El futuro avanza a grandes pasos y situaciones que parecían ciencia ficción son ya parte de la realidad. Por tomar un ejemplo, nos podemos topar con un ‘velociraptor’ robótico que nos atiende en la recepción de un hotel o que nuestra habitación regule de forma automática la fragancia que queremos respirar. El sector hotelero se ha subido al carro de la innovación y muchas son las tecnologías que se están diseñando para mejorar la experiencia del huésped y lograr un turismo más inteligente.

La demanda marca que los hoteles se deben amoldar al cliente del siglo XXI: un usuario exigente que requiere la máxima personalización y que espera estar mejor que en su casa. Para ello, según el encargado de Nuevas Tecnologías y Operaciones Hoteleras del Instituto Tecnológico Hotelero (ITH), Carlos Domínguez, hay que apostar por la tecnología. «El hotelero tiene que conocer mejor a su usuario y puede hacerlo con las herramientas que facilitan el big data, el small data y la inteligencia artificial. Cuando sabe cuáles son sus preferencias, puede personalizar el servicio y, para esto, las soluciones del internet de las cosas y la domótica son claves», especifica.

Habitaciones inmersivas, automatización de procesos para eludir esperas, pantallas digitales con información y sistemas de energía independientes son algunas de las propuestas que están poniendo en marcha. Bienvenidos al hotel inteligente del futuro.

En versión digital



Cuando llegamos a la recepción de un hotel, en el mostrador hay un montón de folletos con visitas y excursiones. En la habitación, un libro con los horarios. En las paredes de las zonas comunes, carteles sobre las actividades. ¿De qué forma transformar todo ese papel en un contenido digital? La compañía hotelera BlueBay ha puesto en marcha el laboratorio de innovación BlueBay Living Lab Hotel, en un hotel de la cadena en Gran Canaria, donde trabajan esta y otras ideas.

«Hemos desarrollado unos ‘tótems’, unas grandes tablets donde van a poder ver y buscar la información. También van a tener acceso en una aplicación y en la TV. Estés donde estés, vas a poder verlo todo en digital», explica el encargado de Innovación de BlueBay Jimmy Pons.

El futuro es ir más allí y personalizar ese contenido. «Deseamos que los dispositivos muestren una información u otra dependiendo de quién sea el receptor, el tiempo, sus gustos y su estado anímico”, especifica Pons.

Y si ya utilizamos el móvil para todo, ¿por qué razón no ahorrarnos el check in e ir directamente a la puerta de la habitación? Esta es la propuesta de la compañía sevillana Introduce Open Main, que desea que nos olvidemos del quebradero de cabeza de llevar siempre la tarjeta de turno.

Su sistema BeCheckin da acceso con un código QR que el hotel puede activar a lo largo de la estancia y desactivar cuando termina, como explica José Antonio Gutiérrez, uno de sus cofundadores: «No sustituimos la cerradura ni el sistema actual de control de acceso que tenga el hotel o el piso turístico, lo que hacemos es meter un chip en la cerradura electrónica que conecta con el móvil. Los sistemas precedentes no se anulan, ya que no todo el planeta desea digitalizarse».

Para Gutiérrez, este procedimiento tiene muchas ventajas: «Facilita la vida al huésped y al administrador, no hay colas de registro y ayuda a la sostenibilidad al desaparecer las tarjetas de plástico».

De paso, el sistema recoge información que el hotel puede explotar. «Si conoce a qué hora suelen salir a desayunar los visitantes alemanes, puede adaptar los horarios del restaurante; si conoce la rutina de los que viajan por trabajo, puede organizar mejor el servicio de limpieza», dice Gutiérrez. Introduce Open Main ya tiene instaladas unas 3.000 unidades en cadenas hoteleras como Iberostar o Barceló y en pisos turísticos.



La habitación más personal



Cuando entramos a nuestra habitación, la tecnología puede ofrecer posibilidades infinitas. Por poner un ejemplo, con el small data, si somos clientes frecuentes de una cadena hotelera, «la personalización puede llegar a asignarnos de manera automática la estancia que mejor se amolda a nuestras preferencias y acomodar la temperatura, la iluminación, la música de entorno o el aroma», afirma Domínguez.

