión de energía eólica y marina.

De hecho, Banco Santander era líder mundial en financiación de energías renovables según datos de Dealogic a cierre de 2020, con el respaldo a proyectos de energías renovables de nueva creación (greenfield) con una capacidad total instalada de 13.765 megavatios (MW), suficiente para suministrar energía a 10,3 millones de hogares y evitar la emisión de 60 millones de toneladas de CO2.

También contribuyó a la ampliación, mejora y mantenimiento de proyectos de infraestructura de energías renovables existentes (brownfield) con una capacidad instalada de 8.106 MW. Juntando tanto el greenfield como el brownfield, la cartera de financiación de energías renovables ascendía a 11.600 millones de euros a finales de 2020.

Inversión sostenible y bonos verdes

En paralelo, Banco Santander ha emitido su tercer bono verde por un valor de 1.000 millones de euros dentro de su Marco Global de Bonos Sostenibles. Todo ello, en el marco de su compromiso de destinar o movilizar 120.000 millones de euros en financiación verde entre 2019 y 2025 y 220.000 millones para 2030. Hasta el primer semestre de 2021, ya se habían movilizado más de 41.000 millones de euros (15.200 millones solo en 2020).

Con respecto a la preservación de la naturaleza, Banco Santander desarrolla distintas iniciativas en todos los países en los que opera, como por ejemplo en España, donde ha llegado a un acuerdo con la Fundación Repsol y Grupo Sylvestris para impulsar el proyecto Motor Verde, una iniciativa de compensación de emisiones de dióxido de carbono, centrada en la reforestación y la regeneración de bosques, que pretende convertir a nuestro país en referente europeo en el sector de la compensación.

La entidad cuenta también con el proyecto Natura, que incluye diferentes actividades en las que, tanto empleados voluntarios de Santander como ciudadanos que quieren sumarse, se dedican a la reforestación de bosques, limpieza de playas y riberas de ríos o a la colocación de cajas nido para el cuidado y conservación de especies.

También dispone de una decena de productos para clientes e inversores en España como, por ejemplo, hipotecas verdes, financiación de promociones inmobiliarias con elevadas certificaciones energéticas, fondos de inversión vinculados a la sostenibilidad, así como préstamos para la compra y renting de coches ecológicos o Fondos ISR.

Fuera de nuestras fronteras, Banco Santander es socio fundador de la iniciativa británica ‘Net Zero With Nature’, cuyo objetivo es la restauración de los parques naturales de Reino Unido. También participa en un proyecto cuyo objetivo es la conservación de uno de los ecosistemas protegidos de Polonia, la zona de las montañas Mala Czantoria y Wielka Czantoria en la Baja Silesia.

En Latinoamérica, forma parte de un acuerdo histórico entre los tres principales bancos privados de Brasil para el desarrollo sostenible y la preservación del Amazonas. Hace ya un año que unieron sus fuerzas y ahora centran sus esfuerzos en los cultivos sostenibles, la bioeconomía, la ganadería y la regularización de tierras.

La meta final: cero emisiones netas en 2050

Todas estas iniciativas forman parte de la estrategia global y en la que el objetivo final no es otro que alcanzar las cero emisiones netas en 2050. Algunos de los retos que la entidad, miembro fundador de la Net Zero Banking Alliance, contempla en su hoja de ruta es alinear su cartera con los Objetivos de París (2015), razón por la que Banco Santander ha fijado el 2030 como el año en el que dejará de prestar servicios financieros a clientes de compañías eléctricas que dependan del carbón en más del 10%, criterio que se ampliará a sectores como el fósil o el gas, entre otros.

También seguirá la compañía española desarrollando productos verdes para sus clientes como, por ejemplo, hipotecas verdes, préstamos de eficiencia energética, para la instalación de paneles solares, etc. Y, por último, con respecto a su huella ambiental, Santander consiguió a finales de 2020 ser 100% neutro en carbono gracias al uso de energías limpias y otras iniciativas como la supresión total del plástico de un solo uso en todas sus oficinas y seguirá trabajando en la disminución de su huella