Las universidades y centros de formación son la antesala de la vida laboral o, al menos, deberían serlo. En busca del talento del futuro, las compañías trabajan en el establecimiento de acuerdos con estos centros para que los alumnos vivan una experiencia lo más cercana y fiel posible al futuro que les espera cuando accedan al mercado laboral.
La relación universidad-empresa mejora la competencia de cualquier país y tiene como objetivo el desarrollo y el progreso de la sociedad. La alianza entre ambos actores debería ser clave para asegurar que los futuros trabajadores reciban la formación necesaria para alcanzar las expectativas que las empresas depositan en ellos. Especialmente ahora que, con la aparición de nuevos empleos que hasta el momento nos resultaban completamente desconocidos, muchas empresas se encuentran con un mismo problema: la falta de formación específica.
Según el informe “El futuro del empleo y las competencias profesionales del futuro: la perspectiva de las empresas”, elaborado por IESE Business School, un 72% de las empresas españolas encuentra dificultades para cubrir los puestos que ofrecen. Este estudio explica que las dificultades con las que se encuentran las compañías entrevistadas están relacionadas tanto con un nivel de conocimientos insuficientes en algunas materias, como con el nivel de capacidades y actitudes.
Las empresas tienen claro que deben buscar nuevos trabajadores jóvenes, bien preparados y con una nueva forma de enfrentarse al mercado laboral. Por su parte, cualquier universidad quiere obtener prestigio, ser reconocida por la calidad de su enseñanza y por contar con los alumnos mejor preparados. Por eso, es muy recomendable que los estudiantes conozcan la realidad empresarial lo antes posible.
La Universidad es referente de conocimiento, y realizar prácticas sin duda, el complemento idóneo en su formación. De ahí que existan multitud de opciones para fomentar esta relación: becas, acuerdos de colaboración, FP Dual, conferencias en los centros educativos, seminarios, cursos temporales… Hasta existe la posibilidad de que los alumnos realicen sus Trabajos de Fin de Grado sobre o en diferentes compañías.
Iniciativas novedosas para reforzar la formación
Conscientes de que para progresar tienen que contar con una plantilla joven, diversa y bien preparada, son muchas las empresas que apuestan por ofrecer becas y alcanzar acuerdos con universidades, con el objetivo de que los estudiantes tengan las mismas oportunidades de adentrarse en el mundo laboral.
Facilitar una educación de calidad y la igualdad de oportunidades es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que la ONU quiere cumplir para 2030, tras haber superado los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). En total, son 17 medidas, entre las que se encuentran acabar con la pobreza, conseguir el bienestar para todos o luchar contra el cambio climático.
Para contribuir a la consecución de estos objetivos, Banco Santander ha establecido 10 metas de banca responsable para 2025, entre las que se encuentra conceder 200.000 becas, prácticas y programas de emprendimiento de aquí a 2021.
La entidad presidida por Ana Botín entiende la educación como el motor de progreso de cualquier sociedad. De hecho, según el informe ‘The Fortune 500 Change the world’, Santander es la empresa privada que más invierte en la enseñanza superior en el mundo, con más de 1.700 millones de euros invertidos desde 2002. Solo el año pasado, la compañía concedió 73.741 becas y ayudas de estudio universitario, y apoyó a 20.000 emprendedores.
Pero la apuesta de Banco Santander por la educación va más allá y, además de su completo programa de becas, cuenta con novedosas iniciativas con las que se busca reforzar la formación de los que hoy ocupan las aulas de colegios, universidades y centros de formación, conjugando empresas con talentos que tienen que seguir formándose para enfrentarse a un mercado laboral en continuo cambio.
Una de estas iniciativas más recientes y que esperan que más éxito tenga es Santander Bootcamp, donde jóvenes de entre 14 y 18 años aprenden cómo crear modelos de negocios, nociones básicas para crear sus propios proyectos, logos e imágenes de marca. Todo ello, a través de habilidades como el trabajo en equipo, el autoliderazgo o la gestión de problemas y conflictos. Un proyecto que tiene como objetivo “intentar crear el entorno necesario para que aprendan a pensar, aprendan a aprender y a resolver situaciones a las que no han tenido necesidad de enfrentarse”, explica Fernando Redondo, uno de los socios de Starters, la empresa creadora de este sistema de formación complementaria. Unas habilidades y competencias que, asegura, no se enseñan en el colegio.
La primera edición de esta iniciativa, que estaba dirigida a hijos de empleados, se ha desarrollado este verano y ha contado con 50 participantes y esperan que la tendencia continúe al alza. Lo más interesante de Santander Bootcamp es que cualquier niño puede acceder a él, independientemente de cuál sea su situación social o económica, ya que las plazas del programa son ofertadas como becas.
FP Dual: estudiar en las empresas
Coincidiendo con el inicio del nuevo curso, la ministra de Educación en España, Isabel Celaá, ha anunciado que desde el Gobierno se trabaja en el impulso de la FP Dual, ya que “no hay buena formación sin empresa”, ha dicho. En este modelo, centros educativos y empresas elaboran los itinerarios formativos de manera conjunta. De esta manera, los estudiantes se forman como aprendices de las compañías.
La diferencia entre la FP tradicional y la FP Dual es que esta última no se limita a incluir un periodo de prácticas, sino que su itinerario formativo se imparte en régimen de alternancia entre los centros educativos y las organizaciones. De esta forma, los centros pueden atender los requerimientos de las compañías y, por lo tanto, aumentar la empleabilidad de los alumnos.
Alemania, Dinamarca y los Países Bajos son los referentes en esta formación, donde entre el 40 y el 70% se decantan por esta opción, según la Fundación Bertelsmann. Banco Santander, junto con más de 125 bancos, firma los principios de Banca Responsable para contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, en su compromiso por un futuro sostenible e inclusivo.
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