El campo español es uno de los elementos vitales del entramado socioeconómico de nuestro país. Es un sector elemental para la ciudadanía, no sólo por ser una fuente de riqueza, generando empleo y contribución al PIB –alrededor del 2,5%, según la Agencia Europea de Estadística (Eurostat)–, sino por ser también el motor de nuestra alimentación y una herramienta esencial para la conservación del medio ambiente y la biodiversidad. Sin perder de vista, además, el hecho de que la agricultura y la ganadería son un pilar muy fuerte de nuestra identidad y nuestra cultura, tanto empresarial como popular.
De acuerdo con Eurostat, la economía agraria española creció un 8,5% en 2023, a falta de datos de 2024. Aunque no todo son cifras positivas, ya que según la Encuesta sobre la Estructura de las Explotaciones Agrícolas de 2023 del Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de explotaciones agrícolas se redujo un 12,4% respecto al censo de 2020, situándose en 784.141. Mientras que la Superficie Agrícola Utilizada (SAU) estimada fue de 23,5 millones de hectáreas, con un descenso del 1,6%. Como resultado, la SAU media por explotación creció un 13,2%, hasta 30,46 hectáreas.
Estas cifras ponen de manifiesto algunas de las problemáticas a las que se enfrentan los agricultores y ganaderos españoles, como es, por ejemplo, el escaso relevo generacional, ya que más del 40% de los jefes de explotaciones se jubilarán en la próxima década; los elevados costes de producción, los cuales no siempre son cubiertos por los beneficios obtenidos tras la venta en el mercado o la necesidad de impulsar un sector primario más innovador, digital y competitivo.
El campo español, un espacio en modernización
España se caracteriza por la presencia de extensos campos de olivos y viñedos, así como de bastas laderas que dan de comer al ganado, inmensos espacios de cultivo hortofrutícolas, o productos de mar en las costas. Son los agricultores y ganaderos los custodios de nuestros recursos naturales, los que tenemos y los que generan, a través de técnicas tradicionales, como la rotación de cultivos o el pastoreo controlado, y otras de vanguardia, como los drones y satélites de vigilancia de cultivos, los software de gestión, sensores para medir diferentes parámetros, los GPS en el ganado, conducción autónoma de tractores o el uso de la Inteligencia Artificial (IA) para combatir plagas, entre otras.
Y es que el campo está viviendo un momento de transformación en todos los sentidos, donde la digitalización y la modernización de los procesos en todas las etapas de producción están muy presentes, al ser elementos que ayudan a combatir el cambio climático y a conformar ecosistemas de producción más eficientes y sostenibles. También las tecnologías digitales, como la IA, proporcionan al sector la capacidad de ser más competitivos con respecto al resto de países del mundo, la opción de tomar decisiones estratégicas y precisas a partir de datos reales procedentes de análisis predictivos, o automatizar tareas repetitivas y optimizar procesos.
En este viaje hacia el mañana del sector primario español, los agricultores y ganaderos tienen que superar diferentes desafíos, como la brecha digital y generacional, afrontar inversiones importantes para la adopción de las nuevas tecnologías, formación para el uso de las mismas, teniendo en cuenta que gran parte de los agricultores y ganaderos supera la barrera de los 50 años, y gestionar los datos obtenidos por big data e interpretarlos, así como protegerlos.
Banco Santander y su apoyo al sector agro
Por tanto, en este contexto se hace indispensable que este sector cuente con colaboradores que financien y hagan progresar sus proyectos, como Banco Santander, la entidad financiera del campo al contar con más de 425.000 clientes del sector agro, a los que ha financiado con 5.300 millones de euros en 2024, un 23% más que un año antes, mostrando a sus clientes la importancia de su actividad.
Además, la entidad ha trabajado año tras año en dar el mejor servicio a los agricultores y los ganaderos, y ha puesto en marcha ya 125 oficinas especializadas en el Negocio Agro, donde los empresarios encuentran un córner agro específico y exclusivo para ellos.
Para impulsar la digitalización del sector primario, así como para asesorar a sus clientes a la hora de llevar a cabo una agricultura más sostenible y cumplir así la normativa europea, Banco Santander apoya a sus clientes mediante el asesoramiento del equipo de ingenieros agrónomos de la propia compañía para una correcta cumplimentación y selección del eco-esquema. Además, como en años anteriores, los clientes que anticipen las ayudas por un importe igual o superior a 2.500 euros recibirán la suscripción gratuita al Cuaderno de Campo Digital.
La creación de Atgro
Otro de los aspectos relevantes que Banco Santander ha llevado a cabo ha sido el acuerdo con Atitlan para la creación de Atgro, una plataforma de inversión global dedicada al desarrollo de proyectos agrícolas. Una alianza que refleja la apuesta a largo plazo por este sector, en pleno proceso de transformación y donde nuevos retos como el cambio climático, la demografía o la evolución de los hábitos de consumo están impulsando el cambio hacia un modelo de producción más escalable y sostenible.
Recientemente, ha lanzado la campaña de la PAC 2025, con un importe de 1.000 millones de euros de anticipo preconcedido a un total de 61.000 clientes. Se trata de un momento de vital importancia para los agricultores y ganaderos, ya que estas ayudas representan entre el 30% y el 40% de los ingresos. Este año, más de 600.000 agricultores y ganaderos tienen derecho a solicitar estas ayudas, cuyo importe supera los 4.800 millones de euros.
Un compromiso de futuro
Estas ayudas y alianzas reflejan el compromiso de Banco Santander por el campo español, el cual, como vemos, está en plena transformación y trabajando por superar obstáculos y retos, como el producir más gastando menos, adaptarse a los cambios demográficos o avanzar hacia un modelo de producción más escalable y sostenible.
Banco Santander lleva años apoyando al sector agro, y sigue trabajando en soluciones con las que respaldar una de las industrias que más influye económicamente en España, ayudándoles a hacer frente a los principales retos del futuro como el respaldo a las pymes, garantizar una mayor tranquilidad a sus empresarios y fomentar la sostenibilidad y la digitalización.