La investigación desempeña un papel esencial en el desarrollo social. Es, junto con la educación, la base del futuro de cualquier país, sociedad u organización, el ingrediente del que no podemos prescindir para construir una sociedad cada vez más próspera para todos.
La ciencia no sólo es un método para adquirir conocimientos en áreas desconocidas, es también una herramienta poderosa que tiene la capacidad de ser palanca de cambio a nivel colectivo e individual. El impulso por la curiosidad es lo que ha llevado al ser humano a descubrir grandes hallazgos que han tenido, y tienen, a día de hoy, un gran impacto en la sociedad.
La investigación, un motor esencial de progreso
Destinar recursos económicos y apoyar la investigación es clave para impactar de manera positiva en la calidad de vida de las personas y en la capacidad de las sociedades para enfrentar desafíos globales e incrementar su competitividad.
Y esta responsabilidad necesita tanto de instituciones y organismos públicos como de empresas y organizaciones comprometidas con el progreso de todos. Un ejemplo de ello es Banco Santander y su compromiso con el programa ComFuturo, una iniciativa público-privada impulsada por la Fundación General CSIC (FGCSIC) y el CSIC que cuenta con el respaldo del Santander desde su primera edición, y que tiene el fin de atraer el mejor talento joven investigador y, de este modo, posibilitar que desarrollen proyectos en centros del CSIC.
Este apoyo forma parte de los 80 millones de euros que la entidad ha destinado a programas de investigación universitaria en España en los últimos cinco años, muchos de ellos en colaboración con la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas y el propio CSIC.
Atraer e impulsar
En concreto, ComFuturo ofrece a los jóvenes investigadores con perfiles científicos sobresalientes una integración plena en el ecosistema español de I+D+I.
Y es que, gracias a este programa, los investigadores tienen la posibilidad de desarrollar sus proyectos y hacer que sean una realidad, ya que trabajan en entornos competitivos durante tres años, colaboran con empresas, realizan estancias industriales y reciben formación en capacidades transversales complementarias a su actividad investigadora.
Todo ello para que puedan mejorar sus perspectivas de empleabilidad y consolidar de esta forma sus carreras como científicos globales, versátiles y multifacéticos, en un contexto en el que, según el último informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo (CYD), en España ha aumentado el peso de la inversión en I+D, siendo las empresas y las instituciones privadas las que más han impulsado esta inversión. En el periodo 2019-2022, la I+D española ha mantenido una tendencia positiva en niveles de excelencia y de colaboración internacional.
Proyectos vivos y con impacto real
En la edición vigente de ComFuturo se están dessarrollando 16 proyectos innovadores con un importante impacto social y en el tejido empresarial; desde el efecto de la descomposición de bioplásticos en los ecosistemas de agua dulce o el desarrollo de nanomateriales para la captación de dióxido de carbono y su conversión en biocombustibles hasta el uso de sistemas innovadores para entender la respuesta inmune en procesos tumorales de cara a encontrar nuevos fármacos, entre muchos otros con un importante impacto.
Banco Santander, 27 años apoyando el talento
Además de esta colaboración con la Fundación General CSIC, que se remonta a 2003 para apoyar la ciencia y el talento investigador, el compromiso de Banco Santander con la educación, la empleabilidad y el emprendimiento comenzó hace más de 27 años, con iniciativas, programas y becas que han apoyado ya a más de 1,5 millones de personas y empresas con una inversión de más de 2.300 millones de euros.
Una apuesta que ha hecho que la revista Fortune incluyera el pasado año a Banco Santander en su lista Change the World, la cual destaca a las empresas que contribuyen de manera significativa a cambiar el mundo a mejor.