El especialista añade que «el hotel del futuro irá enfocado a que el huésped tenga una experiencia imborrable, y el centro de esa experiencia es el tratamiento de las emociones». Seguro que es imborrable entrar en una suite y ver delfines nadando por las paredes, o despertar en medio de un bosque plagado de estrellas sin haber salido de la cama. Esta clase de experiencias son las que ofrece el dispositivo MK-Player360, creado por la compañía catalana Broomx Technologies.

hoteles inteligentes
Los hoteles inteligentes mejoran la experiencia de usuario

«Se trata de un enorme proyector que cubre casi toda la habitación. Si el huésped está sentado o tumbado en la cama, su campo visual puede enseñar el contenido que escoja de nuestra plataforma, vídeos que haya grabado ese día o un escenario para un aniversario», explica el CMO (Chief Marketing Officer) y cofundador, Ignasi Capellà. Naturaleza, actividades deportivas, festivales de música, arte digital abstracto, las playas de Menorca o los paisajes verdes de Irlanda. Hay temáticas para todos y está en el hotel Catalonia Passeig de Gracia, en Barcelona.

Para que la experiencia sea lo más realista posible, las habitaciones son inteligentes, según explica Capellà: «Cuando se enciende el dispositivo, las cortinas se cierran y las luces se apagan; la cama puede moverse, por ejemplo, imitando el vaivén de las olas; y un difusor de olores inteligente se amolda a la escena”.



Lo inteligente es ser sostenible



El impacto del turismo en el planeta acarrea una serie de consecuencias que la tecnología puede intentar disminuir al mínimo. «El planeta global en el que vivimos requiere que los establecimientos hoteleros trabajen en la sostenibilidad de los destinos», apunta Domínguez.

Los avances en tecnología pueden mejorar el consumo y administrar mejor los recursos. Por ejemplo, a la hora del baño: el sistema inteligente de Orbital Systems ahorra hasta un 90% del agua de la ducha y un 80% en energía, y el secador anatómico eléctrico de Valiryo reduce el empleo de toallas y los costes de lavandería.

Ya muchos hoteles apuestan por esta innovación verde. El Hotel Renaissance Fira de Barcelona con un enorme jardín vertical, cuenta con un sistema de administración que optimiza el empleo de la calefacción, ventilación, climatización y el agua empleada en regar los jardines y la piscina, eludiendo despilfarros. En el QO Amsterdam abogan por un sistema climático inteligente que produce su energía desde los desechos, con una fachada inteligente que logra un ahorro del 65%.

Viaja al futuro sin moverte del hotel



Según el CEO del Institute for Global Futures, James Canton, en las próximas décadas vamos a poder ver hoteles con tratamientos de spa para ser más longevos, viajes supersónicos y restaurantes basados en el genoma. Aunque, antes que los hoteles aterricen en Marte, ya tenemos varias opciones con las que desvariar en la Tierra.

«La robótica llega a los hoteles con recepcionistas, botones, guías y camareros que parecen ser humanoides con rasgos muy logrados y similares a las personas», apunta Domínguez. Los hay menos humanos, como los dinosaurios que te reciben en el hotel Henn-na, en Japón. ‘Henn-na hotel’ significa en castellano ‘hotel raro’ y hace honor a su nombre: está atendido solamente por robots que se hacen cargo de todo, desde transportar las maletas hasta tocar música.

En el TRYP Times Square de la ciudad de Nueva York han desarrollado una red social propia para compartir novedades de ocio; en el W Sentosa Cove, en Singapur, los visitantes pueden oír música en el agua mientras que bucean en la piscina; en el Ushuaïa Tower, en Ibiza, ya se puede pagar sólo usando los dedos, gracias a un sistema biométrico que lee el pulso y las huellas digitales.

Ya hay mucho camino recorrido: «La impresión 3D se está aplicando para hacer piezas de chocolate como detalle para los huéspedes. Con la ayuda de asistentes virtuales se pueden supervisar por voz casi todos los dispositivos del cuarto y pedir servicios del hotel. Hay sensores para alfombras que, al notar movimiento, iluminan la habitación sin activar un interruptor», cuenta Domínguez.

Aunque queda mucho por hacer: «Las barreras son el precio de su implantación y la inseguridad de si la inversión va a tener retorno a corto plazo», agrega. Capellà coincide: «Ahora el coste es elevado, hay que verlo no solo como un valor añadido para los huéspedes, sino como un dinamizador del negocio». Es cuestión de tiempo que todos los hoteles tengan en la entrada el cartel de «Inteligente».

Patricia Ruiz Guevara. Opinno, editora de MIT Technology Review en español