La biodiversidad de las especies vegetales y animales es un eje primordial para que todos los que habitamos la Tierra, vivamos en armonía y equilibrio. Por ello, debemos ser capaces de construir una economía sostenible y respetuosa con el medio ambiente; porque la pérdida de esta biodiversidad, una barrera que nos protege a todos, posee unas nefastas consecuencias en diversos ámbitos como el medio ambiente e, incluso, en nuestra propia salud.

La cara B del confinamiento que hemos vivido debido a la Covid-19, nos ha mostrado los grandes beneficios de estilos de vida más sostenibles. La restricción de movimientos alrededor del mundo ha hecho que las emisiones de CO2 caigan durante el mes de abril un 17% a nivel mundial y casi un 32% solo en España. Es decir, las emisiones están al nivel de 2006 después de una reducción de 17 millones de toneladas de dióxido de carbono, según la publicación especializada ‘Nature Climate Change’. 

El coste para la sociedad de la inacción climática

Antes de la Covid-19, los planes contra el cambio climático de los diversos gobiernos del mundo, así como de la Unión Europea (UE) y de la ONU eran muy ambiciosos. Ahora, tras la tragedia sanitaria, son definitivamente fundamentales. Ursula Von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea (CE) y defensora férrea de la economía sostenible, ha señalado en más de una ocasión, primero desde el Ejecutivo alemán y más tarde desde la tribuna comunitaria, que “el coste de la transición será grande, es cierto, pero el coste de la inacción será mucho mayor”.

Si no actuamos, según un informe de 2019 de la Agencia Europea del Medio Ambiente, habrá 400.000 muertes prematuras al año debido a la contaminación, 90.000 vidas se perderán anualmente por el calor y la sequía, y, además, habrá una reducción del 40% del agua disponible en Europa y más de 2,7 millones de personas estarán expuestas a inundaciones fluviales y costeras, según los datos del Centro Común de Investigación de la CE.

Según el Pacto Verde Europeo, la intención de la Unión Europea (UE) es ser neutra en 2050 y, para ello, la Comisión Europea (CE) ha propuesto la ‘Ley Europea del Clima,’ donde se proponen acciones sobre varios de los sectores de la economía europea como elevar la inversión en tecnologías respetuosas con el medio ambiente, apoyar a la industria innovadora, elaborar sistemas de transporte público y privado más limpios, económicos y sanos.

El impacto económico del cambio climático

La CE también estima que el impacto económico será altísimo. Si se eleva el calentamiento de la tierra se esperan pérdidas económicas anuales de 190.000 millones de euros y un ascenso del precio de los alimentos de más del 20% en 2050, según el análisis ‘The Economic Cost of Climate Change in Europe 2018’.

Para luchar contra el cambio climático sin dejar de combatir también la desigualdad y mantener los empleos, se requiere un compromiso sin fisuras tanto del sector público como del privado. En este sentido, Banco Santander, siempre dentro de su contribución a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS 2030, fijados por las Naciones Unidas, se ha adherido a la ‘Green Recovery Alliance’, un llamamiento a la recuperación sostenible como respuesta a la crisis de la Covid-19 impulsada por 12 ministros europeos de medio ambiente, así como 79 miembros del Parlamento Europeo de todo el espectro político y varias ONG internacionales.

Alianza empresarial, política y civil para enfrentar la crisis social y económica de la pandemia

El manifiesto, lanzado en el mes de mayo, señalaba que «la crisis del coronavirus ha sacudido los cimientos del mundo entero y ha tenido consecuencias devastadoras en toda Europa. Nos está poniendo a prueba”. Y añadía que el Viejo Continente se verá abocado a enfrentar una nueva crisis aún más grave que la de 2008: “La recuperación económica solo llegará con inversiones masivas destinadas a proteger y crear puestos de trabajo, así como a respaldar a todas las empresas, regiones y sectores que se han visto afectados por el parón repentino de la economía”.

El objetivo de Banco Santander: movilizar 220.000 millones entre 2019 y 2030 para combatir el cambio climático

Banco Santander está desarrollando diversas iniciativas destinadas a reducir el calentamiento global, proteger el medio ambiente y  conseguir una economía más sostenible. Uno de los objetivos principales de la entidad es financiar o facilitar la movilización de 120.000 millones de euros entre 2019 y 2025 y de 220.000 millones de euros entre 2019 y 2030 para combatir el cambio climático.

Además, el año pasado suscribió el Compromiso de Acción por el Clima para acelerar la transición del sector financiero a una economía baja en carbono y, como anunció en la última Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU (COP25) celebrada en Madrid,  este año 2020, la entidad cumplirá su compromiso de ser, por primera vez, neutra en carbono, aunque se trata de una meta que lleva años presente en la hoja de ruta sostenible y medioambiental de la entidad.

La estrategia del Santander está centrada en reducir las emisiones de CO2 siendo más eficientes, utilizando más energías renovables, compensando el resto de las emisiones que produce y reduciendo y gestionando sus residuos de forma responsable.

En esta línea, otros de los grandes objetivos de la entidad pasa porque el 100% de la electricidad que utiliza provenga de fuentes renovables en 2025  y que, en 2021, hayan eliminado el plástico innecesario de un solo uso en todas sus oficinas y edificios.

Líder mundial en financiar proyectos de energías verdes

En 2019, Banco Santander movilizó 19 mil millones de euros en financiación verde y fue líder mundial en financiación de energía renovable, según la empresa Dealogic. Con un perfil muy activo en la financiación de energías verdes, Santander ha acumulado en los últimos años una cartera de financiación de más de 300 proyectos eólicos y solares en 17 países.

Además, en el último trimestre del pasado año, la compañía emitió su primer bono verde por valor de 1.000 millones de euros como punto de partida para un plan global de deuda sostenible.

Banco Santander, comprometido con el medio ambiente, es uno de los fundadores de los Principios de Banca Responsable, elaborados por la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, donde un total de 129 bancos de todo el mundo han firmado el compromiso de asumir un papel clave con el fin de lograr un futuro sostenible e inclusivo.