Todos los sectores clave de un país requieren de inversión, ayudas e innovación para conseguir ser competitivos y diferenciales frente a otros países. Y cuando hablamos de todas las industrias, también nos referimos a todas aquellas que, a priori, pueden ser consideradas ancestrales y pegadas a la tierra como el sector agroalimentario.
Esa industria que huele a uva macerando en barricas centenarias, a ibéricos de primera calidad o a aceituna recién molida de la que extraer un aceite de oliva de altísima categoría gracias a las ganas emprendedoras de los empresarios españoles y su empeño por aplicar al sector el mejor I+D+i y tecnología de vanguardia para ser los más competitivos.
Esta fusión equilibrada entre la tradición y la innovación es una de las máximas de Almazara Alcaraz, una empresa con 122 socios ubicada en una tranquila sierra de Albacete que posee una almazara de última generación que elabora Aceite de Oliva Virgen Extra Ecológico. Para ello, dispone de modernos elementos de control, equipos especializados y una férrea estructura de comercialización.
Enrique Simón, presidente de la Almazara Alcaraz y médico de profesión, subraya en primer lugar el “orgullo de estar inmerso en la producción de un producto de calidad y bueno para la salud porque, no debemos olvidarlo, lo que comemos es lo que somos”. Además, destaca Simón que este proyecto “me permite poner en marcha prácticas saludables complementarias a mi labor de médico, una profesión en la que llevo ejerciendo 32 años”.
Sobre la pandemia, en la que Almazara Alcaraz ha estado activa, Simón destaca que este sector agro “ha sido de los pocos que ha seguido funcionando y ha aumentado su facturación porque, además, la gente se ha quedado en casa y ha consumido más productos”. Confirma también que “las ventas online han crecido, aunque, lógicamente, las de HORECA han descendido por las restricciones y el cierre de espacios”.
No obstante, en este sentido, Simón explica que a Almazara Alcaraz no le ha afectado en demasía, ya que su cliente final es sobre todo aquel que busca productos ecológicos. “Estamos trabajando mucho en la exportación, ya que a nivel europeo se ha elevado entre un 4% y un 5% el consumo de productos ecológicos, a pesar de que aún queda camino por recorrer porque es lógico que estos productos sean un poco más caros, ya que tiene un tratamiento diferente al producto que no es eco y son materiales o productos más caros”, detalla.
Banco Santander con las pymes agro
Sin embargo, con el fin de caminar a un sector agroalimentario más sostenible y cercano a la vanguardia, cree Simón que se requiere de inversión y ahí, destaca, juega un papel muy importante el sector financiero. En este sentido, Almazara Alcaraz cuenta como aliado con el Banco Santander, una entidad que, según explica, “está muy pendiente de nuestro proyecto, de ver cómo va desarrollándose y conocer si nuestra permanente innovación y ganas de hacer requiere de financiación”.
En la misma línea, cree que el sector agroalimentario debe buscar aliados profesionalizados y fuertes como Banco Santander que esté pendiente de la necesidad de las pymes con el fin de que caminen a una mayor profesionalización en los sistemas de comercialización.
“Las ayudas deben ir encaminadas en varios sentidos como, por ejemplo, la mejora de la producción, la innovación, la digitalización; pero sobre todo a mejorar la comercialización, aunar fuerzas de manera conjunta entre sectores y usar las sinergias para vender más y mejor. Para ello, debemos tener a los mejores profesionales, una importante inversión en maquinaria sofisticada de última generación y cuidar el producto como lo hace el agricultor”, concluye.
El compromiso del Santander
Desde hace años, sobre todo tras el estallido de la pandemia, la entidad financiera ha puesto en manos de las pymes agroalimentarias españolas todo tipo de apoyo con el fin de que siguieran adelante con su actividad. Durante el año 2021, ha financiado al sector agroalimentario español con 3.700 millones de euros y ha reforzado sus campañas dirigidas a los sectores del cereal, frutícola y hortalizas.
Por ello, la cotizada también ha lanzado en los últimos meses el conocido Plan Renove de Maquinaria Agrícola para impulsar la digitalización y sostenibilidad de los agricultores de nuestro país. Se trata de un programa que no es en absoluto baladí: se estima que más del 50% de la maquinaria actual tiene más de 18 años de antigüedad.
Por otro lado, además, algunos de los productos más demandados por los clientes en este periodo han sido la contratación de los Anticipos Cosecha, el Préstamo I+D+I Agro para la transformación digital del sector, el leasing, el renting o el Seguro Agrario. Por ultimo, destacar que Santander ha atendido a los más de 415.000 clientes con los que el banco cuenta en este sector a través de sus 1.000 especialistas repartidos por sus 1.000 oficinas agro, que están distribuidas por todo el país.
3% del PIB y más de 500.000 empleos
España es uno de los países más fuertes en el sector agroalimentario a nivel tanto europeo como internacional. Es una industria clave en nuestro país, no solo por su arraigo al territorio y la tradición, sino también porque genera empleo, dinamiza la economía y, además, es un escaparate del producto y el buen hacer español en el extranjero.
Es uno de los primeros sectores de España, pero también es el cuarto país que más contribuye a la producción agroalimentaria europea, tras Alemania, Reino Unido y Francia, y décima a nivel mundial, según datos del ICEX, gracias a la calidad de los productos y la diversa dispensa que brinda. Según datos del mismo organismo dedicado a la inversión, aporta al PIB español casi un 3% (una facturación de alrededor de 129.000 millones de euros en cifra de negocio) y emplea a más de 500.000 personas.
Se caracteriza, además, y esto también diferencia a España de otros países de Europa, por tener una naturaleza dominada por pymes, pequeñas empresas españolas que apuestan cada día por el producto español e invierten en innovación para competir en el mercado internacional y seguir contribuyendo a la prosperidad de nuestro país.
A todo ello, además, debemos sumar que se trata de una industria que durante la pandemia ha sido de suma importancia, no ha paralizado ninguna de sus actividades con el fin de abastecer a la población en una crisis tan complicada. Ha sido un sector resiliente y resolutivo que ha mantenido con tesón y trabajo la cadena de suministro siempre activos.