La era de la pospandemia va a traer muchos cambios para toda la sociedad. Algunos de ellos estarán momentáneamente entre nosotros hasta que superemos definitivamente la crisis sanitaria y, otros, dependiendo del sector, habrán llegado para quedarse de forma definitiva. Estos meses de confinamiento han mostrado que otra forma de hacer las cosas es posible y que la tecnología es una herramienta primordial a la hora de ser innovadores en nuestra manera de consumir, trabajar o estudiar, entre otros aspectos.

Este último sector, el de la educación, pilar sobre el que se basa cualquier sociedad desarrollada, innovadora y equitativa, ha sido uno de los que ha tenido que reformular toda su metodología a la hora de impartir las materias del curso truncado por el Covid-19 al alumnado español y aliarse férreamente con la tecnología para entrar en las casas de los estudiantes.

Probablemente, y por el momento, la educación online y digitalizada, sobre todo cuando las autoridades sanitarias aconsejan que no haya aglomeraciones en los espacios cerrados y se guarden las distancias de seguridad en escuelas y universidades, haya aterrizado sobre nuestro sistema educativo para quedarse de manera perenne. No obstante, y según la comunidad de profesores, uno de los retos más importantes a resolver en este nuevo escenario es que ningún alumno se quede rezagado porque, si esto ocurre, señalan, se elevarán las desigualdades sociales por no tener las mismas oportunidades de acceso a la educación por falta de medios digitales y económicos.

La brecha digital en la educación

En España, y según los datos del INE, nueve de cada diez familias españolas tiene acceso a internet, sin embargo, el 9% los hogares con tramos de ingresos bajos –900 euros mensuales o menos– carecen de acceso a la red y a ordenadores o tabletas. Por ello, la labor de los profesores no es sencilla. Se están enfrentando a un gran desafío al que están teniendo que adaptarse a marchas forzadas y que pone a prueba la calidad de la educación online, así como la capacidad de superación y adaptación de los alumnos a nuevos métodos de enseñanza y ritmos en el aprendizaje.

No obstante, como alerta el profesorado que vive el día a día de la educación digitalizada con sus alumnos, se necesita de una respuesta conjunta y coordinada de toda la sociedad para evitar que haya un repunte de las desigualdades sociales en el corto, medio y largo plazo. Una realidad que erosionará la competitividad del conjunto del país con respecto al resto del mundo.

No cabe duda de que los momentos de crisis, sean de la naturaleza que sean, requieren alianzas y trabajo en equipo, y en este caso, entre las autoridades competentes, las instituciones  y las empresas. Algo que en estos momentos se antoja más que necesario para impulsar la inclusión y la diversidad.

Banco Santander y su compromiso con el acceso al conocimiento

En este sentido, empresas como Banco Santander, una de las compañías del sector privado más comprometidas con la educación, ha activado, a través de su área Santander Universidades, diversos programas junto a Crue Universidades Españolas y CSIC con los que mitigar la brecha digital de los alumnos universitarios y estimular la igualdad en el acceso al conocimiento a través de medios digitales.

En el mes de abril, se lanzó el ´Fondo Supera COVID-19´ y se dotó con 8,5 millones de euros para financiar proyectos y medidas de apoyo universitario en tres líneas: investigación, proyectos de impacto social y fortalecimiento de la capacidad tecnológica de las universidades españolas. En el marco de esta iniciativa, se han destinado dos millones de euros para facilitar alrededor de 5.000 ordenadores y soluciones de conectividad a Internet y webcams a más de 15.000 jóvenes universitarios de toda España que se encuentran en una situación socio-económica desfavorable.

No se trata de una medida baladí, se ha detectado la existencia de alumnos que no tienen acceso a los recursos tecnológicos con los que seguir las clases y afrontar el curso, tanto el actual como el que comenzará tras el verano, en condiciones óptimas. En este sentido, desde el Santander explican que el fin de esta dotación de medios digitales y conectividad es ayudar a los alumnos a continuar con su educación mientras las aulas permanezcan cerradas por la pandemia.

Becas para cursos online en transformación digital

Por otro lado, Banco Santander ha lanzado recientemente el ‘Santander-IE Digital Revolution Program’. Un proyecto que forma parte de la iniciativa ‘Santander IE Aid to Education Fund’ –impulsada por Fundación IE y Banco Santander a través de Santander Universidades– que beneficiará a 15.500 profesores y jóvenes universitarios de todo el mundo con becas para cursos especializados en transformación digital.

El ‘Santander IE Aid to Education Fund’ está estructurado en dos formatos educativos potentes. Por un lado, los beneficiarios de las 10.000 becas para educadores y las 5.000 para jóvenes participarán en un curso Online Learning Journey –cursos de gran calidad que fomentan el aprendizaje autónomo–, y, por otro, los seleccionados para las 500 becas de High Impact Online Programs tendrán la oportunidad de elegir un programa intensivo y de mayor especialización.

Bajo este marco académico, se imparten cursos 100% online en inglés y español, especializados en transformación digital y que potencian habilidades clave para poder enfrentarse a la nueva situación que la pandemia ha generado en los ámbitos profesionales. Se tratan campos como el Big Data, la ciencia de datos, marketing digital, así como el liderazgo en un contexto VUCA, con el fin de aumentar la empleabilidad de los participantes y apoyar a aquellos que poseen menos medios para lograr el desarrollo de estrategias y herramientas digitales.

Santander, líder en Banca Responsable, que mantiene firme su compromiso con la Educación Superior, el progreso y el crecimiento inclusivo y sostenible, ha destinado más de 1.800 millones de euros a iniciativas educativas desde 2002 a través de Santander Universidades y ha proporcionado más de 430.000 becas y ayudas desde 2005. Por todo ello, y por su amplio abanico de acuerdos con alrededor de 1.000 instituciones universitarias en más de 20 países, la entidad ha sido reconocida como una de las compañías que más invierte en educación en el mundo.